Treinta y cinco

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💌 Mini maratón 1/2

                  Jungkook 🥊

Mientras me tomo un descanso luego de boxear que dejo reposar mi espalda en el colchón del ring no puedo evitar pensar en el asunto pendiente con Chang Dayoo. ¿Debía avisarle a Keonho o no? Siendo sincero, si el problema era solo con respecto al hecho de que me quería para boxear, sí era un asunto que tal vez debía resolver Keonho. Pero lo cierto es que iba más allá de eso. La raíz del problema y el del porque me buscaba ese tipo era por mi padre. Así que técnicamente si era mi problema.

Sabía que Keonho se iba a molestar muchísimo si llegaba a enterarse de esto. Pero ya había tomado mi decisión y era mi propio asunto así que me iba a encargar de ello.

Luego de tomar una ducha, tomé asiento en el borde de la cama y miré el papel con el número anotado allí. Miré el teclado de llamar en mi celular e inhalé profundamente. Presiono cada número, y pongo el celular en mi oreja escuchando como da timbre.

—¿Si?

—Es Jeon Jungkook —contesto con seriedad—. Dile a tu jefe que acepto. Boxearé para él hasta pagar todo el dinero que le debe mi padre. Pero antes tendrá que demostrarme que todo lo que me dijo, sobre que mi padre boxeaba para él es cierto. Además de que quiero puntualizar varias cosas.

—Informaré al señor Chang de su decisión y le enviaré un mensaje con la respuesta.

Pongo el teléfono a mi lado en la cama cuando concluye la llamada y apoyo mis codos sobre mis piernas dejando caer mi cabeza sobre las palmas de mis manos. Abro la gaveta de mi mesita de noche sacando la única fotografía que conservaba de mi padre y mi madre. Presiono mis labios mientras miro a mi padre y dejo escapar un suspiro. Vuelvo a guardar la fotografía en el mismo lugar cerrando la gaveta otra vez.

—¿Te encuentras bien? —me pregunta Jimin y salgo de mis pensamientos para mirarlo. Ambos estábamos almorzando.

—Sí. ¿Por qué lo preguntas?

—Pareces algo pensativo. ¿Hay algún problema? —vuelve a preguntar y niego.

—No, claro que no. Todo está bien.

—Okay —asiente sin insistir más en el tema.

Miro mi celular encenderse y lo tomo rápidamente, encontrando el mensaje que estaba esperando por recibir. En este venía una dirección para que nos encontráramos. Y supe de inmediato que era otro sitio en el que se desarrollaban peleas clandestinas. Presiono mis labios y guardo el móvil tratando de no pensar en eso por un momento y concentrándome en seguir comiendo de mi almuerzo.

Para cuando Hyorin me avisa que ha terminado es tarde. Prácticamente en unas dos o tres horas anochecería. Estar allí frente a la pista esperándola fue menos de quince minutos. Ella sale primero del lugar y atrás viene su madre que me dedica una mirada seria pero aparenta que no me ve como si yo no existiera. Y mientras miraba a Hyorin venir hacia mí con una bonita sonrisa, pensaba en que mi decisión tenía que mantenerse en secreto incluso para ella. No quería involucrarla absolutamente en nada de esto y tampoco quería que se preocupara por mis problemas que al final de cuentas eran míos y yo era el único que podría resolverlos.

—¿Te fue bien? —es lo primero que le pregunto cuando llega a mí.

—Más o menos. Pero no hablemos de eso, ¿que hay de ti? ¿Tu día fue bueno?

—Sí, pero tampoco hablemos de eso —le digo y ella sonríe—. ¿Que te gustaría hacer?

—Vamos a comer algo. Se me antoja unos espaguetis —dice.

Burning Ice |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora