1.-Preámbulo - Sin salida

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Aquella mañana que no podía ser más extraña, llegó a la tierra un ángel más, en apariencia se trataba de un humano más anciano con respecto a los demás angeles hasta ahora conocidos y ciertamente era una entidad supernatural mucho más longeva, llevaba existiendo casi desde poco después que el creador mismo y había sido concebido de su pensamiento. Cuando se presentó en la librería detuvo a los arcángeles que se encontraban en ese momento en plena discusión sobre qué deberían hacer con Azirafell y Crowley por haber ayudado a Gabriel y casi al instante les envió a casa. Con un tono menos autoritario y mas amable que de costumbre se dirigió a quienes aun estaban presentes en la librería y pidió a Azirafell salir con él para dialogar de un par de cosas al tiempo que le ofrecía una preparación de café en un vaso.

-Bien Azirafel, estarás al tanto de todo lo que ha sucedido, la situación que enfrentamos en este momento no puede ser menos agradable, un primer príncipe celestial caído que gobierna el espejo oscuro del cielo y un segundo príncipe celestial que huye con un príncipe del infierno, no es algo que hable bien de nuestra organización.- Dijo el anciano angel mientras levantaba una ceja y hacía una pequeña pausa para continuar - El cielo necesita un arcángel supremo, yo no puedo tomar ese puesto, mi lugar es incluso mayor y desempeño mis propias funciones. Como habrás notado, tus hermanos mayores no están del todo capacitados para liderear y están bastante al tanto de todo lo que ha ocurrido también, se han permitido no solo no reconocerme sino elevar sus propios egos por encima de sus funciones y atribuirse lugares que no les corresponden, en otra situación, esto requeriría castigos acordes a las acciones sin embargo, es algo que no estamos en posición de hacer dado todos los eventos ocurridos. - Miró a Zira clavando sus ojos grisáceos y profundos fijamente en él, sin parpadear y analizando su reacción ante lo que decía. - Seré breve, necesito que vuelvas al cielo. Tomarás el puesto de Gabriel, no puedo pensar en otro candidato para esto, sino tú. Eres buen líder, no cuestionas la voluntad de Dios y te has mantenido fiel, salvo un par de situaciones menores y tus atípicas alianzas con el caído Crowley. ¿Qué piensas al respecto?

A Azirafell eso le tomó por completo por sorpresa, volver al cielo era lo último en su lista de aquellas cosas que quería hacer y ciertamente que le pidieran volver tampoco estaba entre lo que pensó que podía suceder después de la noche que acababa de pasar.

-Es que no es mi deseo volver al cielo – Dijo con toda la honestidad que le caracterizaba y una seriedad total en su rostro.

- Verás - Metatron adoptó ahora un tono de voz más grave y firme, su figura pareció alzarse cuan alto era y ciertamente daba un aire atemorizante ahora - Pedirte tu opinión era mera cortesía. Requiero tu regreso al cielo, sin objeciones. Hay dos opciones muy simples, puedes volver de forma voluntaria y asumir el puesto, lo que significa evidentemente que has de cortar tu comunicación y "alianzas" con Crowley, ya que no puedes tener más contacto amistoso con el infierno y, te concedo la ocasión de despedirte de él. O la otra opción, si salgo por esta puerta sin que vayas conmigo, enviaré por ti, podemos borrar tu memoria y todo recuerdo de tu vida antes, sobre todo de él, además que para evitar fallos o intentos desesperados de su parte para contactarte, procederemos con sanciones extremas respecto a su existencia, como si nunca hubiera existido. No hay más que eso.

Azirafell apenas podía creer y le costaba entender lo que escuchaba, no porque propiamente no entendiera sino por lo irreal que sonaba. Quiso visualizar un atisbo de duda o algo que le indicara que lo que Metatrón estaba diciendo no era verdad, sin embargo, no pudo. Al parecer la inicial negativa de Gabriel a reiniciar el armagedón había causado controversia y luego aún después del juicio que se le realizó, aún con toda la discreción, el final del mismo con su desaparición pasó a ser de conocimiento de casi todos en el cielo, evidentemente esto no calmó las aguas y se requería de inmediato suplir su ausencia y retomar por completo el control, sobre todo dados los últimos eventos. Era preciso que no trascendiera la información de su huida con un lord del infierno y evidentemente esto tampoco daba pie a permitir situaciones que pudiesen originar otros eventos similares y ni hablar de cooperación entre el cielo y el infierno, eso se había vuelto inconcebible, más que nunca. De ahí la situación en la que nuestro ángel se encontraba en este momento y los términos tan específicos en los que debía tomar la decisión sobre las condiciones en que habría de volver, no había opción al parecer, su retorno era algo obligatorio. La diferencia radicaba en aquello que podía hacer para proteger a Crowley, si iba a sacrificarse, al menos tendría que asegurarse de que él estuviera a salvo.

Lo pensó en un breve momento una y otra vez y sabía que no importaba todo lo que pudiese alegar sobre las buenas acciones de Crowley o incluso recordar su pasado angelical, no habría ninguna objeción válida y lo que menos quería era ponerle en riesgo.

Pensó por un momento en decir que iría y que se le diera la oportunidad de despedirse y entonces contarle todo, pero si le conocía como creía conocerle hasta entonces, eso no terminaría bien y lo que se daba cuenta en ese preciso momento era que temía más que a nada la sola idea de que resultara dañado, de perderlo, de no volverle a ver.

Y sintiendo que se había quedado sin opciones, tomó una decisión.

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Final del primer capitulo, esta historia será más larga que la primera que escribí, es un poco diferente aunque empieza en un punto histórico similar. Nostalgia, angustia y amor, mucho amor. O eso creo. Espero que les agrade, muchas gracias a quienes han apoyado mi primera historia, gracias por todo el amor. 

Dejaré varios capítulos seguidos sin embargo esta historia a diferencia de la anterior, aun no está concluida. 

Saludos.

Imborrable: Una Historia De Good OmensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora