Eran casi la 1 de la tarde cuando el peliblanco despertó con un dolor de cabeza por un rubio que exclamaba, lo que había ensayado, sabía que definitivamente deseaba tener relaciones sexuales nuevamente, pero intentar tenerlas con un desconocido seria complicado por su sensei quien siempre lo mantenía vigilando.
-¡Jiraiya! -exclamó molesto Naruto.
-Auch, cierra la boca mocoso -la cabeza le explotaba, trataba de recordar que había pasado la noche anterior, pero por más que lo intentaba no podía, aún no se había dado cuenta que se encontraba desnudo.
-Cierra la boca tú, maldito mentiroso -ataco cizañoso. -Ayer era mi maldito cumpleaños y tenías que dejarme para largarte con una maldita prostituta, para al final traerla a coger a la casa -dijo furioso, viendo la incredulidad en el sannin, si definitivamente no recordaba nada, por dentro Naruto sonreía.
-¿De qué hablas? -pregunto sintiendo su boca seca, tratando de recordar lo que decía el niño.
-Acabó de limpiar la maldita casa, había semen en todas partes; de los dos, el único con un pene en este momento eres tú -dijo con la voz quebrada. -¿Tenías que hacerlo en mi cumpleaños?, me lo prometiste -soltó derramando una lágrima que limpio inmediatamente pero que el adulto vio. -Se que no te importo, que soy un mocoso al que terminaste entrenando por compasión, pero pensé que cumplirías -comentó mordiendo su labio, si definitivamente había aprendido como manipular, al sabio de los sapos.
-Naruto -hablo preocupado, realmente le afectaba verlo así y sin importar que estaba desnudo se levantó desesperado para abrazarlo.
-Suéltame, no necesito tu maldita lastima -respondió golpeando y empujando al sannin, Jiraiya sin saber porque, en un arrebato sin precedentes, lo beso en la boca, sujetando las manos, empezando a excitarse al darle besos en el cuello, escuchando los gemidos de la rubia, desesperado empezó a desnudarle los pechos, hasta que paró de golpe al ver cómo había mordidas, chupones, agresivos, hechos con posesividad; sin más soltó las muñecas.
-¡Quién te tocó! -exclamo furioso.
-¿Realmente importa? -pregunto desafiante, con su voz dolida.
-Eres mío -explotó diciendo aquellas palabras, arrepentido de haber confesado sus sentimientos.
-No soy un objeto, solo soy un chico, usando un jutsu de mujer, sé que desea coger este jutsu, así que dejé de hablar así, no soy suya Ji-san -respondió, sin analizar aquella respuesta del hombre, al ver que este no decía nada, continuo. -Si realmente cree que me arrepentiré por entregarle mi virginidad siendo mujer, puede tomar la otra parte que, siendo mujer u hombre, seguirá siendo la misma -comentó volteándose, para alzar la falda y mostrar que usaba una tanga, separando aquel delgado hilo, empinándose para mostrar su ano, aquel que solo había profanado con sus dedos el sabio. El peliblanco se sentía demasiado duro, su glande, estaba goteando, seguía sin moverse; la rubia por primera vez de su parte, llevó un dedo frotando aquel lugar rosado, excitándose al escuchar los jadeos del peliblanco y listo para hacer eso por primera vez él, giro su rostro, y empezó a insertar el dedo con el que había empezado a frotarse. -Aaahhh..., Ji-san..., aaahhh -volvió a jadear, sintiendo mucho placer, confirmando para sí mismo que era lo que más deseaba. -Ji-san, será nuestro secreto, nadie más que usted y yo lo sabremos, puede cogerme por aquí, en lo que regresamos a la aldea, las veces que ambos queramos, aaahhh... -gimió al haber metido otro dedo, empezando a expandir más su entrada, algo que ni el sabio había hecho aun. -Y si después de volver a ser hombre, quiere cogerme por aquí, no me opondré, aaahhhh... -gimió al meter ahora tres apéndices, no entendía como es que se había dilatado demasiado rápido ese lugar, pero realmente no le importaba, estaba demasiado excitado y el sannin a cada tanto se acercaba a él, al parecer inconscientemente; vale que esto lo pensó en último momento, así que sin vergüenza alguna sacó sus dedos y abrió sus glúteos con ambas manos mostrando más su entrada dilatada y palpitante. -Aaahhh..., dejé de pensarlo tanto Ji-san, y cójame el culo que desea su verga, aaaaaaaaahhhhh... -se arqueó al sentir como el adulto lo invadía de golpe mientras sujetaba sus brazos hacia atrás.
-Aaahhhh, joder Naruto, aaaahhhh..., estás tan estrecho..., aaaaahhhh... -contesto penetrándole desesperado, sintiendo aquella presión deliciosa, sin notar el ligero hilo de sangre que se deslizaba por su falo, estaba demasiado húmedo aquel lugar.
-Aaaahhhh..., lléneme de semen sensei, aaaaaahhh -gimió demasiado excitado, contrayéndose para luego sentir como se descargaba dentro de él, había sido todo demasiado rápido.
-Aaaahhhh -exclamó dando unas últimas estocadas, para sacar su miembro y notar por fin lo que había hecho, al ver cómo se contraía aquella entrada expulsando su semen, mientras veía cómo se corría aquella vagina, decir que de nuevo estaba duro era saber que ya tenía ganado un lugar en el infierno. -Naruto, yo... -intentó decir.
-No diga nada -comento volteándose para empezar a desnudarse, mientras el hombre tragaba pesado, se acercó y lo sentó, subiéndose encima de él, frotando aquel miembro entre su entrada. -¿Aun piensa que me arrepentiré? -jadeaba al sentir como el sannin sujetaba sus caderas, disfrutando aquella sensación, se acercó para besar sus labios, disfrutando las sensaciones ambos, luego se fue hacia su oído y le susurro. -No le diré a nadie sensei -comento mordiéndole la oreja, luego lo vio al rostro, empezando a hundirse. -Nadie se enterará que me quito la virginidad, y si usted está de acuerdo, nadie se enterara si me coge siendo hombre sensei, aaahhhh... -comento brincando en el miembro de Jiraiya, sintiendo como le ayudaba el sannin, para que le diera estocadas más certeras.
-Aaahhh..., no sé porque siento que me manipulaste como siempre lo haces, aaaahhh... -gemía, demasiado excitado, tenía demasiado tiempo que no estaba con una mujer sin tener que pagarle, y quizás sería la segunda vez que hacía esto, sin tener que rogar a una prostituta, que siempre le decían que no, mientras que el mocoso se lo estaba ofreciendo para satisfacer sus instintos sexuales, jamás le había interesado querer hacerlo con un hombre, pero imaginarse cogiendo a Naruto, lo tenía demasiado excitado, el niño no le veía del mismo modo que él lo hacía, no quería imaginarse que pasaría si Naruto Uzumaki se enteraba por algún desliz de su parte, que estaba enamorado de él, que solo lo quería para él, fuese chica o chico, que había logrado lo que nadie más, desplazar a Tsunade y que la cereza del pastel, era que él era su padrino y su tutor legal.
-Aaaahhh..., ¿realmente eso importa?, aaahhh..., me desea como yo a usted, así que cójame sin preocuparse, aaaahhhh... -exclamo sintiendo como le llenaba de semen de nuevo. Estuvieron haciéndolo por cuatro horas seguidas, hasta que fue el momento de comer, la rubia sonreía satisfecha, sin pensar que el sannin seguía debatiéndose sobre lo que había hecho, para al final terminar cediendo a sus deseos, los entrenamientos dejaron de tomar importancia para Naruto, quien terminaba convenciéndolo siempre para que le penetrara, teniendo sexo por horas, para comer después de satisfacer aquella necesidad, mientras que Jiraiya sentía que vivía en una burbuja de felicidad que muy pronto se terminaría rompiendo, la oji azul nunca le decía palabras de amor, y él no las decía tampoco, aquello solo era sexo, deseo de parte de Naruto, que el correspondía, por el amor que sentía y ahora era más celoso que antes, las ropas, que antes le comprara para que mostrara la piel, habían cambiado 2 semanas después de empezar a intimar, cuando noto que de nuevo, le quedaban apretadas a su discípulo, por vestimentas holgadas y largas, para que no mostrara el cuerpo a nadie, haciendo que se viese más grande, Naruto no se quejaba, seguía teniendo sexo desenfrenado, todos los días, por su trasero, sin posibilidad de hacerlo por aquella vagina, el sannin no cedía ah aquello y así pasaron casi 2 meses.
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¿Asexual o demisexual? La historia de como Jiraiya hizo cambiar a Naruto
FanfictionSasuke se había ido de la aldea, para obtener poder, mientras que él se había ido con el sannin Jiraiya, por aquella promesa con Sakura, la chica que pensaba amar. Ahora sabía que era eso, el verdadero amor, gracias a Ero-sennin, junto al hecho de s...