21.- El mensaje

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"El incendio no fue un accidente"

La frase sacudió a Muriel como si le hubieran dado un golpe.

- Creo que partiremos de ahí para explicarte la seriedad de lo que sigue y tengo bastante que decirte. Planeaba hacerlo de otra forma en un inicio, sin embargo justo en este momento creo que usar milagros o comunicarnos como ángeles puede no ser tan seguro así que hablaremos como humanos.

- Si, de acuerdo. – Contestó aunque todavía el eco de la frase inicial le zumbaba en los oidos

- Azirafell lleva tiempo sin venir porque ha estado investigando eventos extraños por toda la tierra. Vale, si se supone que debían ocurrir cosas raras para los humanos antes del fin del mundo pero incluso después del final del primer fallido Armagedón, no se detuvieron. Aunque muchas cosas parecieron volver a su sitio, entre nuestros hermanos que habitaban en la tierra que habían acudido al llamado a las armas hubo cosas que cambiaron. Varios de ellos decidieron permanecer en casa y no volver, esperaban que hubiera un segundo levantamiento pero no ocurrió. Tú debes saberlo, estabas allá entonces, y estuviste cuando sucedió lo de Gabriel y el juicio y luego estuviste en ambos sitios cuando sucedió todo lo demás. – Sachiel le dio un sorbo al té que aun estaba algo tibio en su taza, continuó. - Después que las cosas aparentemente se resolvieron y Azira ascendió, algunos optamos por regresar y continuar nuestra tarea en la tierra, cuidándola y tratando de encaminar a los humanos a seguir el bien. Sin embargo, unos meses después, cuando me encontré de nuevo con algunos de mis otros hermanos, fue muy extraño que al hablar con ellos, muchos de sus recuerdos se habían perdido, sobre todo los mejores, o aquellos que les recordaban por qué amar a los humanos como creación de Dios; algunos de ellos ahora solo hablaban de otro plan, en ese entonces el término "segunda venida" no había empezado a sonar así tal cual pero había rumores y se hablaba que habría que apoyar en todo al nuevo arcángel supremo, luego hubo quienes defendían que los humanos ya habían agotado sus oportunidades, que tendrían tal vez que sufrir para merecer la gracia. ¡Sonaba demencial escuchar eso saliendo de la boca de ángeles! más de ángeles como Adathan o Arariel ¡Rayos! ¿Puedes imaginarlo? ¡A la buena Arariel diciendo eso!

Cuestión que a varios de ellos les perdí el rastro por más imposible que eso me parezca incluso decirlo, los perdí. – Los ojos de Sachiel estaban puestos en la mesa pero veían a la nada, como si reviviera los recuerdos de lo que le contaba a Muriel mientras hablaba. – Entonces tomé una decisión, ya que conozco a Azirafell, sabía que él no compartiría esa visión, mucho menos si involucra el sufrimiento de los humanos ¡los ama demasiado! Por eso decidí buscarlo.

Sachiel se acomodó en su silla y sacó un cuaderno de aspecto antiguo con pastas de cuero y lo entregó a Muriel.

- Este objeto fue un regalo, he escrito en él los nombres de todos nuestros hermanos de los que tengo conocimiento que están en la tierra, consérvalo. Te decía, encontrar a Azirafell en general me fue más difícil de lo que creí, tal vez no lo sepas pero una de mis habilidades celestiales es ser un rastreador, aparte de ser el conocido por los humanos como "ángel de la misericordia".

Fue poco después que "tu sobrino" se mudara a Oxfordshire, físicamente yo no estaba tan cerca pero en mi pensamiento y mi habilidad de rastreador estaba enfocada en esta zona del mundo puesto que después de un tiempo, un buen amigo allá arriba me dijo que el arcángel supremo estaba en la tierra monitoreando un suceso relacionado con los mortales cerca de su antiguo hogar en Londres, no me dijo nada más, era confidencial al parecer o al menos él no tenía la suficiente autoridad para estar al tanto. En ese entonces yo vivía cerca de Kaunas en Lituania, llevo siglos en aquella zona y hacia Rusia, he sido párroco, maestro, rabino, sacerdote, siempre llevando el mensaje de la paz y el amor o enseñando oficios a los humanos; últimamente han sido tiempos difíciles, el amor escasea por todas partes y pareciera que la humanidad se esfuerza por mostrar lo peor de si. Pasé días y noches enteras enfocándome en encontrarlo hasta que después de algún tiempo, una noche al fin, sentí algo diferente en el ambiente al tratar de localizarlo, algo parecido a nostalgia, como si el viento cargara tristeza, por alguna razón mi primer pensamiento me llevó a querer buscar a alguno de mis hermanos si es que podría estar en problemas y tal vez se tratara de eso así que abrí mis ojos para poder encontrar al que fuese. Mi sorpresa fue que aunque estaba hasta Lituania, encontrar la presencia de Azirafell en ese momento fue sorprendente, como si lo tuviera a unos metros, como si él estuviera en la habitación de al lado y solamente su energía y su aura envuelta en sus sentimientos me guiaran hacia él. Llegué a su lado en menos de lo que recordaba que llevaba viajar así, tenía tiempo sin hacerlo. Él estaba justamente en el interior de la vieja iglesia de la villa, se que me percibió en cuanto llegué, verás, entre los arcángeles hay formas de distinguirnos, hay cosas que son nuestro sello personal; permaneció tranquilo, me levantó una mano y se giró para verme. Nos reconocimos uno al otro y entonces me contó todo, todo, absolutamente todo. Dijo que confiaba en mi por tanto tiempo de conocernos y que había notado ya que las cosas no estaban bien. Se sentía un poco paranoico pero no podía dejar el cielo y escapar por todo lo que debía proteger, incluyendo la humanidad. Dijo que ya no confiaba plenamente en las intenciones de quien vino por él.

Imborrable: Una Historia De Good OmensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora