Eine obsessive und kranke Liebe nur zu einem Teil

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Sin embargo trece días antes no resistió más al notar que de nuevo se masturbaba  llamando a su esposo, aquello sólo hizo molestarle.

-Mmm..., aaahhh..., Shika..., aaahhh..., mmm... -jadeaba y gemía bajo, mientras lentamente tocaba su cuerpo, con sus ojos cerrados imaginando que era el, estaba tan metido en su fantasía, que no noto ni escucho cuando la puerta de su habitación fue abierta, ya estaba instalado en la habitación de arriba donde estaban los pequeños en una cuna lo suficientemente grande durmiendo..

-¿Tanto extrañas a tu esposo? -pregunto susurrando, estaba demasiado duro.

-Dios Tob -exclamo avergonzado cubriendo su cuerpo, sin mirar la cara ni erección del pelinegro, había irrumpido en su intimidad.

-Yo puedo darte lo que tanto deseas Uzu -comentó acercándose a la joven, quien por fin reaccionó molesto.

-Lárgate de mi recámara -hablo furioso lo más tranquilo posible. -Agradezco tu ayuda en todo este tiempo, pero no sé qué te hizo irrumpir en mi habitación; estoy seguro que no he hecho nada para que tú pienses que le abro las piernas a desconocidos -hablo dolido, a quien suponía era su amigo.

-Me gustas demasiado, te amo -expuso sorprendido de lo que había dicho, al escuchar la voz de la mujer, que había sonado con dolor.

-.....................- el Uzumaki no sabía que decir. -Tob, a penas me conoces, solo estás confundido, no puedes decir que me amas cuando solo llevamos poco tiempo conociéndonos; yo te miro como un amigo solamente, yo ya estoy casado; amo a mi esposo -comentó después de pensarlo, era demasiado arriesgado si le revelaba que era un hombre en realidad, después de todo realmente no sabia nada de el.

-¿Pero el te ama a ti?, ni siquiera estuvo aquí cuando nacieron sus hijos, al igual que no a regresado aún en este tiempo que he estado yo aquí -dijo viendo tristeza en aquella mirada. -Ven conmigo y los bebés, los cuidare, seré paciente hasta que tú me ames -dijo arrodillándose para tomar las manos de la mujer, el oji azul estaba consternado.

-Tob, mi esposo me ama al igual que yo, lo que dices me sorprende demasiado, pero no te veo del mismo modo que me miras tu a mi, creo que lo mejor sería que mañana mismo te vayas de la casa y continúes con tu vida -contesto viendo los ojos del pelinegro.

-Entiendo, perdóname tú a mi -comento.

-No tienes porque pedir disculpas -respondió sonriendo, realmente le agradaba a pesar de que a veces era un idiota.

-Si lo tengo, por lo que haré -soltó, viendo consternación en los ojos azules, empezando a girar sus ojos. -Solo quizás tu esposo te abandone si cargas con un hijo nuestro -término de decir para meterla en una ilusión nuevamente.

-Mi amor regresaste -respondió el oji azul sonriendo.

-Si, te extrañe demasiado -dijo viendo aquella felicidad, que fue demostrada  besándole con amor y pasión.

-Hazme el amor Obito, te extrañe demasiado -dijo Naruto, para el Uchiha aquello fue demasiado satisfactorio para el, deseaba tanto que dijera su nombre real; ese fue el primer día que la hizo suya, estaba decidido a que quedara embarazada nuevamente, por lo que hacía clones de él y de ella cuando tenían que ir a comprar algo, llevando con cuidado a los bebés o ir a que los viera la señora Mayu, no quería que fuesen a la casa, para que le siguiera haciendo el amor a la rubia, estaba vez no la sacaba del genjutsu, solo se dedicaba a que la rubia le diera de amamantar a los bebés, él veía aquello encantado; porque para él ellos eran su familia. 

Cuando los 10 días restante pasaron, la idea de seguir ahí y estar con ellos continuó, dos días más, hasta que sintió la presencia de Zetsu; por lo que al ver ocupada a la rubia con los pequeños, le dijo que regresaba, fue así como llego lo más rápido con el.

-Me a costado demasiado encontrarle Tobi-sama -habló aquella criatura.

-Tsk -respondió molesto, él ya no estaba pensando en otra cosa más que estar con la mujer y los niños.

-Nadie sabe que usted se encuentra desaparecido, tuve que mantenerlo en secreto, mintiendo que hemos estado investigando sobre el paradero del 9 colas -comento.

-De acuerdo, solo necesito hacer unas cosas y nos vamos, no te quiero dentro de esta aldea Zetsu, sabré si lo haces -dijo serio.

-Permiso -fue lo único que respondió aquella planta para desaparecer, una vez aquel ser se fue, regreso con los que consideraba su familia, sonrió con amor al ver aquella mirada de la rubia, abrió sus ojos al darse cuenta que ya no pensaba en su primer amor, que ahora aquellos tres eran su debilidad, la mujer a la que amaba con locura, y que muy pronto le amaría igual.

-Sucede algo Óbito -dijo la rubia con mirada preocupada.

-No amor, nada -dijo sonriéndole para abrazarla y besarla. -(Tendré que acabar con cada uno de los Akatsuki, en especial de Zetsu) -pensó sabiendo que no quería perder a la rubia, a los pequeños y muy probablemente el hijo que tendría con Uzu. -Los amo y no dejaré que les pase nada -hablo seguro.

-Yo también te amo -dijo sonriendo la rubia.

Óbito sabía que en la noche tendría que partir, estaba indeciso si dejarle los recuerdos para que pensara que él era su esposo, pero al final descartó aquello, la gente de la aldea, conocían al esposo de la rubia, seguiría el plan, le dejaría activado una memoria para que cuando su esposo le reclamara ella recordara que fue por voluntad propia, que se había enamorado de el, a pesar de que quería hacerle el amor una última vez, no lo hizo, ella se daría cuenta si encontraba su esencia en su entrada al bañarse; antes de que se durmiera jugó con su mente nuevamente, para luego besarla con amor, a ella y a los pequeños a los que había colocado a lado de la mujer, a los que les había terminado comprando infinidad de cosas en el corto tiempo.

Después de eso se fue, sabía en qué tiempo regresaría el esposo de Uzu, ella le había comentado, por lo que regresaría tres meses después de esa fecha, ahí ya sería muy probable que estuviese de nuevo embarazada con el hijo del producto de su amor.

-Prometo que no dejaré que nade les pase -hablo para sí mismo, corriendo más rápido, mientras sacaba de un pergamino su máscara y capa.

Cuando la mañana llegó el rubio despertó, sonriendo al ver a sus pequeños a su lado, extrañaría la compañía de Tob, pero él se había ido tres días antes; al menos había tenido un nuevo amigo, al cual le había dicho que era bienvenido de regresar.

¿Asexual o demisexual? La historia de como Jiraiya hizo cambiar a NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora