Es inquieto quizás cuando el estómago se contrae y la mente no está en paz, cuando te incita a no poder dormir y a girar en las sábanas hasta que tus pies arden. El constante pensamiento que llega de repente, como olas en las profundidades del mar, se deposita en tus sesos como un gusano, se retuerce y hace agujeros, al punto de hacerte saber que el único calmante para el cosquilleo en tus manos es levantarte e ir a ver el maldito problema.Así fue como se sintió Louis toda la noche, no pudo cerrar los ojos y conseguir el descanso al creer que alguien iría a su torre por no echar llave. Debería reír, una llave no haría la diferencia en nada, pero le causaba bastante paz saber que el seguro estaba puesto y que nadie podría "entrar" a pesar de que la puerta fuera de madera.
Cuando el alba asomó y un cielo despejado se vio a lo lejos decidió levantarse.
Harry le daba la espalda mientras él mantenía sus brazos alrededor de su cintura. Dormía en paz, como siempre cuando él estaba cerca. Desde su periferia podía observar su oreja, el cuello y su hombro, escuchaba su tranquila respiración, entrando a sus pulmones para purificarlos. Le gustaba la idea de que ahora, por muy fantástico que fuera, podrían ver una clase de arcoíris. Le gustaba pensar que tendría un pedacito del amor y del alma del príncipe a causa de haber compartido y saboreado sus cuerpos.
—Volveré pronto —le susurró en su oído, para luego besar su hombro y cubrirlo bien con el cobertor. Harry no se inmutó, tampoco despertó por el ruido que generó al recoger su chaqueta del suelo y cubrir su cuerpo con la capa al levantarse. Louis acomodó su cabello observando la cama donde Harry dormía profundamente. Sonrió de lado, si pudiera, reviviría la noche anterior millones de veces. Se calzó en sus botas, las cuales no ató y se marchó de la habitación.
No se molestó en encender la antorcha, creía que no se demoraría en ir a cerrar la puerta y volver, pero fue un completo iluso, ya que, al estar frente a la tan conocida puerta marrón, esta se encontraba abierta. Se mecía lentamente por el viento que entraba por la ventana. Frunció el ceño, pisó otro peldaño en la escalera para ver quién podía estar dentro.
Alguien había entrado a su antigua habitación, al lugar donde su madre lo acunó de pequeño y contó historias con sus manos frente a la vela para hacer sombras en la pared. Podía ver los conejos, el ciervo y el perro, aquellas siluetas que el doctor Basil le había enseñado. Escuchó la risa de su madre cuando se iban a dormir, a pesar de que ella tuviera una cara de muerte siempre lo hizo sonreír. Cerró los ojos para disipar los recuerdos, no podía tardar, Harry despertaría y se preocuparía. Inspiró profundo y entró de golpe, cerró la puerta con fuerza detrás de si y miró fijamente la figura del hombre que contemplaba por la ventana, con sus manos entrelazadas detrás de su espalda.
Se enderezó y esperó que el hombre girara la cabeza para hablar, cuando él lo hizo, Louis estrechó los ojos en molestia y empuñó sus manos.
—Creí que te habías ido hace mucho, que Alastor te había aniquilado cuando te buscó.
Sebastian soltó sus manos y las dejó caer a los costados de su cuerpo, lo miró con tristeza, como siempre había hecho cuando él era un mocoso. Miró a otra parte para no ver en los ojos de Sebastian todos esos recuerdos horrorosos que lo atormentaban. Como la muerte de su madre.
—Me escondí, como siempre me enseñaron tu y mi mamá.
—¿En las paredes? —Un escalofrío trémulo recorrió los brazos de Louis al oírlo, sus ojos se clavaron en el cuerpo delgaducho del mayordomo.
—¿Qué dijiste?
—Sé que te escondes en la pared... o eso concluí cuando lo oí.
Frunció el ceño, sus hombros empezaron a doler al tenerlos tan tensos.
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Crsálida (LS)
FanfictionCuando el príncipe Harry queda sin herencia gracias a su padre, su vida se torna solitaria dentro del castillo, pero no es hasta que una noche se da cuenta que alguien vive detrás de las paredes de su hogar, que su vida amarga y silenciosa da un gir...