Capítulo Uno

8.8K 922 77
                                    

Jimin, eso parecía ser lo único que sabían decir en esos momentos. A ese punto Wheein ya estaba cansada de lo mismo. Quien la mandaba a seguir los pasos de su madre y terminar en el mismo lugar cuidando de un mocoso adorable que huía cuando tenía la oportunidad sin pensar en los demás ni siquiera en su columna y hermosos pies por estar tantas horas de pie buscándolo como desquiciada.

A veces deseaba que ese enano no hubiera crecido…Aunque en teoría no lo hizo, ¡pero no se refería eso!

— Su majestad, ¿dónde diablos está? Si no aparece seré sopa de pescado con patatas al vapor — susurro lastimera — Ahh porque tuve que pestañear…— se lamentó. Ni ella entendía cómo es que esa mota de cabellos rubios se escabullo tan rápido.

Tratando de no llamar mucho la atención, observó cuidadosamente el lugar. Había una celebración en el pueblo y el joven decidió salir a explorar, no era la primera vez que lo hacía, la diferencia es que en comparación a las demás ocasiones, está vez había más gente.

Mientras Wheein buscaba como loca, a varios metros de allí un rubio Omega miraba curioso con sus grises ojos cómo un hombre brindaba trucos de magia y todos parecían sorprenderse a su alrededor.

— Truco viejo — murmuró por lo bajo pues era evidente su engañó.

Cansado de ver algo sin sentido, siguió su camino hacia el mercado de hierbas, necesitaba buscar algunas infusiones, estaba aprendiendo algunas cosas interesantes por medio de estás.
Unos metros más allá divisó el puesto y sonrió alegre abriéndose paso entre toda la gente cuando chocó contra alguien.

— Lo siento mucho — susurró con una pequeña reverencia continuando su camino de inmediato.

Debía terminar antes o Wheein se volvería loca si no llegaba dónde ella.
Cuando llegó al puesto iba a pedir sus hierbas hasta que algo llamó su atención.

— ¡Te he visto con mis propios ojos! ¡Has robado mi joya!

— ¡Eso no es cierto!— negó de inmediato el pequeño.

— ¡No lo niegues que te he visto! — gritó —Mocoso mal educado, pagarás esto-

— ¿Es esa su joya?— señaló Jimin hacía el puesto en el piso a un lado de la mesa.

En ese momento, los ojos del hombre se abrieron con sorpresa y la gente comenzó a murmurar.

— No debería acusar así a las personas, quizás sólo se le cayó-

— ¡Entonces has sido tú! ¡Me robaste y dejaste caer la joya al piso para despistarme!

Jimin frunció su ceño con molestia ante la incoherencia que ese hombre estaba diciendo en ese preciso momento.

— ¿Acaso está loco?

— ¡¿Qué acabas de decirme Omega?!

— Pregunté si está loco — suspiró — Mierda, esto es enserio — rió aunque no fue presenciado por el hombre ya que tenía su rostro cubierto por un velo —  Apenas acabo de llegar aquí, ¿cómo carajos podría yo haber tomado su estúpida joya inservible y sin valor para luego tirarla allí?

— ¡Eres un insolente!— intentó golpearlo cuando una mano se interpuso — ¿Qué?

— Golpear a un Omega no es de Alfas — suspiro con una pequeña mueca.

— ¡Este Omega me ha robado!— afirmó de inmediato.

— ¿Tiene usted pruebas?— sonrió.

— Yo…¡lo he visto y con eso basta!— apuntó — Iré a denunciarlo ante el general y-

Realeza Azul |• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora