Capítulo Siete

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Su llegada fue bien recibida por todos en la mansión, ya que por protocolo ambos vivirían allí hasta que Jungkook asumiera el trono, el lugar era inmenso y hermoso, habían muchos jardines lo cual lo hizo sonreír. La reina organizó un banquete por su venida al Norte, el Rey estaba feliz pero se disculpó por no poder estar presente ya que tenía mucho cansancio y dolor.
Jimin entendió el porqué querían apresurar la boda cuando vio al rey.

— Hemos estado pensado en una fecha oficial, creemos que la boda debería ser en una semana— dijo la reina tomando por sorpresa a ambos.

Jimin casi escupe la sopa. Jungkook por otro lado, dejó su copa de vino sobre la mesa sin beber un solo tragó

— Mamá, ¿es necesario hablar de esto ahora?

— Jungkook.

— Estás loca si crees que me casare en una semana, no pienso hacer algo como eso, es muy pronto— negó decidido mientras se ponía de pié pasa retirarse del salón.

— ¡Jungkook, regresa en este preciso momento!— gritó endurecida.

— Estás loca si quieres que las cosas sean como tú deseas, ya te seguí la corriente con esto, pero ahora yo decido cuándo será todo — declaró saliendo de una buena vez.

La reina iba a objetar pero antes de que pudiera hacerlo, Jimin habló.

— Su alteza, si me permite, creo que Jungkook tiene razón, aún es muy pronto para hablar de eso— suspiró tratando de pensar con claridad — Apenas llegué aquí y para sincerarme con usted, no sabía nada acerca de esta unión, lo supe dos días antes de su llegada al Sur — confesó.

Del otro lado de la puerta, Jungkook aún permanecía allí. Pensó en irse hasta que oyó las palabras del Omega.

— Vaya, yo no sabía de eso— susurro sorprendida.

— Se que es un atrevimiento de mí parte pedir esto ahora — la observó — Pero siempre creí que las cosas serían diferentes para mí.

Jungkook abrió sus ojos con sorpresa, no entendía por qué carajos decía eso, pero estaba funcionando ya que su madre observaba atenta al Omega.

— Pero entiendo que esté es mí deber ahora, es solo que…

— Se a dónde quieres llegar — suspiró la Reina — No hay amor aquí y eso es lo que tú siempre soñaste, la mayoría de compromisos reales son asi— dijo con una pequeña mueca — En mí caso lo fue — confesó.

Tanto Jimin como Jungkook, al otro lado de la puerta, a solo unos metros, se aprendieron con la confesión.

— La verdad es que es duro al comienzo, pero te aseguro que después de eso no hay nada más hermoso.

— Alteza

— Odie a mí esposo por muchos tiempo, y él a mí, pero llegamos a amarnos un día cuando perdí a mí primer hijo.

— Usted— calló sin saber qué decir.

— Creí que me despreciaría pero estuvo allí, me consoló y cuido de mí en todo momento — sonrió con tristeza — Fueron días duros en los cuales lo observé tan preocupado, tan dispuesto que me rompió el corazón. Y me enamoré.

— Eso es muy lindo y triste.

— Lo sé, creí que sería infeliz aquí, pero no fue así— negó— Cuando deje de quejarme y luchar comencé a apreciar todo lo que hacía por mí, y le di una oportunidad, la misma que él me dio. Tiempo después no podíamos estar lejos el uno del otro, y cuando Jungkook llegó nuestra felicidad solo incrementó — recordó con una pequeña sonrisa — Entiendo lo que dices, se que me pides tiempo y conociendo mí historia sería injusto si no te lo concedo.

Realeza Azul |• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora