Burning Ice |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤

Treinta y seis

💌 Mini maratón 2/2

Jungkook 🥊

Presiono mi lengua contra el interior de mi mejilla al ver como aquellos dos hombres que peleaban en el ring estaban a punto de matarse el uno al otro. Sabía que muchas de las peleas clandestinas eran casi hasta la muerte, sin embargo Keonho se encargaba de no llevarlo tan serio, a diferencia de este tipo. Aprieto mis rodillas con mis manos controlándome y desviando la mirada. No quería ceder ante esto.

—¿Qué? ¿Es difícil de ver? —pregunta con tono de burla.

—Acabe con esto y vaya al punto de una maldita vez.

Lo oigo chasquear la lengua y hace un gesto indicando que uno de sus secuaces cerrara aquella ventana con una cortina quitando esa masacre de mi vista. Lo miro de reojo y se levanta yendo hacia uno de los cajones de la mesa que había allí. Con el tabaco en sus labios viene hacia mí y extiende en sus manos lo que parece ser algunas fotografías.

Las miro; viendo a mi padre en cada una de estas. Podía asegurar que no estaba mintiendo. No puedo evitar volver a pensar en que había estado engañado todo este tiempo y que habían tantas cosas que no sabía. Pero definitivamente me negaba a preguntarle a él. Suficiente con el dinero que debía pagarle, no quería deberle las gracias también.

—Éramos cercanos. —Dice sacándome de mis pensamientos y formulo una sonrisa de lado ante sus palabras.

—¿En serio? —lo miro irónico—. No entiendo que tipo de definición tendrá usted de cercano.

—Tu padre era muy bueno boxeando, pero mi dinero sigue siendo mío. Así es como funciona —contesta.

—¿Cuál es la cantidad exacta?

—Cincuenta mil dólares. Tendrás que boxear mucho.

Presioné con fuerza mis labios y miré de reojo como toma lo que es un sobre esta vez y lo tiende hacia mí.

—Lee el contrato.

Lo arrebato de su mano y saco el papel de adentro de este. Comienzo a leer.

—Tómate tu tiempo para firmar —coloca un bolígrafo en la mesita de al frente.

—Añadiré tres cosas —dejo de mirar el papel para verlo con seriedad; él solo me mira y me permito continuar—. Número uno: no se meterá en mi vida. Con esto me refiero a que no lo quiero vigilándome y mucho menos vigilando las personas cercanas a mí. Número dos: el señor Jun Keonho no puede enterarse y número tres: cuando pague todo esto no volverá a acercarse a mí ni a nadie que esté relacionado conmigo. ¿Entiende?

—Para ser joven sabes mucho de negocios —no respondo a su comentario y añado esas tres cláusulas antes de firmar. Dejo el bolígrafo sobre la mesa y tomo las fotos alzándolas ante su cara.

—Es mi padre, así que me las llevo. Es todo ¿no? —mascullo y me doy la vuelta para irme.

—Primera pelea; este jueves a las diez de la noche.

No contesto y abro la puerta cerrándola seguidamente con fuerza antes de dirigirme a la salida.

Me detengo al final del salón viendo a Hyorin sentada en una de las mesas de el frente. El salón poco a poco se llenaba de universitarios para recibir la conferencia de filosofía. Mi móvil vibra en el bolsillo delantero de mi abrigo y lo saco viendo su mensaje.

Por qué no has llegado? La clase comenzará dentro de poco.

La vuelvo a mirar, guardo el móvil y organizo mi mochila para caminar entonces hacia ella. Cuando llego estaba entretenida copiando lo que parece ser la fecha. Pongo mis brazos a cada lado suyo con ella en el medio.