Capítulo Dieciséis

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Jungkook regresó una semana después, había ido a la frontera para averiguar si encontraron algo acerca de los bandidos. No informó de esto a su madre solo a su padre quien le dió el permiso de tomar acción. También había seguido el consejo de Seokjin y no fue allí, algo en su corazón se sintió como el carajo al pensar que el Omega estaría esperando por él. Dolía ignorarlo, pero debía hacerlo si quería olvidarlo.

Aún así eso no impidió que de regreso al palacio pasará por esa humilde cabaña buscando rastro de su presencia y encontrando todo como solía estar siempre dejándole en claro que el Omega tampoco fue a su encuentro. Eso solo causó aún más dolor en su corazón, esperaba ser importante para él, pero por lo visto no era lo suficiente.

— Me sentí mal todos esos días pensando que lo había dejado solo a mi espera, pero resulta que él ni siquiera fue allí— susurró.

Yoongi suspiró ro al oírlo.

— Quizás fue una señal para que ambos se dejen ir finalmente, Jungkook.

— Supongo…que sí — suspiró cabizbajo.

— ¿No has hablado con Jimin?

— Ni siquiera me he acordado de él — se lamentó — Estuve pensando tanto en esto que me olvidé por completo.

— Nunca es tarde para arreglar tus estupideces, la boda oficial es en tres días Jeon.

— Lo sé, mamá ya preparo todo.

— ¿Crees que venga?— preguntó luego de varios segundos de manera cuidadosa.

— ¿Eso importa?— lo observó Jungkook — Esté o no esté presente, solo me mirara de lejos con una falda sonrisa que dirá “esto es lo correcto” cuando ambos sabemos que no es cierto— suspiró — Sinceramente, espero que no esté presente.

— Eso sería algo complicado, oí por ahí que puede que sí asista. Además de eso tu padre abrió las puertas a todos en el pueblo para una gran celebración real.

Jungkook bufó al oírlo, su madre era la más emocionada con todo esto y eso le resultaba tierno y gracioso, pero también algo exagerado y excéntrico de su parte.

—¿Tendré que hablar con ella?— sonrió — No me molestas todo esto, pero si el hecho de que quiera hacerlo a lo grande, que si algo malo sucede.

— No creo que te tome en cuenta — rió Yoongi — Jimin le dió el visto bueno.

— ¿Qué?

— Pues querido amigo, resulta que el de la idea fue tu futuro esposo.

— Ese demente…— frunció su ceño.

— Fue lindo a decir verdad — sonrió Yoongi al recordar el momento — Le dijo que las celebraciones no son grandes celebraciones si el pueblo no participa, además de que suele sobrar mucha comida en ellas y es bueno compartir.

— ¿Qué?

— Como regalo de bodas pidió a los reyes entregar viandas dulces al pueblo en la celebración, también que los niños del coro de la iglesia estuvieran presentes.

— Y mamá no pudo negarse a él.

— Exactamente, a decir verdad — miró al Alfa — Ni yo podría— confesó recibiendo una extraña mirada de Jungkook — Debo confesarlo, tiene algo que logra convencerte de las más locas ideas. Tendrás futuros problemas por su causa.

— Lo sé…

— Es muy inocente Jeon.

— Eso…también lo sé — suspiró.

Realeza Azul |• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora