A medida que se acercaba al pasillo en donde se encontraba la habitación de Philip, el corazón de Harry saltó más precipitadamente para finalizar en un doloroso vuelco. En su mente solo pudo imaginar a Erik con un cuchillo, a Erik estrangulando a Philip hasta reducirlo a un horrible color morado o en Erik fuera de si golpeando a cualquier persona por enterarse de la verdad de su nacimiento. Era consciente —o al menos un poco— de que no tenía la fuerza necesaria para derribar al monstruo y detener la pelea, pero su bondad siempre le jugaba en contra y le hacía socorrer a quienes no se lo merecían.Se escuchó los cuerpos estrellarse contra el piso, objetos caer, libros volar y las mesas correrse. Harry no se sorprendió al ver el suelo con leves manchas de sangre cuando abrió la puerta de súbito, encontrándose con la escena donde Erik estaba encima de Philip; sus manos huesudas rodeaban su cuello mientras sus pulgares se hundían en su piel. Harry abrió los ojos tanto como pudo y avanzó a ellos, pero Philip, ignorando su presencia, no se dejó ahocar y comenzó a arañar el rostro de Erik para intentar librarse.
—¡Guardias! —llamó por la puerta al ver que ninguno llegaba a pesar del griterío — ¡Guardias, Erik matará a Philip si no hacen algo! ¡Llamen a mi padre!
—¡Vete! —La voz de Erik sonó ahogada, pero aun así consiguió asustar a Harry. Se dio cuenta que lo miraba mientras los dedos de Philip se enterraban en su cabeza y jalaban su cabello.
—¡No me iré! —exclamó con terror al ver los labios azules de Philip. Sin pensarlo se lanzó sobre ellos y rodeó el cuello de Erik con ambos brazos para lanzarlo al suelo — ¡Erik, detente, lo estas matando!
—¡Suel... tame!
Erik golpeó la costilla de Harry con su codo haciendo que este se tambaleara y quedara con poco aire, sin embargo, logró recobrarse y empujar a Erik, haciéndole caer de costado al piso. Philip al quedar libre comenzó a toser y generar arcadas, con una de sus manos frotó su piel irritada. Harry fue hasta él y le ayudó a sostenerse en su codo para que pudiera respirar. Erik cayó de trasero a un lado y contempló a sus hermanos, fijándose más de la cuenta en Harry, su nueva presa para drenar el enojo que lo cegaba.
Volvió a levantarse y sin previo aviso rodeó el cuerpo del príncipe de rizos. Harry gritó agudo cuando sintió las uñas clavarse en su piel debajo de su ropa, soltó a Philip y se dejó caer de espaldas al suelo. El calor del fuego le ardió en la mejilla mientras era abrazado con fuerza por Erik, imposibilitándole la correcta respiración. Estaban a un lado de la chimenea, lo que aumentaba la posibilidad de que Erik lo echara a las brasas para quemarlo.
Los golpes iban y venían, Harry intentó patalear, pero Erik le ganaba en fuerza. Gimió por el dolor que le produjeron sus nudillos fríos que se clavaron en su mandíbula golpe tras golpe. Debería estar acostumbrado pensó, tantos años viviendo lo mismo, pero uno nunca se acostumbra al dolor que le genera la propia familia, menos si este se muestra a través del maltrato físico.
—¡Vete de aquí enfermo! —gritó Erik en su rostro —¡Nadie te llamó malnacido!
—¡No, Philip necesita mi ayuda! —intentó decir en un resuello, cubriéndose el rostro con temblor con los brazos. Erik lo sujetó por las muñecas para que no lo hiciera, se las dejó sobre la cabeza, lo que le permitió a Harry ver la sonrisa petulante de él asomar. Pensó en borrársela de una patada, pero no era tan ágil. Respiró a cuestas —¡Deja a Philip en paz!
— Harry, no lo hagas, vete de aquí —escuchó decir a Philip entre jadeos a un lado.
Harry giró la cabeza para verlo.
—Va a matarte —expresó asustado. Philip se puso de pie sin prestarle mucha atención.
—¿Lo crees capaz? Es más débil que un pedazo de paja. Vete de aquí, este asunto es mío y de Erik —No se lo dijo a él, los ojos de Philip se desviaron a Erik al decirlo, lo que sin duda fue peor. Harry pudo ver el rostro del nombrado transformarse lentamente en uno sombrío.
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Crsálida (LS)
Fiksi PenggemarCuando el príncipe Harry queda sin herencia gracias a su padre, su vida se torna solitaria dentro del castillo, pero no es hasta que una noche se da cuenta que alguien vive detrás de las paredes de su hogar, que su vida amarga y silenciosa da un gir...