Sendero primigenio #2

†Capitulo 165† Alumnos de Bator

Durante el día, los estudiantes del único Elitezard calificado, podían hacer lo que quisieran siempre y cuando cumplieran con las reglas que su tutor les imponía.

Estos, obedecían sin necesidad de reprimendas, y en la mayoría de los casos, usaban su tiempo para entrenar o estudiar en la limitada biblioteca a la que el señor de la fortaleza les daba acceso.

...Claro, había ocasiones en las que alguno que otro alumno,
cómo la bella muchacha peliroja con trenzas castañas, y el modesto joven de cabello negro y corto, se lanzaban a alguna aventura con el niño salvaje que se escapaba de los calabozos.

Era una actitud peligrosa, si...
pero no hacían cosas graves,
¿Robar?...quizás estuviera mal visto,
pero esos dos alumnos eran los futuros protectores de la fortaleza.

Y a vistas de los civiles, tal cual hiban las cosas, terminarían muriendo de viejos por su estadía forzada en el lugar.

....

Al amanecer, Saharam salió de una casa perteneciente a su nuevo maestro.

En ella se albergaban los alumnos cuyo don mágico les otorgaba un estatus superior al de cualquier miembro de la milicia en aquella fortaleza.

Los aprendices Elitezards tan solo estaban por debajo de Bástheon y su compañia de berserkers blindados,
pero que era aquello comparado a los cientos de soldados que conformaban la guardia en las murallas y sus torres,
los soldados que patrullaban en el interior de la fortaleza, y los que custodiaban lugares importantes como la torre de extracción, el santuario celestial, el palacio de los tres señores y el subterráneo dónde se había estado ampliando un proyecto especial...

Había muchas ramas más como los civiles que portaban cargos importantes de estatus y profesiones,
pero tal cual, nadie se oponía a los privilegios de quienes algún día los protegerían del monstruo devorador.

Morgan bromeaba con el pequeño Elketh, pellizcandole las mejillas y causando que Kaston se carcajeara por lo divertido de la situación.

Beasly y Octavio habían salido para empezar sus actividades diarias, y el Titan, al tener una "libertad" para pasearse por la fortaleza, decidió alejarse del par de la muchacha pelliscadora, y su amigo el burlón..
a lo que el pequeño niño le pasase, no era de su incumbencia.

-¡Ay, ay, ya suéltame!-
Se escuchó de fondo a medida que Saharam se alejaba contemplando las grises cabañas y casas de varios pisos que se alineaban en cuadros imperfectos de la zona rural.

-¡Jajaja, hace mucho tiempo que quería que fuésemos buenos amigos!-.
Pronunció Morgan mientras las carcajadas de Kaston resonaban hacia toda la calle.

...Por fin se había alejado lo suficiente, y ahora podía relajarse dado que no sentía que alguien lo estuviera siguiendo.

El Titan sagrado portaba ahora su propio "uniforme", que era más bien alguna especie de tunica de combate ajustada, con placas de cuero blanco y trozos de tela dorada.

Tenía un aspecto... inusual,
pero al menos su traje de alumno tenía incluida una capucha como la de su maestro, por lo que pudo ocultar su rostro sin ningún problema.

Si alguien quería interrogarlo por pasearse por ahí con un aspecto sospechoso, verían el estandarte de Bator en su espalda, y lo dejarían en paz de inmediato.