Capítulo Dos

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La mañana llegó y con ella una fría brisa, un clima helado donde el sol se oculto por las nubes y los árboles se tambaleaban a causa del viento. No era un buen día, no parecía serlo y cuando los grises ojos de Jimin se abrieron supo de ello.

— Jimin…

— Lo sé — susurro mientras suspiraba sentándose sobre su cama — Los Lobos del norte están aquí.

— Debes prepararte, conocerás a tu futuro Alfa.

El Omega solo asintió y desganado se levantó, Wheein sabía lo duro que esto era para él, sus padres habían tomado la decisión de que la única forma de enderezar su carácter era mediante un matrimonio, según había oído ellos habían logrado dar con el pretendiente perfecto para el rebelde Omega.
Para todos en el castillo era triste la noticia pues ese enano era el único que les daba vida y los haría reír, pensar que en unos días ya no sería así dolía mucho.

— Mamá dijo que tendré que irme con ellos en menos de unas semanas — suspiró mientras lo vestían — Me pregunto… ¿Cómo será todo en el norte?— susurro cabizbajo.

No pasó mucho para que las lágrimas bañaran su rostro por lo que Wheein suspiró y lo abrazó contra su pecho.

— Lo siento alteza, no puedo hacer nada por usted, solo desearle lo mejor del mundo.

—¿ Vas a descansar aquí sin mí verdad?— rió secando sus lágrimas con el dorso de su mano.

Wheein negó de inmediato.

Jimin solo suspiro preparándose para lo que venía…

— Su alteza…

— ¿Por qué es tan necesario unir mí vida a alguien más?— susurro— No es que no piense en casarme sabes, es solo que aún no he vivido lo suficiente.

— Lo sé…

— Creí que tendría muchas aventuras antes de esto, y que cuando esto fuera necesario sería con alguien que amara y no que estuviera obligado a amar.

— Vamos a extrañar su presencia mí señor.

— Y yo…también voy a extrañarme, porque desde este preciso momento, se que me perderé a mí mismo — sonrió con tristeza.

Wheein suspiró, sabía acerca de todos los intento del dulce Omega por evitar su destino, fue testigo de como lloró en su alcoba y como intentó pedirle ayuda a su hermano Hoseok sin éxito pues este ya estaba en planes de boda con el joven Taehyung.
Sus padres pensaban que esa era la única manera para que ese rubio Omega dejará sus locuras, para que asentará cabeza y fuera responsable. Llevaban años intentando encontrar a Alfa perfecto para él pero Jimin rechazaba a todos, no les dejaba esperanzas y hasta el momento ganó mala fama por eso ya que la mayoría de sus pretendientes lo describió como alguien arrogante, loco, presuntuoso y caprichoso.

Solo ella y quienes vivían en ese Palacio sabían cómo era ese pequeño Omega en realidad y el gran y bondadoso corazón que poseía con todo ser vivo.

La felicidad en ese castillo se iría con él.

🍓🌼🍓

Los gemidos en la habitación eran silenciosos, ambos se entregaban el uno al otro procurando no ser oídos por nadie en ese hostal. Jungkook besaba el cuello contrario dejando rastros de saliva en él, sus manos apretaba a esas caderas con fuerza mientras un gemido ronco escapaba de sus labios cuando finalmente se vino saliendo de inmediato de ese cálido interior para correrse en su mano.

— Ah~hh…

— ¿Te lastimé?— preguntó con preocupación.

El castaño negó con una pequeña sonrisa de tristeza que Jungkook noto de inmediato. Negando con su cabeza, el alfa se acercó a su Omega besando sus labios tiernamente para luego apartarse solo un poco de su cuerpo.

Realeza Azul |• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora