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14. 𝑯𝒐𝒈𝒂𝒓.

Abro los ojos, asustada. Veo que estoy en una sala con paredes de palos, entre ellos se cuelan los rayos del sol. En una puerta improvisada veo una cortina que separa la sala en donde me encuentro del exterior, una simple tela blanca que se mueve con la poca brisa que entra.

Me siento en la cama y miro alrededor, hay unas pequeñas mesas y frascos, parece medicina. En la cama de al lado veo a Thomas, apenas va abriendo los ojos, acostumbrándose a la luz. Ahoga un grito mientras se sienta de golpe, mira alrededor y cuando me ve, parece que se calma.

Cuando el se mueve, se queja mientras mira su abdomen, donde tenía la bala. Me acerco a él y lo ayudo a pararse de la cama. Nos quedamos frente a frente, nos abrazamos y no puedo evitar llorar una vez más.

Thomas me acaricia la cabeza y le tomo de la mano. Ambos nos acercamos a la cortina, el abre y miramos hacia afuera. Se ve playa, arena, agua hasta el horizonte. Salimos de la sala y miro hacia atrás, se ve bosque, selva y montañas. Sobre el agua hay un enorme barco que a lo lejos se ve pequeño pero incluso así se aprecia que es bastante grande.

Ambos caminamos hacia la derecha, donde veo muchas personas, al parecer trabajando, entre tiendas de campaña que son tan grandes como una casa. Hay gente cortando madera, otros cultivando, otros cocinando.

El primero que se nos acerca es Gally, seguido de Brenda, Sartén y Newt, detrás de ellos puedo ver a Minho con Chuck. No puedo evitar sonreír y correr hacia el pequeño de cabello rizado.

Me abrazo al muchacho como si no lo hubiera visto en cien años.

—No llores, Mai... sabía que nos volveríamos a ver

—¿Qué?, Chuck casi muero

—¿De qué hablas?, tu y Thomas son invencibles

Siento una mano en mi hombro y veo a Brenda. La muchacha me abraza y luego se acercan Gally y Newt. Thomas llega y todos van a abrazarlo, yo me había adelantado por que corrí hacia aquí.

Un pequeño toque siento en mi cabeza, me doy la vuelta y veo que es Minho, dando golpecitos con su dedo índice.

—Mai, yo...

Lo abrazo, cortando lo que iba a decir. Sus grandes y fuertes brazos me rodean por la cintura y me aprietan más hacia él de una manera cálida y suave, sin ejercer fuerza más de la normal en un abrazo.

—Me has asustado mucho, creí que... —El habla en susurros, cerca de mi oído.

—No, no podía dejarlos así nada más, mucho menos después de todo lo que pasamos, lamento si te hizo sentir mal el intento de despedida antes de volver al edificio con Thomas, pero yo sentía que no saldría viva de allí y no me permitiría marcharme sin una despedida... aunque fracasé

—Ah, si... la despedida... sobre eso, yo... lo que hice...

Sonrío, rompo un poco el abrazo y lo miro, sus mejillas están rojas, sé que se refiere a lo del beso.

—Idiota —susurro.

Nos separamos unos segundos después, Minho me toma de la mano y no me suelta.

Caminamos hacia el centro del lugar, donde hay gente preparando una fogata. La noche cae y todos se sientan alrededor. Hay más de doscientas personas. Vince va al centro, frente a la fogata que nos ilumina y habla, casi gritando para que todos escuchen.

—Hemos llegado muy lejos juntos, mucha gente ha sacrificado mucho para hacer que este lugar sea posible... a sus amigos y a sus familias. —El hombre levanta un vaso. —Brindo por los que no pudieron estar aquí, por los amigos que perdimos... este lugar es para ustedes, para todos nosotros... ¡bienvenidos al refugio seguro!

La gente grita y aplaude al discurso, muchos levantan sus vasos para brindar por los caídos. Luego de los festejos, reparten bebida y comida, las personas se dispersan.

Camino lentamente hacia la orilla de la playa y miro hacia el horizonte. Unos pasos se acercan, Minho se para a mi lado.

—Este será un buen hogar para nosotros

—Si, también lo creo —susurro.

—Veo que los chicos te aprecian mucho... fue increíble ver a Newt llorando cuando no despertabas

—Digamos que la crueldad de Cruel nos unió, sobretodo a Newt y a mi, supongo que nos volvimos muy cercanos

—Ya veo

—¿Qué?, ¿acaso estás celoso?

—¿Celoso?, ¿yo?, claro que no, ¿por qué sentiría celos de... no importa

—¿No estás celoso?, bien, me iré con Newt entonces... le iré a contar que me gusta un muchacho alto, sarcástico, que no es celoso y que...

El pelinegro me estira del brazo, suavemente, antes de que me vaya. Me choco con su pecho, me toma de las mejillas, levantándome la cabeza mientras se agacha un poco y une nuestros labios, por segunda vez. Nos separamos luego de unos segundos, ambos con una sonrisa sincera en el rostro.

—¿Cómo nos encontraron? —susurro.

—Fue algo similar a lo que pasó antes, la primera vez que entraste al laberinto... sentí que me necesitabas y simplemente, algo, una fuerza, me arrastró o me guio hacia donde estabas... no te rías de mí, pero siento que estamos conectados de cierta forma, incluso desde antes del laberinto

—No te rías de mí, pero yo también creo eso —El chico sonríe y niega.

Minho camina hacia los chicos y yo voy tras él. Al verlos allí, no puedo evitar que los recuerdos aparezcan.

Vuelvo a sentir dentro de mi aquél miedo que tuve cuando llegué al laberinto, aún que luego tuve que esconderlo para ser corredora.

Recuerdo la primera vez que hable con Minho cuando el me persiguió por todo el área. Mi yo del pasado jamás hubiera dicho que luego de todo este tiempo que no lo vi, incluso que podría haber muerto el o yo, sentiría tantas cosas por él.

Sonrío al recordar que me gané la confianza y la amistad de Gally, de Newt, incluso de Sartén. Aquéllos muchachos se habían convertido en mis hermanos, al igual que Chuck.

La sonrisa se me borra al recordar a Winston y a Teresa. El merecía estar aquí tanto como nosotros y ella... bueno, al final se dio cuenta de lo que en verdad estaba haciendo ella y Cruel. La perdone, Thomas también. Creo que ella se sentía culpable y es por eso que decidió caer con el edificio.

Por otra parte, otra chica que conocí fue Brenda. Una muchacha que me hizo enojar, desesperar, asustarme, reír he incluso quererla como a una mejor amiga dentro del fin del mundo.

En el momento en el que corrí hacia el laberinto, en el instante que crucé esas puertas, supe que era valiente y que podría salir de eso.

Me arriesgue por mi vida y por la de las personas que quiero, pero no me arrepiento y lo volvería a hacer las veces que sean necesarias. Si pudiera vivir todo esto otra vez, lo haría y no cambiaría nada. Sé que sufrí como muchos otros, Cruel me quitó mi vida normal, pero gracias a todo lo que pasó y gracias a mis decisiones, ahora vuelvo a tener un hogar y una familia.

El futuro ahora está en nuestras manos, sé que encontraremos la forma de salir adelante haciendo lo correcto. Si nos tenemos uno al otro, será más difícil que volvamos a caer. Merecemos ser feliz, lo mínimo que podemos hacer, es intentarlo.

El Hilo Rojo: Maze Runner |Minho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora