Cuando solo quedan promesas que no queremos romper
y ese adiós que no nos atrevemos a decir.
Cuando la noche nos estrangule el alma,
¿Será un buen momento para decidir?
Porque aunque el mar esté en calma,
no puedo seguir nadando entre nubes.
Así que si vuelvo a la nada
y ves mi cara mojada,
no preguntes si lloré.
Cuando el último de nuestros sueños halla muerto,
deja que nos consuma el silencio.
Porsupuesto que no quiero esto,
pero no tengo la opción, tampoco,
de elegir.
Por mucho que nos hagamos los locos sabes que me tengo que ir.