Dos

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                    Jungkook 🥊
   
Me quito el casco y agito mi pelo con una de mis manos manteniendo el casco bajo mi brazo mirando la gran casa frente a mi con luces de colores y música resonante emitiéndose desde adentro. No puedo creer que Jimin me haya hecho venir hasta aquí, en serio. Saco mi celular para ir a su contacto y llamarlo. El teléfono emite los tonos pertinentes y la llamada cae al él no contestar. Vuelvo a insistir por una segunda vez y casi cuando la llamada está al finalizar escucho su voz y a través del ruido interior me dice que sale en seguida.

Bajo de la moto y pongo el casco sobre el manillar manteniendo mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta esperando que mi amigo-compañero de habitación (también) salga de la glamurosa casa. No tardo en ver su silueta y al verme eleva su mano con su característica sonrisa de: todo es una felicidad.

—Vaya, en serio viniste —menciona cuando llega a mí.

—Que irónico cuando prácticamente me explotaste el móvil con unos cincuenta mensajes —contesté—. Bien, ya estoy aquí ¿cuál es la emergencia?

Muestra con sus manos la casa frente a nosotros. Lo miro sin comprender de que va. Bufa, con fastidio:

—Esta es la emergencia. La emergencia de que estés de fiesta, conmigo.

Cambié mi semblante al escucharlo decir eso. No podía estar hablando en serio. Él de verdad no podía estar diciéndome que me hizo venir aquí POR NADA, solo porque le salió de los huevos decirme que era importante y que debía estar aquí si era una persona de buen corazón que se preocupaba por los demás.

—Me estás jodiendo, ¿verdad?

—En lo absoluto —emitió con felicidad en el tono—. Ahora, estaciona tu querídisima moto y entra conmigo a disfrutar de una buena noche.

—No, yo me piro. Tengo cosas que hacer —digo dispuesto a tomar mi casco pero el rubio lo toma antes que yo y me mira ofendido.

—¿Que rayos tendrías que hacer a media noche? ¿Eh?

—Dame el casco —evado su pregunta tendiendo una de mis manos para que me devuelva lo que le pedí (ahora) con tono amable y educadamente.

—No. Quédate en la fiesta.

—Que parte de, tengo cosas que hacer no entiendes.

—Que parte de, no sé que cosas tendrías que hacer a estas horas de la noche ¿no entiendes? Si me dices, ya veré.

—Hablo en serio —emito con seriedad.

—Yo también.

—Jimin.

—Jungkook.

—De verdad no estoy bromeando.

—¡Venga hombre! —protesta—, nunca sales. Siempre estás ocupado y cuando nos vemos es en la residencia y en clases de vez en cuando. Me juré que en este semestre iba a hacer que cambiaras un poco.

—Es la última vez que te voy a pedir el casco, Park Jimin.

Me mira fijamente y respondo a su mirada con un semblante mucho más serio del que él me dedicaba a mí. Y esperaba que me diera el casco de una buena vez porque necesitaba irme de verdad. Pero al parecer hoy Jimin estaba para ser un joven rebelde con ganas de joder.

—Pues quitámelo si puedes~ —y corrió en dirección a la gran casa entrando a esta.

Presiono mis labios y paso mi mano por mi rostro respirando profundamente. Tal vez no debería caer en las provocaciones de Jimin y mucho menos seguirle el juego, pero tampoco podía irme sin el casco y arriesgarme a terminar con una multa. Miro mi reloj de pulsera y aún tenía una media hora. En una media hora encontraré a Jimin, le quitaré el casco y haré lo que tengo que hacer.

Burning Ice |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora