No hay un estilo fijo,
ni promesas de rimas constantes.
Yo fluyo como el agua,
si me congela el frío,
soy como un hielo cortante.
O puedo ser cálida, tierna.
Tomo la forma, la que tengas,
no la que quieras darme.
Mientras más me retengas
más aprenderé a escaparme.
No puedes atraparme,
pero sí sentirme.
Efímera me envuelvo
por todo tu cuerpo.
Efímera me escuchas
cuando empiesa a llover.
Y en el petricor
me hueles bien.
Mírame, no soy lo que crees.
Lo que necesites tampoco seré.
Yo soy agua, no intentes ser juez.
La forma que tengas, esa tomaré.
Y me tomarás de ese vaso
y me respirarás si hay vapor,
y tu bebida enfriarás
con cuadraditos sólidos
sin saber que sigo siendo yo.
Tu jardín haré crecer,
ahogaré a esa flor.
Contamíname o purifícame,
haz lo que te parezca mejor
que yo saldré de la tierra
y de allí de vuelta al cielo.
Tocaré tu cabeza, de nuevo,
cuando baje en forma de aguacero.
