Min Yoongi no dejaba de preguntarse en qué momento sus decisiones lo habían llevado a encontrarse ahora de este modo, conduciendo su camioneta Hyundai en la ruta bajo el temprano atardecer, lo bastante lejos de Seúl mientras el gélido viento de noviembre ingresaba por las ventanillas abiertas.
Por supuesto que le había insistido a Jungkook que subiera las ventanillas, hacía un frío del demonio en la ruta nocturna, pero era un caso sin sentido si él estaba encaprichado en que una escapada de fin de semana debía disfrutarse de este modo, con la arbitraria idea de que el aire de la ruta estaba para sentirse en todo el rostro o nada de este viaje tendría sentido.
En los asientos traseros, la voz de Jimin seguía las canciones que sonaban en la radio y persistía en sus oídos, acaso calmando su fuero interno. Mientras tanto, el mocoso castaño practicaba sus habilidades vocales y el profesor Jeon se ponía puntilloso al momento de señalarle correcciones.
—Tienes que respirar con el diafragma, Taehyung-ssi —le indicaba, alzando un poco su voz porque el viento aplastaba a cien kilómetros por hora.
Lo que el oído de Yoongi atrapaba eran puros griteríos de un lado a otro y un vendaval feroz que aumentaba su dolor de cabeza.
—¡Nunca entenderé lo del diafragma, hyung! Yo siempre pensé que cantar era cuestión de sentirlo.
—No lo haces nada mal, Tae —lo consolaba Jimin—. Pero creo que es hora de cantar más suavecito o Yoongi hyung nos sacará a patadas.
—¡Pon algo de Taylor Swift, hyung! —exigió Tae.
—¿Puedes concentrarte en ignorar a los mocosos de una vez y manejar el GPS decentemente? —pidió Yoongi.
Jungkook se la había pasado cantando o sacando la cabeza por la ventanilla para sentir el viento en lugar de guiar a Yoongi por las distintas rotondas, de modo que era doble trabajo para el mayor, quien comenzaba a sentirse como el único adulto ahí.
¿Por qué demonios había aceptado ser el conductor en primer lugar?
—Eres un viejo cascarrabias, Min Yoongi. Llevamos una hora en la ruta y ni una vez tomamos una dirección equivocada, así que no tienes nada que reclamarme —berrinchó—. Tae, ¿esta canción está bien?
Jungkook reprodujo Style de la famosa artista y los menores de inmediato comenzaron a cantar como si estuvieran programados para hacerlo, moviendo sus brazos al ritmo y armonizando ciertamente mal.
Yoongi suspiró, queriéndose arrancar la cabellera pero tenía las manos ocupadas en el volante. A la derecha el sol comenzaba a caer, dando paso a las primeras estrellas que se extendían en el pálido firmamento. Los colores lila y naranja se mezclaban como el óleo hermosamente, salpicándose de pequeños puntos blancos en un espacio que en torno a la ruta se desplegaba al infinito. A pesar de que conducía velozmente, comenzaban a traslucirse el borroneo de algunos árboles cuyo ropaje había logrado sobrevivir al otoño.
—¿Por qué no hay vacas? —preguntó Jimin.
—Deben estar durmiendo, ¿no? —razonó Tae.
—Oh, es una pena. Estaba entusiasmado de ver a las vacas o caballos.
—Todavía tenemos un gato y un conejo, hyung.
—¿Jungkook-ie también puede transformarse en su conejo? Debería mostrarnos hoy. ¡Yoongi hyung, yo tampoco te he visto como un gato completo!
—Ni siquiera lo pienses, Jimin —terciaba de inmediato.
—¡No sea arisco, Mini Min! Por favor~ —puchereaba.
Conversaciones como esa morían a las espaldas de los mayores, quienes mantenían sus propias charlas un poco más tranquilas, de vez en cuando entremezclándose unas con otras.
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Song Request (Y.M)
FanficMin Yoongi es profesor de música y en secreto, cambiaformas de gato. Park Jimin es el alumno estrella de Teoría Musical I con un don para el canto. Diez años de diferencia los separan y rebalsan los límites de lo prohibido. Tal vez Jimin tiende a c...