A esas alturas, Jimin no sabía lo que hacía, o más bien sí lo sabía y por esa misma razón lo hizo, levantó su cabeza y unió sus labios nuevamente con los de Jungkook quien sorprendido correspondió al beso lentamente.
Ninguno sabía que les traería el futuro más adelante, o como debían comenzar lo que en ese momento querían. Jungkook admitía sentir atracción física por él, no era la primera vez que lo decía y Jimin sabía que no debía emocionarse por algo como eso pero así fue. Su corazón golpeó contra su pecho al oírlo y besarlo nuevamente. Era un sentimiento que jamás había sentido antes en su vida y sabía que el alfa se sentía de la misma forma porque podía conectar con sus emociones en ese momento lo cual lo hizo sentir un poco más seguro a su lado, ya que no solo era él.
Sus respiraciones se mezclaron, sus lenguas se encontraron y un bajo gemido escapó de sus labios cuando se alejaron, Jungkook lo liberó y cayó a su lado en la cama mirando hacia el techo.
— Quizás también me gustes — confesó Jimin después de varios minutos en silencio.
El alfa solo sonrió y cerró sus ojos, suspiró cuando el rubio se acomodó a su lado para dormir junto a él. Esa fue una de las pocas veces que ambos se sentían a gusto y en paz con la presencia del contrario.
[...]
— Quizás no sea muy bueno cocinando, pero me veo bien haciéndolo y eso es lo importante— asintió cortando los tomates con suma concentración.
— Moriremos de hambre Park— suspiró Jungkook.
— ¡Pues entonces debiste traer comida y no ingredientes para cocinar! Agradece que al menos algo se hacer— murmuró entre pucheros que divertían al alfa— Ya deja de reír, pudiste traer algo simple.
— Tomé lo primero que vi en la despensa, nunca he cocinado en mí vida, bueno, lo hice pero estaba apurado por lo que eché lo primero que ví.
— Trajiste tomates y zanahorias Jungkook, ¿qué se supone que podemos hacer con eso?— lloriqueo.
Jungkook iba a decir algo cuando alguien tocó la puerta por lo que se acercó a esta con su ceño fruncido encontrando del otro lado a Wheein con una canasta en sus manos.
— Lo supuse cuando vi que faltaban los tomates y las zanahorias — explicó rápidamente.
— Ahora se porque te aprecia tanto — murmuró Jungkook recibiendo la canasta en sus manos.
— Disfruten — sonrió — El general Namjoon estará cerca por si algo sucede, dijo que le avisará si el asunto es de suma importancia su alteza — hizo una pequeña reverencia — Espero disfruten la comida.
— Gracias — le sonrió de vuelta despidiéndose de ella— Deja esos tomates Park, hoy comeremos comida.
Dejando lo que hacía, Jimin se acercó a él con una gran sonrisa que cautivo al Alfa por unos cuantos segundos.
Su madre le había dicho que ese Omega tenía algo especial, que no solo era su belleza, y Jungkook podía confirmar eso.
Todos los empleados lo adoraban, los niños del hogar aún preguntaban por él y el pueblo parecía feliz con su futuro rey, era increíble como se había ganado el amor de todos en tan poco tiempo.— Fresas — susurro llevando una a su boca — Son las que coseche con Wendy — sonrió.
Y ahí estaba, algo que llamaba su atención de Park Jimin era su sencillez, no era estricto y si debía ayudar a servir la mesa, pese a no ser su tarea lo hacía, incluso solía ayudar en la cocina aunque solo hacía desastres y terminaba en un rincón comiendo pan con mermelada tras ser regañado por las cocineras. No le gustaba usar joyas, o trajes costosos, había pedido que un diseñador poco conocido en el pueblo fuera quien confeccionará sus trajes, y también pidió para los niños del hogar. Le gustaba encargarse de su caballo el mismo aunque luego terminaba lleno de tierra, también solía salir al jardín a pintar en el piso.
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Realeza Azul |• KookMin
FanfictionA veces el destino suele esquivocarse. Park Jimin era un pequeño príncipe Omega qué vivía sin preocupaciones. Jeon Jungkook era el heredero al trono quien luchaba por un amor prohibido. Ninguno de ellos sabía que su destino se entrelazaria. 💐PRÓXI...