Treinta y ocho

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Hyorin

En la sala del cine solo estábamos nosotros dos. La película ya llevaba mucho tiempo en cartelera por lo que muchas personas de seguro la habían visto. La película se reproducía en la pantalla, sin embargo no le estaba prestando tanto atención a esta. Jungkook estaba a mi lado mientras la miraba y sonreía debido a las escenas graciosas. Él sujetaba con su mano mi mano teniendo nuestros dedos entrelazados. Yo me encontraba recostada totalmente en el asiento mientras con mi otra mano acariciaba el brazo de Jungkook con mis dedos; deslizando con las yemas de estos las líneas de las venas que se marcaban en este.

Levanto mi cabeza para mirarlo y ver la bonita sonrisa que se le formaba más el tierno hoyuelo que se le hacía en una de sus mejillas. Él voltea su cabeza, atrapándome mientras lo miraba. Alza sus cejas y sonrío tímida.

—¿Qué pasa? —pregunta ladeando su cabeza mientras me mira con curiosidad.

—Nada —digo—. Solo estoy orgullosa y muy feliz por ti.

Él sonríe ante mis palabras y se acerca un poco para darme un pequeño beso.

—Yo también estoy muy feliz por estar contigo hoy. —Responde con la misma sonrisa bonita en sus labios—, ¿no te gusta la película? ¿Quieres que veamos otra cosa?

—No, esa está bien —le aseguro sinceramente—, pero prefiero mirarte a ti. Puedes seguirla viendo, yo estaré en cambio viéndote a ti.

Él se voltea un poco para mirarme mejor y levanta uno de sus brazos poniéndolo sobre el borde del respaldo de mi asiento mirándome directamente.

—¿Acaso yo me podría concentrar mientras tú estas a mi lado mirándome de esa forma?

—Bueno... Podría ver la película entonces para que te concentres —digo con intención de mirar hacia la pantalla pero él con su mano toma mi mentón volteando mi rostro para que lo mirara a él.

—Pensándolo bien... —comienza a decir—, ¿a quién le importa la película?

Lo miro sorprendida y él disminuye el espacio de por medio besándome. Coloca una de sus manos por detrás en mi cabeza pegándome más a él. Se separa un segundo levantando el reposabrazos que había de por medio de nuestros asientos y me atrae más hacia él. Y no me importaría recibir un beso de él que durase horas. La forma en que me besaba era tan linda y dulce. Podía tener ese toque agresivo pero lo complementaba con una ternura que debía admitir que me encantaba. Muerde mi labio inferior despacio cuando se separa y la forma en que me mira me pone tímida por alguna razón.

—No me mires —pongo mis manos sobre su rostro y él se aleja soltando una risita divertida.

—¿Por qué? —pregunta divertido—, no es la primera vez.

—Pero se siente diferente siempre.

—Eso es bueno ¿no?

—Mhm.

—Mañana te vas para China —coloca un mechón de mi pelo detrás de una de mis orejas.

—Sí.

—¿Ya sabes a qué hora?

—No. Mi madre ya me lo informará más tarde.

—¿Y cómo te sientes? Has practicado tan duro para esto.

—Me siento bien. Yo realmente espero poder lograrlo.

—Estoy seguro de qué lo lograrás. ¿Y no tienes que patinar hoy?

—Hoy es tu día, así que quise estar contigo. Mañana patinaré todo el día hasta que llegue la hora de irme.

—¿Tu madre no estará enojada?

Burning Ice |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora