Die Ausbrüche eines bewusstlosen und unwissenden alten Mannes.

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Por fin era el día, en que cumplía 15 años, estaba demasiado ansioso, especialmente por todo lo que había planeado, meticulosamente, sabía que cuando Jiraiya bebía en exceso sin controlarse este nunca recordaba nada al día siguiente, prueba de ello, era las veces en que lo había tocado más de la cuenta y las cosas que le había hecho a su cuerpo, siempre sin llegar a penetrarle, siempre siendo el sannin el que hacía todo desde que el tuviese 13 años, quizás debió decirle al enfrentarle, pero sabía que si lo hacía era muy probable que no le cumpliera lo de beber juntos.

Si era descarado y actuaba de ese modo era porque su sensei, siempre lo iba a manosear cada que estaba borracho y el olvidaba colocarle seguro a la puerta, la primera vez se había shockeado, pensando que era un sueño, ya que a cómo este había entrado solo a frotarse encima de su zona inferior, se había ido después de lograr su satisfacción; la primera vez que despertó con restos de algo en su cuerpo, pensó que las imágenes que lograba deslumbrar eran recuerdos de su sueño; pero la segunda vez fue más consciente, lo que le hizo comprender que las escenas que rememoraba desde aquella vez no eran para nada memorias de fantasías suprimidas por querer experimentar más allá, de algo a lo que no sabía ponerle nombre aun.

Hasta que los simples toqueteos y frotadas sobre la ropa, fueron cambiadas piel con piel, para luego pasar a sentir recorrer su lengua en partes de su piel, o los dedos del sannin invadir de vez en cuando su ano; el placer que sentía por querer que le penetrara con su miembro, es lo que lo tenía así; como es que el idiota de Jiraiya no se daba cuenta que sabía hacer un oral o lo que había hecho meses atrás, sin cuestionar su actuar, suspiro, sabía que estaba jodido, porque el viejo era quien le había metido en todo eso, enseñándole a complacerle, mientras que el otro lo hacía inconscientemente, muy en el fondo no sabía que sentía por el hombre, lo que estaba seguro, es que lo deseaba, al igual que el viejo lo deseaba a él.

Solo había pensado en 2 formas de que por fin fornicará con el sannin, una era la que realizaría aquel día y la otra, su última opción, hacerse pasar por una prostituta, para estar con él.

-Definitivamente estoy jodido de la cabeza -susurró, terminando de colocarse aquella ropa que el adulto le había comprado para que usara especialmente ese día, para su suerte de nuevo le quedaba justa del busto y caderas, por lo que no llevaba ropa interior debajo de este, al terminar de vestirse, se sentaba para maquillarse por primera vez, con los cosméticos que había comprado con su dinero, de ese modo se veía un poco más grande, sonrió con suficiencia. Al salir, noto que el peli blanco estaba sentado de espaldas, apenas serían las 9 de la noche. -Ya estoy listo Ji-san -comentó agarrando la mano del hombre, quien estaba con una cara de pocos amigos al darse cuenta que no usaba brassier. -Ni me vea así, no es mi culpa que de nuevo crecieran, los pechos y las caderas, ni que estén abiertos estos broches, ya los cerré varias veces y se abren cuando camino, además no me quedan ya los brassiers, y no me voy a cambiar, este me lo compro especialmente para hoy así que dejé de hacerme esa cara -comentó subiéndose encima de él, abriéndose más el escote por la presión. -Si no quiere que salgamos, vaya por la cena y el alcohol y festejamos aquí -dijo sintiendo duro al adulto.

-Porque te gusta molestarme Naruto -respondió acariciando las piernas.

-¿Entonces?, ¿salimos o nos quedamos?, le estoy dando la opción de que usted elija o bien puedo hacerlo yo -contesto sin apartar la mirada del hombre.

-Salgamos, te lo prometí -hablo, sintiendo, como Naruto se levantaba de su cuerpo, mientras le daba la mano para levantarlo, guiándolo hacia la salida. Jiraiya se acercó a presionar los tres broches abiertos, para ver cómo después de 5 minutos caminando se abría el primero y 5 minutos después el segundo; ya no dijo nada. Sin embargo la molestia que sintió en la casa, regreso a él cuándo al llegar a donde cenarían de nuevo miraban a la mujer que lo acompañaba, en ese momento bebió seis vasos de sake, por coraje; sin darse cuenta que Naruto solo había ingerido a penas 1; al terminar de comer, se fueron a un bar donde el Uzumaki le servía alcohol, sin parar a Jiraiya, mientras él tomaba pequeños sorbos, platicando de tonteras; cuando el rubio noto que el sannin ya estaba arrastrando las palabras y que no se le entendía claramente lo que decía, entrecerró su mirada, al cachar aun hombre quizás un poco más joven que el peliblanco que le miraba, sonrió teniendo una idea.

