Capítulo Treinta y Cinco

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Después de almorzar juntos, Jimin tuvo que despedirse de su rey, fue algo duro para ambos. Jungkook lo beso hasta quitarle el aliento, lo abrazó y le hizo prometerle que se cuidaría y estaría cerca de Namjoon todo el tiempo antes de marcharse.

— Ahhh aquí vamos — suspiró Namjoon poniéndose en marcha.

Jimin miró al Alfa a su lado con curiosidad, este solo le sonrió amable, el camino sería largo para ambos.

— Hay un pueblo en el límite de ambos reino, debemos llegar allí antes del anochecer, he oído que es bueno montando a caballo, espero que eso sea cierto alteza.

— Soy el mejor — asintió.

Pasar desapercibidos fue fácil, sus ropas ayudaron mucho. La reina se sorprendió cuando lo vio vestido de esa forma, pero Jimin solo rió de la situación, él estaba cómodo así pues solía ponerse prendas de ese estilo cuando huía del palacio.

— Esto es hermoso — susurro llamando la atención del Alfa — He estado tanto encerrado en ese castillo que había olvidado hermoso que era todo esto — cerró sus ojos.

— Sin duda lo es majestad — sonrió.

— ¿Hace cuanto sirves a Jungkook?— preguntó curioso.

— Desde que tenía quince — suspiró — En un paseo real la reina me encontró, vivía en las calles y solía meterse en problemas, un día me golpearon por robar comida en una caverna — sonrió al recordarlo — Estaba herido cuando el carruaje se detuvo.

— ¿Ella te ayudó?— preguntó sorprendido.

— Mmm, me llevó al palacio e hizo que curarán mis heridas, cuando desperté me visitó y preguntó sobre mí, le conté que era huérfano — miró al Omega a su lado — Dijo que si no tenía a donde ir podía servirle y acepte.

— ¿Y cómo llegaste a ser general?

— Eso fue culpa de su alteza Jeon — sonrió — Escapó al pueblo para encontrarse con…con unos amigos y lo seguí, unos bandidos lo acorralaron y lo defendí — suspiró — Sentí tanta adrenalina recorriendo mí cuerpo que no me di cuenta que había acabado ya con todos ellos, cuando el rey lo supo, castigo a su hijo y me preguntó si quería entrenar como soldado.

— Vaya, eso es increíble.

— Me esforcé mucho para obtener mí título, le debo la vida a la familia real.

— Siempre quise ser un soldado — dijo Jimin repentinamente tomando por sorpresa al mayor quien lo miró incrédulo — ¿Qué? Soy muy bueno en combate y tengo un buen manejo de la espada. Podría romper tu cuello así— doblo uno de sus dedos.

Namjoon solo comenzó a reír.

— No creo que eso sea posible en ese estado alteza.

Jimin solo hizo un pequeño puchero.

— Tienes razón, pero cuando nazca, verás que te demostraré el valor de mis palabras — asintió decidido.

[...]

Horas después, ambos llegaron al pueblo más cercano, no era muy recomendable ir solos a altas horas de la noche, Namjoon pensó que sería mejor pasar la noche allí y partir en la mañana.

— Vaya— susurró Jimin con una pequeña sonrisa mientras observaba a la gente en las calles.

— Por aquí — llamó su atención Namjoon tirando de la correa de su caballo.

Al llegar, el alfa se ocupó de pagar para el cuidado de sus caballos, luego de eso, se acercó al Omega.

— Venga conmigo — pidió entrando a la caverna.

Realeza Azul |• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora