14. 𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒆𝒄𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒂𝒅𝒎𝒊𝒔𝒊𝒐𝒏.
Caminamos por varios minutos por los callejones. Al final se ve una puerta, la atravesamos y salimos a una calle donde hay personas. Han improvisado casas con telas, cartones y chapas oxidadas.
—Okey, no llames la atención, aun que... con tu rostro será difícil —susurra Brenda.
—¿A qué te refieres?
—A que eres linda, hermosa, llamativa... entiendo por que estás con Thomas
—¿Thomas?, ¿acaso te interesa él? —Sonrío.
—Me da curiosidad, eso es todo, pero... los vi antes, como lo miras, como te mira
—¿Qué haré contigo? —Pregunto, queriendo reír.
—¿Qué dices?
—Brenda, Thomas es mi hermano
—Dios, acabo de quedar como una tonta, ¿verdad?
—No —Digo y aparto la mirada rápidamente.
—Maia
—Bien, un poco, si... pero no soy yo la competencia que creías
—¿La pelinegra? —Pregunta Brenda, casi con enojo o disgusto.
—Esa misma, Teresa —Contesto de la misma forma.
—¿No te agrada? —Suspiro antes de contestar a su pregunta.
—No le digas a nadie lo que estoy a punto de decirte, pero Teresa fue la que me envió al laberinto, me vendió a Cruel, según ella por el bien de la humanidad —Brenda ríe y niega.
Seguimos caminando hacia el final de la calle. La música cada vez se escucha más fuerte, más cerca. Una bandera roja hay fuera de un edificio y mucha gente por allí.
—¿Están aquí por la fiesta? —Una mujer rubia aparece detrás de nosotras, lleva un vestido y un peinado horrendo.
—Amm, no, estamos buscando a Marcus, el vive aquí, ¿no?
—Todo lo que ven es mío —De entre unas cortinas violeta, casi negras, sale un hombre, algo gordo, de cabello rubio. Caminamos hasta él.
—Entonces usted es Marcus —Le digo y me cruzo de brazos.
—Marcus ya no vive aquí —susurra.
—Ay, por favor, no diga ridiculeces —El hombre suspira a mi comentario, se le nota en la cara, no sabe mentir.
—Piensa lo que quieras pero Marcus ahora está en la zona B
—¿Qué es la zona B? —Pregunta Brenda.
—Donde queman los cadáveres —susurra la rubia.
—¿Entonces por que el aún está aquí? —Señalo al hombre.
—Niña insolente —susurra el rubio.
—Dime, ¿ha venido otra gente a buscarlo últimamente?, un grupo de nuestra edad, una chica va con ellos —Pregunta Brenda.
—¿Te digo algo?... posiblemente estén dentro, ten —Saca una petaca de su bolsillo y la abre. Se la extiende a Brenda. —, bebe esto
—¿Qué es? —Pregunta la chica, sin tomar el objeto.
—El precio de admisión... ¡bebe! —Este hombre piensa que soy estúpida.
Le quito la botella y finjo que doy un trago, pongo cara de asco y le extiendo la pequeña botella.
—Bien, tu turno —Mira a Brenda, ella toma sin pensarlo. El hombre ríe y se coloca detrás de nosotras. Pone sus brazos sobre nuestros hombros. —, eso es, ahora disfruten la fiesta
Nos empuja hasta unas cortinas negras, entramos y allí veo una sala. La música se oye altísima, hay mucha gente bebiendo y actuando para nada normal. Parece que están siendo controlados o que no son personas de verdad.
—Deberíamos separarnos, a ver si encontramos a los otros. —Asiento a Brenda, me sentía un poco mareada, hay humo de dudosa procedencia en el aire y el olor a alcohol me hace doler la cabeza. —, no ingieras otra cosa —Quise decirle que no bebí nada, pero no me arriesgaría a que alguien me escuchara.
Doy vuelta a la esquina y entro a la siguiente sala, mientras que Brenda se fue a la parte de atrás. Aquí las luces están apagadas y hay muchísima gente bailando, no hay espacio para pasar pero aún así lo intento.
La gente se acerca demasiado, todos ríen en mi oído, me tambalean y sus bebidas caen sobre mí. Sus alientos chocan con mi rostro y me dan ganas de vomitar.
Noto que estoy hiperventilando y mi pulso es acelerado, empujo a la gente sin delicadeza y me abro paso para salir de allí. Al pasar la última fila me tiro al suelo a propósito, pero nunca llegué a tocarlo, levanto la mirada y me encuentro el rostro de Minho.
—Minho —susurro y de pronto todo se vuelve negro.
Aparezco en una habitación de color blanco, estoy sentada en una silla frente a una mesa, la cuál tiene unas tarjetas de colores y textos.
—Maia, soy la Doctora Ava, sé que no me ves, no te preocupes sólo escucha mi voz y sigue mis instrucciones... ahora quiero que intentes resolver las actividades de las tarjetas, ¿crees que podrás?
La imagen cambia y veo a Ava, estoy sentada en una camilla.
—Estoy aquí para avisarte que tu compañero cambiará, ha ingresado un nuevo chico, se llama Minho
—¿Y Thomas?
—El ahora estará con Teresa, ellos ahora tienen otra tarea, una más complicada
Abro los ojos, veo a Thomas y a Chuck. Estoy acostada, parece que en el suelo, la luz del día entra por la ventana.
—Despertaste —susurra el niño.
Me siento de pronto y los abrazo a ambos.
—Bienvenida a la tierra, tonta —Minho se acerca y sonrío.
Me quedo unos segundos pensando en aquél recuerdo que volvió a mi mente, que volvió a ser mío. Aquél día en el que mandaron a Thomas con Teresa. Aquél día en el que Minho llegó a las instalaciones de Cruel y lo pusieron en equipo conmigo.
Cuando me paro, miro al rededor, Brenda está sentada en un sofá, cerca de Teresa, Newt y Aris están sentados en otro sofá, Sartén está en una silla del otro lado de la sala y en medio está el dueño de todo esto, el viejo rubio de la fiesta, atado a una silla, con Jorge parado frente a él.
—Te sugiero que hables... ¡desgraciado infeliz! —Jorge lo golpea en el rostro con fuerza y el hombre se queja de dolor.
—Lo siento, pero tendrán que salir de mi casa —Contesta él, con sangre en la boca.
El hombre tiene una ceja partida, la nariz rota y un ojo morado he hinchado, además de la sangre de su nariz y boca, claro.
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El Hilo Rojo: Maze Runner |Minho|
FanfictionFanfic de la trilogía 'El corredor del laberinto'.