Attraktion

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El pelinegro aún sentía su corazón latir, abriendo sus ojos al darse cuenta que le atraía demasiado aquella mujer embarazada, porque no se explicaba otra razón por la cual aún seguía en aquel lugar a pesar de poder caminar perfectamente, cerró sus ojos y de nuevo vinieron varios recuerdos, el primero fue cuando tocó aquellos pechos, siguiendo por las veces que la llego a ver con prendas transparentes en aquellos pocos días sin que ella se diera cuenta, porque pensaba irse en la noche, desde que ya podía caminar sin dificultad, hasta culminar en ese día en donde no podía sacarse de su mente su expresión de placer, quería ser él quien la hiciera jadear de satisfacción.

-Joder, no de nuevo -susurró molesto, frustrado al notar que se visualizaba de nuevo una erección, con cuidado se encaminó a donde se quedaba a pernoctar en aquella casa, llevando las muletas en un brazo..

-¿Quieres que te espere para comer?, o como solo -pregunto colocando otros platillos sin girar a ver al pelinegro quien respingo.

-Has lo que quieras mujer -hablo demasiado excitado por su voz.

-Vale -respondió el rubio, colocando lo que hacía falta, escuchando cómo abría la puerta y la cerraba de nuevo, termino de colocar todo y se sentó a comer sin esperar al pelinegro, después de 20 minutos apareció Tob, quien se sentó, enfrente de la mujer.

-¿Porque no me esperaste? -pregunto serio.

-¿Acaso me dijiste que lo hiciera?, sabes, tu actitud es molesta, me pediste que hiciera lo que quisiera, así que seré claro, porque sueles ser exasperante, contesta claramente, no puedes hablar como lo haces es grosero, y créeme realmente me importa un carajo, pero lo que menos necesito en mi estado es escuchar quejas de un desconocido; así que no te cuesta nada ser honesto con la única persona que convive contigo en esta casa, hasta que decidas irte -respondió para seguir comiendo.

-Trataré de comportarme -respondió abriendo y cerrando sus manos, frustrado porque no se iba aun de ahí.

-Yo no te estoy obligando a que seas alguien que no eres, solo trata de llevar la fiesta en paz, no entiendo porque te molestas, si; Tob, puedo ver claramente que estas cabreado, ¿acaso buscas que te esté lamiendo los pies, tratando de complacerte?, jejeje, olvida lo que dije -soltó levantándose, para luego decir algo más antes de retirarse. -A veces actúas como si quisieras que te estuviese siguiendo para que me tomases en mi estado, jejeje - se fue riendo sin notar que había acertado al decir aquello.

-Maldita sea -susurró el hombre.

Después de eso, la mujer le dijo que saldría, pero termino acompañándole, no quería dejar sola, así que después de ver que visitaba aun señor anciano, decidió dar una vuelta en aquel pueblo, ya que la oji azul, le dijo que tardaría una hora. Naruto hablo con Tetsu, preguntándole como estaba, el Uzumaki, se sentía en extremo preocupado, al notar que se miraba diferente a la última vez que le había visto, realmente esperaba que no partiera pronto de ahí, le conto sobre su primo, recibiendo una sonrisa del anciano, quien le dijo que por lo menos este podría ayudarle en lo que regresaba su esposo, Naruto sonrió falsamente, porque estaba mintiendo sobre ese desconocido, a quien no le había preguntado porque es que lo había encontrado herido, después de ver que estaba bien, se despidió de Tetsu, sin saber que este ya no estaba trabajando como antes, al salir de la casa, vio al pelinegro con unas bolsas, se acerco hacia el hablando amablemente.

-Listo Tob, puedes quedarte mas tiempo en la aldea si quieres, me iré solo a la casa -comento amable.

-No, vámonos, esta oscureciendo -respondió.

-De acuerdo -soltó, empezando a caminar ambos de regreso, en un silencio agradable, cuando por fin llegaron a la casa, el Uzumaki se sentó agotado en un sillón, quitándose los zapatos. 

-Tus pies están demasiado hinchados -dijo el pelinegro, viendo los mencionados.

-Es normal, ya estoy a nada de dar a luz -suspiro, extrañaba los masajes que le daba su esposo, cerro sus ojos e hizo su cabeza hacia atrás, de nuevo se sentía cansado, de repente sintió que le alzaban las piernas, abrió sus ojos consternado. -¿Tob? -pregunto desconcertado.

-Te daré un masaje -dijo.

-Gracias -respondió sonriendo el rubio, realmente le vendría bien uno, antes de que empezara el pelinegro, este le dio una bolsa. 

-Les compre esto -comento, para luego empezar a masajear aquellos pies, el Uzumaki, abrió la bolsa, encontrado unos conjuntos unisex y chocolates.

-Gracias, son bonitos, mmm... -dijo cerrando los ojos después de poner la bolsa a su lado, 10 minutos después, se había quedado dormido, el pelinegro paro al darse cuenta que ahora sus manos masajeaban sus muslos, por lo que decidió llevar a la mujer a su recamara, junto a lo que había comprado sin dudar, cuando vio aquellos trajecitos y luego aquellos chocolates pensando en la sonrisa de la oji azul, se fue a su habitación, sabia que se iría pronto, solo llevaba una semana tratándola, no podía negarse que a pesar de su avanzado embarazo era muy bonita.

¿Asexual o demisexual? La historia de como Jiraiya hizo cambiar a NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora