Realeza Azul |• KookMin

Capítulo Veinticinco

Jimin llevó su mano a su pecho sintiendo un gran malestar repentino que casi lo hizo arrodillarse, Wheein se acercó a él de inmediato.

— Llévame con él — pidió.

La beta asintió y lo guío donde el soldado  quien estaba siendo atendido en la entrada ya que tenía una gran herida y no podían moverlo.

— Su alteza…

— ¡Traigan al doctor cuanto antes!— ordenó para luego acercarse al contrario arrodillándose junto a él — Dime la distancia, ahora.

— El bosque, cerca del lago, pude huir para pedir ayuda— susurro casi sin aliento.

— Enviamos guardias en su búsqueda príncipe— aviso Hyunjae — Apenas partieron, no están muy lejos por lo que podremos alcanzarlos.

—No será suficiente — murmuró mientras se ponía de pie— No solo pelean con armas.

Wheein vio ese destello azul en esos grises ojos y se apresuró a llegar a su lado.

— Jimin — lo llamó por su nombre pero el Omega la ignoró y se acercó a la puerta— ¡Maldición!

— Abre ahora mismo.

— No lo hagas, el príncipe Jungkook ordenó no dejarlo salir— dijo Wheein seriamente.

— El príncipe Jungkook no se encuentra aquí y podría morir en este mismo instante mientras faltas a mi orden — se acercó a él — Abre esa puerta — ordenó.

El guardia miró a la beta y se disculpó en silencio al tiempo que ordenaba abrir las puertas. Wheein maldijo por lo bajo.
Jimin frunció su ceño y sin pensarlo dos veces comenzó a correr, su ropa se desgarró a medida que sus articulaciones comenzaron a mutar, todos los guardias presentes presenciaron ante sus ojos algo que hace años no se veía en su raza, una espléndida transformacion, un hermoso lobo de pelaje blanco.

La lluvia comenzó. Los truenos eran increíblemente fuertes, Jimin corría con todas sus fuerzas tratando de llegar a tiempo, mientras a qué solo unos metros, Jungkook luchaba por su vida.

— Están muriendo — susurro sorprendido al ver a su gente caer sin vida frente a él.

Namjoon lo protegió haciendo frente.

— Debe huir ahora, los distraere, con suerte podrá escapar.

— No te dejaré aquí— negó de inmediato Jungkook.

— Príncipe…

— No— negó nuevamente atacando a espaldas del alfa a uno de los bandido con su espada.

Namjoon asintió y comenzó a luchar, había un arquero, no sabían dónde es que se encontraba pero las flechas eran su peor enemigo en ese momento. Intento avanzar encontrando de frente a uno de esos bandidos, la mayoría de sus hombres habían muerto.

— Cometiste un grave error…

— ¿Estás seguro de eso? Yo creo que quien lo comete es otro — sonrió de lado atacando de frente.

Namjoon esquivo la espalda y se deslizó gracias al barro dando un corté en su piernas haciéndolo caer de rodillas, para luego tomar valor y apuntar con el filo de su espada a su garganta.

— ¿Quién te dirige?— preguntó seriamente.

El hombro bajo su cuerpo solo sonrió, fue allí cuando alguien lo tomo de sorpresa por la espalda clavando un puñal en su costilla.

— ¡Ah!— gritó soltando su espada lo que hizo al hombre escapar de él.

Jungkook presenció todo y eso lo hizo perder la cordura, degolló al tipo frente a él con un corte limpió con su espada tratando de acercarse a Namjoon a solo unos metros cuando alguien lo pateó por la espalda haciéndolo caer de frente. La lluvia no lo dejó ver con claridad.