Están esas madrugadas,
donde estoy comiendo algo
sentada en el suelo.
Tengo la cabeza inclinada
sobre la pared.
Te encuentro en silencio.
Imaginando que eres tú.
Imaginando que es tu hombro.
Imaginando que aun nos queda tiempo.
Imaginando que no lloro,
que te dije que te quiero.
Estás libre de pecados,
desde que nos sacaron del cielo.
Vivo imaginándote a mi lado,
aunque sé que nos mintieron.
No hay otra mitad, eres una mentira.
Aun así por tenerte
diera esta
y todas mis vidas.
Preferiría morir
a pensar que me olvidas.
Y ahí está la trampa,
lo que no consigo.
No se puede olvidar
lo que no has conocido.
Y si no llegas a tiempo,
finge que me he dormido,
con mi cabeza en tu hombro,
Apacible y sonriendo.
Finge que me (re)encontré contigo.