Oh, mira al chico de pelo largo
con su guitarra y su ropa negra.
Amo la forma en que le queda esa camiseta, tan holgada.
Sé que tiene algo importante que decir
y yo tengo algo importante que sentir.
Y yo me derrito sobre el suelo,
porque lo escucho y me escucho.
Y él está viviendo el sueño,
cuando sus pesadillas le dan un respiro.
Y yo estoy sonriendo,
sabiendo que no soy la única
que se perdió en lo oscuro.
La noche nos cuenta secretos.
La madrugada nos acompaña.
Ese cigarrillo no necesita otra calada,
pero me siento extraña.
Es como si me vigilaras,
es como si me ignoraras,
es como si me abandonaras.
¿Porqué le hablo a la chica del espejo?
Hace tres tragos tenía las cosas más claras.
Aunque en la oscuridad no se nos escapa nada.
Los besos que quiero dar,
las caricias enterradas.
Las estrellas son testigos...
y finjimos que no pasa nada.
Porque me pasa todo,
Pero no contigo.
Porque te pasa todo,
pero yo no estoy interesada.
Y así quemamos la noche
en una hoguera de besos.
Manchando con tu perfume
el paso del tiempo
y mis exesos.
Llévame a casa a tiempo.
No habrá nada de sexo...
Pero te gustaría.
Soy solo eso, solo una idea
de un lazo inconexo.
Tu piel arde, la mía está fría.
Te cambio tus horas por un par de besos.
Tienes labios que devoraría,
una y otra vez sin importar el precio.
Bajó un ángel y dijo: "sabía que lo harías, tarde o temprano recaerías".
Cariño no me gustan las drogas,
pero quiero oirte decir: eres mía.
Así que me pierdo contigo
en laberintos de fantasía.
Llévame a casa antes de que me toque la luz del día.
Cariño no me gustan las drogas,
pero por otro beso me arriesgaría.
Pasando un poco la hora de llegada...
¿A donde me llevarías?
Si me escapo esta noche,
si te apuesto este instante,
¿A donde me llevarías?
El desastre se expande
y tú no te detienes todavía.
Tócame, antes de que se haga de día.
Dime otra vez: eres mía.
