El anciano Shaelonhg se había asegurado de tomar las mejores medidas de bienvenida para los cinco jóvenes que llegaron junto a su jefe de caballeros blindados.
"No podía ser tan hostil con ellos"...
Después de todo, aunque la mayoría no fueran de apariencia Imperial o siquiera creyera que fueran humanos.
Reconocía su valor y estaba agradecido con el hecho de que salvaron a Bástheon.
En tiempos donde necesitaba a tantos hermanos de sangre Imperial, seguir perdiendo miembros de la fortaleza no era una opción permitible.
¿Cómo era acaso que se dieran el lujo de soportar tal vergüenza?...
¡Una criatura impía los tenía contra la pared!. Aprisionando Los,
hasta que pudieran ser rescatados.
Tenían los recursos suficientes para resguardarse durante un tiempo indefinido.
"La verdadera fuente de energía" que nutría el domo de la fortaleza yacia encerrada en una siniestra torre bien vigilada...
Al anciano no le remordia la consciencia todo el sufrimiento que tenían que causar para mantenerse a salvo a el y a los suyos.
Aunque lo único que causaba preocupación en el lider de esa comunidad, era el mantener cargado el domo que los protegía de una intromisión más de aquella aberración.
Y para ello..si es que quería mantener la seguridad de su amada gente.
...Primero debía hacer...
Lo que un verdadero humano debía hacer.
No importando si esto conllevaba a un martirio insoportable para aquellos que debían sacrificarse en pos de la verdadera humanidad.
Los vástagos de la raza decaída debían servir a los elegidos del cielo.
La nación imperial...sobreviviría para erguir a la humanidad de nuevo a la cima que le pertenecía.
Y nadie podría impedircelos.
-Mjhmm-.
Shaelonhg se aclaró la garganta.
Por unos breves segundos, se había sumergido en un mar de pensamientos turbios que involucraban cientos de años pesados para sus antepasados.
Acciones necesarias para la supervivencia de los mas fuertes y el poder asegurar a los elegidos..
¡A los más dignos!.
Aunque...en estos momentos,
debía cuidar muy bien sus pensamientos.
Si seguía haci, podría incomodar a su invitado.
Un joven apuesto de apariencia pura y angelical.
Con un porte y brillo dorado a pesar de que en el cuello llevaba un sello especial para disminuir el poder en su interior.
...El anciano y sus guardias quedaron perplejos en cuanto vieron tal cosa...
Haci como aquella chica de piel gris desprendía tal energía corrupta aún con su clara contención.
Este joven llamado Saharam presentaba grandes dotes celestiales.
Sus meridianos fluían acorde a los cantos sagrados aprendidos gracias a la conexión divina.
Aquel murmullo congregado en la ascendente luz de la benignidad, que los envolvería al final de los tiempos siempre y cuando hubieran cumplido con su bienaventurado propósito.
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Sendero primigenio #2
FantastikLuego de su repentino origen y comenzar una aventura donde desarrollaron parte de su potencial, los cinco hermanos deberán fortalecer sus lazos para la parte final de su viaje. Donde...al haberse desarrollado cada uno su manera de ver la vida, tendr...
