Die ersten unangemessenen Berührungen, die nicht hätten passieren dürfen

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Para Jiraiya en un abrir y cerrar de ojos, pasaron los 4 meses en esa aldea, había logrado tener demasiado rápido sus libros, el oji azul tenía mejor control de chakra, se concentraba más que antes, sorprendiéndolo por aprender los jutsus más rápido con la supervisión que le daba, el chico se veía demasiado feliz por cómo estaba avanzando, gracias al cielo ya no se avergonzaba como el primer día por las ropas que le hacía usar, también había notado que se había vuelto algo desvergonzado, cada día al masturbarse delante de él, para al día siguiente actuar normal, como si lo que hacia delante de él fuese otra persona.

Mientras Naruto se avergonzaba de cómo se comportaba en las noches, en las mañanas prefería hacer como si nada de lo que hacia delante del adulto en las noches hubiese sucedido, para no avergonzarse más a sí mismo, porque cada vez era más descarado, el sannin había hecho lo prometido, y el esperaba en la habitación cuando entraba con alguna mujer de lo que ahora ya sabía que era un prostíbulo.

Era hora de irse de aquel pueblo, y aunque le molestaba al inicio las ropas que usaba, había hecho lo dicho por el peliblanco, sin notificarle que había conseguido regalos de hombres que le pretendían, que vendía para guardar el dinero, o en su defecto se quedaba con los obsequios si había algo que le gustara, procurando que nadie se propasara con él, al decir que el sannin Jiraiya era su esposo; realmente le gustaba como le hacían sentir, algo que jamás experimentaría en la aldea, llamar la atención de personas, sin tener que hacer travesuras.

-Naruto ya vámonos -comento listo, le había enseñado al niño a guardar cosas en sellos, estaba orgulloso de todo lo que había avanzado el rubio en esos 4 meses.

-Voy -comento terminando de colocarse su ropa, al dejar de pensar en los regalos que mantenía oculto del peliblanco, al salir el sannin, entrecerró sus ojos, estaba seguro que aquello no se lo había comparado él.

-¿Estás seguro de querer irte así? -pregunto consternado, un día antes le había dicho que podía usar su ropa.

-Si, ¿Por qué? -pregunto inocentemente, con aquella blusa transparente, que mostraba sus pechos, mientras usaba unas licras cortas.

-Se te miran los pechos y pezones -dijo algo molesto.

-Usted me dijo que no tenía que avergonzarme de mi cuerpo -comento serio, sin comprender cual era el problema.

-Naruto, con esa ropa estas casi dando una invitación a que te toquen -dijo para que entendiera, cuál era el problema.

-¿Por qué? -pregunto, al no obtener respuesta, empezó a caminar. -Ya vámonos Jiraiya -dijo pasando aun lado de él, pero no se esperó que el sannin hiciera lo que hizo. -¡Jiraiyaaa..., aaahhh...! -exclamo sorprendido, el adulto nunca le había tocado y en ese momento, le había agarrado los dos pechos, con tal fuerza que había roto aquella blusa.

-Esto yo no te lo compre Naruto -susurro, cabreado, escuchando como gemía. -Tanto deseas, ¿Qué alguien te toque? -pregunto apretando al mismo tiempo los pezones de aquel cuerpo femenino, escuchando como decía su nombre, pidiéndole que parara, por lo que Naruto había sentido en su zona baja, preocupado por que se diese cuenta el adulto. -Ve a ponerte otra blusa Naruto, creo que ahora entiendes a que me refiero, ¿verdad? -comento, soltando los pechos, después de estar jugando con ellos por 5 minutos.

-Siiii... -jadeo Naruto, corriendo devuelta a la habitación en donde había estado todo ese tiempo, necesitaba tomar un baño, había tenido un orgasmo, sin siquiera tocarse abajo.

-Mierda -siseo golpeando la pared, molesto por cómo se sentía en ese momento; no le había agradado el pensamiento de que le mostrase ah alguien el cuerpo que solo el veía, menos el que alguien le había regalado aquello, y Naruto lo había tomado, usándolo como algo normal, ni el impulso que lo había llevado a tocarlo tan bruscamente, para que entendiera lo que le había dicho, el hecho es que solo iba a colocar sus manos, pero había terminado agarrando aquellos pechos con fuerza, que nadie nunca había tocado; con el deseo de quitarle aquella prenda que él no le dio, terminando por pellizcar aquellos pezones, deteniéndose levemente por el gemido que había terminado dando su pupilo, ya que no soltó los pechos hasta que se dio cuenta como se había puesto, cerro sus ojos, desapareciendo aquellas imágenes para controlar la erección que tenía; desde que le sujetara aquellos pechos firmes. -No debí tocarlo -susurro, una vez calmado, se sentó avergonzado de lo que había hecho, con una cara molesta, hasta que salió Naruto con otra ropa, ahora si de las que él le había comprado.

-Ya vámonos -respondió cabreado Naruto, no quería que viera lo avergonzado que se sentía, ni recordar que quizás se había dado cuenta el sannin de que había tenido un orgasmo; Jiraiya se levantó, no tenía el deseo de hablar, se fueron de aquel lugar sin hablar por un tiempo, habían quedado que solo cuando se quedaran en alguna casa, seguirían con la vida que habían establecido en esa aldea, el peliblanco no quería que nadie viera aquella intimidad que el rubio le regalaba; lo que no le gusto es que en todo el camino vieran o dijeran cosas sobre la niña con la que iba, aquella niña que se estaba volviendo mujer, viajaron 4 meses de aquel modo, solamente entrenando, hasta que llegaron a su destino.

¿Asexual o demisexual? La historia de como Jiraiya hizo cambiar a NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora