Capítulo Treinta y Uno

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Taehyung suspiro mirando a su alrededor en la sala, se sentía cansado, ni siquiera pudo dormir bien. Sus ojos estaban hinchados y apagados, ciertamente se preguntó qué carajos hacía allí.

— Hyung — sonrió Jimin bajando las escaleras con una dulce sonrisa.

El castaño le devolvió esa sonrisa pero sin muchos ánimos, Jimin notó eso y frunció su ceño una vez llegó frente a él.

— ¿Qué es lo que lo trae aquí? — preguntó— ¿Dónde está Hoseok hyung?

Los ojos cafés de Taehyung lo observaron antes de desviar su mirada con cansancio.

— Dijo que vendría en unos días, me adelante en el viaje aquí, espero no ser una molestia.

— No lo eres Hyung, vamos al jardín— lo tomó del brazo — Llevarán tu equipaje a una de las habitaciones de la mansión.

Ambos salieron camino al jardín donde caminaron en silencio por un rato antes de sentarse a un lado de la fuente. Jimin sabía que algo extraño estaba pasando en esos momentos, Taehyung se veía en mal estado, quizás él…

— Vi a mis padres hace unas semanas — habló el castaño llamando la atención del rubio — Fueron de visita.

— Hyung…

— Se que ellos esperan mucho de mi, siempre lo dicen— suspiró — Y estoy cansado de eso, yo…

Jimin tomó las manos del Omega a su lado para darle apoyo.

— Quisiera vivir una vida normal, mientras más pasan los días más me siento atrapado en ese castillo…no sé si podré ser un buen rey para esa gente.

— Acaso Hobi Hyung -

— No — sonrió cabizbajo — Culparlo sería hipócrita de mi parte, ambos fuimos obligados a esto.

— Entonces qué ocurrió Hyung…

— Creí que estaba en cinta, pero no fue así, solo fue una falsa alarma, mis padres se alegraron pero al saber la verdad se enfadaron conmigo.

— Eso es-

— Jimin — miro al Omega — Tuve un aborto espontáneo hace un mes.

— ¿Qué?— susurró incrédulo.

— Lo sentía, pero no fui cuidadoso, lo perdí— suspiró—Desde entonces, las cosas con Hoseok no van nada bien, no es por él o por mi, sino por la presión de un heredero— confesó y el rubio frunció su ceño con molestia.

— Son jóvenes aún, cómo pueden exigir algo como eso.

— Así funciona — sonrió Taehyung — Sabes, a veces desearía ser como mi hermano, ellos no esperan nada de él, solo mantenerlo alejado de esto.

— No digas eso Hyung— susurro con tristeza.

Sin pensarlo dos veces, lo abrazó, le dolía oírlo decir esas palabras, más aún porque entendía lo que sentía, Taehyung era un alma libre que fue capturada y obligada a seguir con una tradición, un acuerdo para beneficio de otros.

— Las palabras de mamá fueron crueles, sabes, “No puedes huir de tu destino, solo sirves para esto”, “Haz tu trabajo y abre tus piernas solo así podremos tener a un heredero” — suspiró con una pequeña sonrisa— Me sentí tan miserable…

Sus padres eran personas sin corazón, Taehyung no recordaba nunca haber recibido un abrazo sincero de su parte, todos los que ellos hacían eran en base a las apariencias que querían dar. Él y su hermano fueron prácticamente criados por sirvientes desde pequeños, jamás tuvieron su apoyo real.
A esas alturas, Taehyung entendía porque su hermano hizo lo que hizo en su momento, el porqué ahora para sus padres no existía. Siempre se preocupó por no ser como él, por hacer las cosas bien, pero nada funcionó, al fin y al cabo no pudo escapar de su destino, ellos ya habían firmado en su nombre.

Realeza Azul |• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora