Capítulo Veinticuatro

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Habían parado dos días desde la partida de Jungkook, Jimin se preguntaba cómo estaría todo por allá, esperaba que el alfa llegara a salvo al reino y pudiera traerle información acerca de lo ocurrido, en verdad deseaba haberlo acompañado.

Mientras él seguía en el jardín sumergido en sus pensamientos, Wheein caminaba por los pasillos en su búsqueda hasta que finalmente dio con él. Jimin dejó lo que hacía y la observó con calma.
La beta se acercó a él y le dio un sobre.

-Conseguí todo para preparar un delicioso pastel para los niños del hogar - informó con una pequeña sonrisa - Aunque, uno de ellos se acercó a darme esto, dijo que una hermosa mujer lo manda.

- ¿Y porque me lo das a mí?

- Porque dijo que era para usted, príncipe.

Frunciendo su ceño, Jimin tomó el sobre y lo abrió sacando la carta de su interior la cual se encontraba en blanco.

- Eso es extra- ¿qué hace, a dónde va?- preguntó cuando el Omega se puso de pie y camino a la fuerte- Príncipe...- lo siguió de cerca.

Jimin la ignoró por completo, al llegar a la fuente sumergió la carta en el agua sin cuidado.

- Será hoy...en el lago- susurro al ver el mensaje.

- ¿Cómo supo que debía hacer eso?

- Entre los libros que mí difunta abuela dejó, encontré muchos sobres en blanco, solía dibujar en ellos hasta que un día quise pintar con acuarelas y encontré mensajes ocultos en cada carta.

- Eso es...

- Así es como supe de ella, y del otro reino.

- Príncipe...

- Se que no vas a creerme, pero es cierto, hay más de lo que podemos ver Wheein, mucho más y-

-Eso es solo una vieja leyenda...

- Te oyes como Taehyung y Hoseok - sonrió cabizbajo.

- Hay muchas brujas en el reino, cada reino tiene de esas arpías, príncipe - se sentó a su lado - Solo engañan a la gente. Si hubiera otro reino todos lo sabrían, o al menos alguien tendría conocimiento de él, pero solo es un mito que jamás fue comprobado al cien por ciento.

- Pero y si-

- Se que sus ansias de huir hacen que crea en todo esto- lo interrumpió- Lo entiendo, pero debería dejar este tipo de cosas y enfrentar su realidad, se que usted y el príncipe Jungkook podrán ser felices algún día- le sonrió - Mejor siga con su pintura y luego vaya a descansar, es tarde y anochece. Deje esto de lado, de todas formas no podrá evadir a los guardias, sería una pérdida de tiempo.

Jimin suspiro y asintió con su cabeza dejando la carta aún lado. Wheein se sintió feliz de que esté le hiciera caso y se puso de pié.

- Les diré que comiencen con la cena.

- Gracias- le sonrió.

[...]

Después de cenar y hablar con los sirvientes y concubinas, Wheein se encargó de monitorear a los guardias en sus puestos, Jungkook le había perdido hacerlo cada noche ya que Namjoon iría con él.

- Ahh... - suspiró con cansancio, su día había sido movido, estaba agotada.

En esos momentos lo único que deseaba más que nada en la vida, era descansar en su cómoda cama hasta el día siguiente.

- Al menos ya se durmió - murmuró entrando a su habitación.

Jimin había obedecido todas sus palabras, incluso comió con todos las sirvientas como solía hacer cuando Jungkook no estaba, luego de ello se despidió de todos temprano ya que decía estar muy cansado por estar pintando en el jardín por horas. En resumen, el Omega se veía calmado y obediente ese día.

Realeza Azul |• KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora