Burning Ice |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤

Cuatro

                   Jungkook🥊

Detengo la motocicleta frente al club Open your Mind, pongo el freno y tomo la llave teniendo la intención de guardarla en la chaqueta pero me doy cuenta de que no la traía y es cuando recuerdo que Hyorin se había quedado con ella. Cierro mis ojos por unos segundos y no era que me molestara que ella tuviera mi chaqueta, el problema era que lo más seguro es que ella tuviera interés de devolvérmela y si a penas pude dirigirme a ella hoy, otro día iba a ser más complicado porque ni siquiera iba a ser de noche y no podría controlar la vergüenza que me provoca. Agh... debí mantenerme al margen pero era imposible que pudiera ignorar la idea de dejarla caminando sola por esas calles. Además, la mínima idea de recordar a aquel hombre acercándosele pervertidamente y que pudiera haberle hecho algo si yo no estaba me ponía de los nervios así que, no podía arrepentirme y no había manera de que me quedara quieto sin hacer nada como el imbécil de su novio; pedazo de escoria.

Decido dejar de pensar en eso y camino hacia el interior del club. Mentalmente preparado para el discurso que voy a recibir. Atravieso este el cuál (a pesar de ser bien de noche) se encuentra abarrotadísimo. Llego a la puerta que conectaba al otro lado y el señor que custodiaba la puerta me mira con seriedad mientras saco la tarjeta que debo usar para pasar; la analiza y entonces se hace a un lado. Abro la puerta y el grito de las personas es lo primero que me recibe.

Las gradas estaban repletas de personas gritando y moviendo sus brazos mientras apoyaban a un determinado boxeador en el ring donde habían dos luchadores. Humedezco mis labios y trato de atravesar a las personas que no habían alcanzado asiento y que no dejaban de dar con sus manos en las rejas que rodeaban el gran ring.

Me detengo frente a la puerta que daba al interior de la oficina de Keonho y uno de los hombres que custodiaba habla por el micrófono informando de mi presencia; asiente a los segundos y entonces abre la puerta para mí. Me adentro a la oficina y trato no hacer muecas ante el mal olor del cigarro mezclado con el aire acondicionado. Keonho se encontraba viendo la pelea por medio de un gran televisor colgado en la pared mientras dos de sus hombres lo custodiaban y en la mesa frente a él tenía muchos billetes organizados en fajos de a mil.

Me mantengo detrás de la puerta en silencio esperando que concentre su atención en mí y no tarda mucho en hacerlo. Toma el control con lentitud apagando la televisión, vuelve a poner este en el mismo lugar, apoya sus codos sobre la mesa descansando su mentón sobre sus manos cruzadas para levantar entonces su mirada y verme directamente con seriedad. Tarda un breve momento antes de hablar.

—Dime tus razones.

—Tuve una emergencia.

—¿Que emergencia?

—Es personal.

Alza una ceja y sonríe de lado mostrando el brillante diente de oro que poseía.

—Tú no te manejas solo, Jeon Jungkook.

—Lo sé.

—¿Sabes cuanto dinero dejé de ganar debido a ti? —me quedo callado ante esa pregunta—. ¿¡Sabes cuánto dinero dejé de ganar porque el gran Jeon Jungkook no estuvo en el ring hoy?! –eleva la voz con más fuerza golpeando en la mesa.

—No volverá a pasar.

—Claro que no volverá a pasar —se levanta rodeando la mesa para pararse frente a mí y apretar con una de sus manos uno de mis hombros mientras me mira fijamente y con seriedad—, porque como a ti se te ocurra darme otro susto de mierda como este, yo mismo te cogeré de saco de boxeo. ¡Pensé que te había pasado algo, muchacho!

Reí divertido por la cara que puso de total desesperación y preocupación.

—Ahjussi, tengo 22 años —respondo con toque divertido en mis palabras—. No iba a pasarme nada.