Die Arroganz eines Idioten

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Naruto lo dejo en la habitación donde solía dormir al inicio, se despidió diciéndole que cualquier cosa que necesitara le gritara y llegaría para ayudarle, salió de la habitación para preparar comida.

-Creo que en el antiguo consultorio de Izuki vi un par de muletas, su forma de ser me recuerda al teme, supongo que así no se pondrá tan renuente porque le ayudo -hablo para sí mismo, sintiendo escalofríos por aquella comparación, fue a donde las había visto y efectivamente encontró unas, después regreso a la cocina, prepararía alimentos que le ayudarán a recuperarse más rápido.

Tres horas después, se sentaba satisfecho, había cocinado lo suficiente para 3 días, diversos platillos, para que solo tuviese que calentar. Cada día se la pasaba durmiendo más, a veces mientras tejía se solía quedar dormido, dejo de divagar en eso y se encaminó hacia la habitación, tocando la puerta, la abrió al recibir respuesta para que entrara.

-Tob, ¿te sientes mucho mejor? -pregunto cargando con cuidado el par de muletas.

-Si -fue lo único que respondió el pelinegro.

-Que bien, te traje unas muletas para que puedas desplazarte sin necesidad de ayuda, e igual venía a buscarte para que comamos, ya pasaron 3 horas -dijo sonriendo, acariciando su vientre.

-Ok, de acuerdo, pero primero quiero tomar un baño -contesto.

-Vale, te ayudaré -respondió acercándose.

-Acaso quieres verme desnudó mujer -contesto arrogante, sonriendo de una manera que de nuevo a Naruto le recordó a su compañero, sintiendo desagrado.

-Tú forma de actuar me recuerda ah alguien, no sé qué pensar, porque pareciera que estas queriendo coquetear con una mujer que está a nada de dar a luz, o bien solo eres lo suficientemente arrogante para pensar que me atraes y que busco alguna doble intención, para tener sexo contigo -comentó serio, viendo cómo aquel hombre pasaba del enojo a la sorpresa, para terminar con un rostro lleno de vergüenza, Naruto suspiro al ver que lo había dejado sin palabras. -No eres mi tipo, oh cierto necesitarás ropa, iré a checar si tengo algo que te pueda quedar -dijo saliendo de la habitación, sin notar como el sujeto se molestaba.

-Claro, creeré eso, tarde o temprano empezará a comportarse como todas -hablo bajo solo para el, empezando a sentarse en la cama, con las muletas listas para que las usara.

La rubia buscaba ropa que le pudiera servir, al parecer logro encontrar 4 mudas de ropa diferente que guardaba en sus pertenencias la anciana, se veían grandes, y al parecer eran unisex.

-Espero que algo de esto le quede -hablaba regresando a la habitación de donde saliera antes. Camino hasta el varón y puso las ropas sobre la cama. -Esto es todo lo que encontré que puede ser que te quede, la ropa sucia que te quites ahorita, la lavaré; quizás pueda ir mañana a conseguirte mejores prendas -comentó lo más paciente que pudo.

-Gracias, por el momento está bien, no necesito más -contesto Tob.

-Ok, como gustes, te dejo, ten cuidado al bañarte, cuando termines sal para que sirva la comida, estaré en la sala tejiendo -respondió caminando hacia la puerta.

-¿ya no me ayudaras? -pregunto serio.

-No, eres lo suficientemente capaz, además no me gusta insistir en dar ayuda, si me responden de cierto modelo -contesto Naruto, saliendo de ahí y cerrando la puerta. El pelinegro solo se molestó más para luego. Empezar a reír.

-Jeje, si claro, lo que hacen las mujeres para llamar la atención -susurro para sí mismo.

¿Asexual o demisexual? La historia de como Jiraiya hizo cambiar a NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora