Realeza Azul |• KookMin

Capítulo Treinta

Sus besos fueron poco a poco tomando intensidad, Jimin llevó sus manos al pecho del Alfa quien se iba acercando a él. De un momento a otro ya se encontraba recostado en el sillón con Jungkook sobre su cuerpo sin dejar sus labios.

— ¿Por qué dices ese tipo de cosas?— preguntó en un bajo susurro Jimin.

Jungkook sonrió y besó sus mejillas sonrojadas.

— A veces eres tan molesto— confesó — Dices que me quieres lejos de tu vida, pero luego me besas, dormimos juntos y dices que te gustó así como así — suspiro con su ceño fruncido — Y ahora sales con esto.

— Trato de ser romántico Park.

— Solo eres exasperante— regaño Jimin empujándolo lejos de su cuerpo para ponerse de pié — Quien te entiende — murmuró molesto tomando su libro y perdiéndose en los pasillos para dejarlo en su lugar.

Jungkook sonrió de lado y se puso de pie para seguirlo de inmediato. Vió como el Omega se encontraba en el pasillo tres dejando su libro en su lugar y observando la estantería en busca de uno nuevo. En silencio, se acercó al Omega quedando a sus espaldas.

— Eso mismo me preguntó yo, quién es capaz de entenderte Park Jimin — suspiró.

Ignorando su presencia, el más bajo siguió buscando un buen libro cuando de un momento a otro el alfa lo acorraló y fue capaz de sentir su pecho a sus espaldas.

— ¿Qué haces? — murmuró dándose la vuelta.

Esos oscuros ojos azules lo miraban fijamente. Jimin no sabía por qué razón no odia quitarles la vista de encima, era como una guerra que estaba dispuesto a ganar.

— Lo lamentó.

— Si lo lamentas tanto entonces dime la razón de tu ausencia.

— Lo haría si no tuviera ciertas sospechas de algo.

— Eh— frunció su ceño Jimin.

Jungkook solo le sonrió. Podría decirle la verdad pero temía lastimarlo, también tenía miedo de ser juzgado por él en lugar de comprendido. Mucho de lo que hacía no tenía justificación, como Alfa no le debía explicaciones a ese Omega, su raza siempre fue inferior a la suya y era mal visto ese tipo de acciones.

Pero eso no se tratan de solo sexo, había algo más.

— ¿Qué sospechas?

— De que me amas — le sonrió con burla.

Jimin se sonrojó furiosamente y sabiendo lo que vendría a continuación, Jungkook corrió siendo perseguido por el adorable Omega.
Al final del pasillo, Jimin logró atraparlo y sonrió con victoria hasta que los roles cambiaron y fue él quien se encontró con su espalda apoyada en la pared aún lado de la estantería.

— Oye tú-

Y nuevamente, Jeon Jungkook, lo había besando.

Está vez el beso volvió a ser intenso y él no se atrevió a alejarlo, más bien correspondió tímidamente. Jungkook degustó los labios del contrario hasta que su alfa reaccionó. Fue así como de un momento a otro lo tenía rodeando sus caderas con sus piernas mientras era empotrado contra la pared.

— Espera…aquí no— susurro casi sin aire Jimin cerrando sus ojos ante los besos dados en su cuello.

— No creo llegar a nuestra habitación — confesó Jungkook.

— ¿De qué estás hablando?— balbuceó.

Minutos después, se encontraba dándole la espalda al Alfa con sus manos apoyadas en la estantería. Los gemidos que escapaban de su boca eran increíblemente fuertes, Jungkook arremetía contra él sin piedad alguna.