Se empiesa de a poco.
Roma no se construyó en un día.
Si hoy te dí las sobras,
tal vez mañana
hasta lo que no tengo
te daría.
Te regalo restos de besos,
de versos,
de las canciones
acordes perversos.
Recurdos funestos,
te regalo un telescopio
porque el brillo de las estrellas,
hoy no lo veo.
Y si me compras mis baratijas,
mañana el alma te la regalo.
Envuelta en una tela de seda,
con oro y joyas adornando
una mirada más sincera,
un amor más enraizado.
Acepte hoy mi suplicio,
mañana le llenaré de gozo.
Si secas mis lágrimas,
solo si lo haces
te invitaré a formar parte de mis logros.
Cuando todos los círculos,
del infierno, hallas pasado;
solo entonces, amor,
te llevaré al paraíso anhelado.
Nada puede ser puro,
sin antes haberse purgado.
Ningún árbol grande crece
sin que antes lo hallan plantado.