-Ey Ji-san, bailemos -comento escuchando como la música hacía eco.

-Nou... -respondió arrastrando aquellas palabras, bebiendo otro vaso.

-Como quieras -dijo, levantándose, bailaría solo, y el que se le acercara le serviría. El sannin de repente estaba hablando con el cantinero contando sus penas, arrastrando más las palabras, haciendo que el hombre prácticamente no le entendiera nada, mientras el barman miraba aquella rubia sexy, bailando; si no estuviese trabajando, estaría en la pista con ella, suspiro, al ver como un hombre más grande que él, se había atrevido a acercarse a la oji azul, empezando a bailar más provocadoramente esta, sonriéndole coqueta, a él; observo como el hombre al parecer le susurraba cosas, convenciendo al parecer a la chica, quien lo miraba de nuevo a él, para que al final se llevará al señor, a un lugar más privado.

-Suertudo -susurro, pensando que era el a quien le había hecho la invitación desde un inicio, pero como no se había movido, termino aceptando irse con aquel hombre.

-¿Quién? -pregunto el peliblanco, ebrio, el cantinero al menos había entendido esa pregunta.

-El hombre, que estaba bailando con la chica rubia que vino con usted, aquella chica se lo llevo a los baños -dijo como si nada, viendo como el sujeto que era demasiado alto, se levantaba encolerizado sin parecer que estuviese borracho, dejándoles unos billetes para luego irse hacia el lugar mencionado.

Cuando Jiraiya, llego al lugar lo más rápido que pudo por lo mareado que estaba, su furia exploto, al ver como un desconocido, besaba a Naruto, mientras el oji azul, volteaba a verle, sonriéndole, para luego visualizar cómo se arqueaba y escuchaba el gemido que había soltado, porque aquel malnacido le estrujaba un pecho y estaba a nada de sacarlo; sin dudarlo, noqueo al tipo, cargo a la rubia, quien le decía que le dejase, para salir de ahí, llegando de inmediato a donde estaban viviendo, aun iracundo bajo a la rubia viéndola, quien estaba empezando a irse y sin contemplación alguna la estampo contra la pared.

-¡Ay! -exclamo Naruto respirando agitadamente, mirando intensamente a su sensei para mirar hacia su entrepierna, notando que ya estaba duro.

-Tanto deseas un pene -hablo arrastrando las palabras.

-¿Qué parte no le queda clara? -respondió desafiante, moviéndose enfrente, para separarle, hasta que el sannin le abrió el vestido de golpe, observando como este liberaba su miembro y la alzaba penetrándole de golpe. -¡Ayyyyyyyyy! -exclamo sintiendo dolor, viendo como el hombre sin cuidado alguno, sacaba su falo para deslizarlo dentro, mientras él podía ver la sangre que se deslizaba, al igual que el sannin.

-Aaahhh..., eres mío Naruto..., joder..., aaahhhh... -gemía, desesperado, escuchando como le llamaba, mientras él le penetraba más rápido, más adentro, al sentir como las piernas se enredaban en su cadera.

-Aaahhh..., Ji-san..., aaahhh... -gemía arqueándose y corriéndose.

-Naruto..., aaaahhhh..., no dejes que nadie más que yo te coja..., aaahhhh... -dijo, excitado de sentir su miembro húmedo, mientras dirigía su boca a los pechos para morder los pezones.

-Más, aaahhh..., más rápido -gemía sintiendo que de nuevo se correría, apretó sus piernas más fuertes a las caderas, gimiendo sin pudor alguno al correrse más fuerte.

-Aaaaahhhh...-jadeo el sannin, liberándose dentro al mismo tiempo, al salir vio como caía su semen al suelo, con hileras de sangre, alzándose su miembro de nuevo, Naruto lo llevo al sillón, desnudándolo, para subirse encima y empezar a cabalgar a su maestro, acercándose a besar sus labios, después de aquello, y de que el sannin se corriera por segunda vez dentro, lo hicieron en la mesa, al igual que en muchos lugares más de la casa, hasta que Naruto lo llevo a la habitación donde pernotaba Jiraiya para una última ronda, ahí por fin se durmió el adulto, el hombre no recordaría mañana, así que presuroso, recogió las ropas que habían quedado en la sala, para llevarlas a la habitación del sabio, luego limpio todos los rastros de lo que habían hecho y se dio un baño, para limpiar aquella zona, joder decir que había sido demasiado placentero, era poco, sabía que el sannin no tomaría pronto, por la resaca que seguro tendría al día siguiente, pero ahora al saber que quería repetir, tendría que realizar su segundo plan, para que pudiese intimar con el sannin, sonrió al tener lista la ropa que llevaría y como luciría para llamar la atención del hombre, aunque su cabello no fuese amarillo. Se durmió satisfecho, sonriendo.

¿Asexual o demisexual? La historia de como Jiraiya hizo cambiar a NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora