Todo el dolor que siento dentro mío, toda esta angustia, la libero frente a ellos y ellos se quedan llorando en silencio mientras me ven y me escuchan. Ni se cuántos minutos llevo así pero no puedo dejar de llorar y desearme lo peor como todo el mundo lo hace.
Finalmente, después de varios minutos los padres deciden hablarme.
- Mira Patricio, no podemos perdonarme, nuestra hija es todo para nosotros y ustedes se encargaron de meterla ahí - señala la habitación. - Conducieron estando ebrios y ya no son unos nenes, sabían perfectamente lo que hacían.
- Lo se señora, nos arrepentimos mucho de eso, no medimos las consecuencias, estábamos muy contentos porque el día anterior habíamos dado un gran show... se que no se justifica, nada lo justifica pero sólo quiero que sepan que sabemos que estuvo mal.
- Eso no soluciona nada - dice el señor, largo un suspiro y trato de calmarme.
- No quiero presionarlos ni mucho menos, agradezco de corazón que me dieran la oportunidad para estar diciéndoles esto... se que es difícil.
- Te pedimos que te vallas - responde la señora, en un tono serio.
- Esta bien señora, nuevamente le agradezco por darme la oportunidad de estar diciéndole todo esto y nuevamente les pido una disculpa de parte mía y de mis hermanos, de todo corazón... ojala puedan perdonarnos algún día, ojala nos dejen acercarnos a ustedes y a Camila, desearía verla ahora y pedirle perdón - ellos se miran y se quedan en silencio unos minutos, me pongo de pie y espero su respuesta.
- Tiene que ser en presencia de nosotros - responde finalmente la señora y sonrió por su respuesta.
- Si si, por favor... les agradezco mucho - se miran nuevamente y después de unos segundos nos dirigimos a la habitación donde esta Camila.
Ellos pasan primero y luego paso yo, cierran la puerta y nos quedamos los tres en la habitación, ellos se quedan a un costado y yo me voy acercando poco a poco a Camila. No puedo evitar derramar lagrimas al verla conectada a muchos aparatos, al verla tan débil, a verla en la camilla; cuando estoy junto a ella, la observo en silencio.
No puede ser, sos una chica muy bonita y estas acá, no tendrías que estar acá.
- Perdoname - acerco mi mano a la suya y la acaricio. - No quisimos hacerte esto, no hay un sólo día en que no nos arrepintamos... pero ¿Te digo algo? sos una chica muy fuerte y se que no te conozco, pero ¡mirate! la estas peleando con garras y todo - sonrió. - Y tus padres también son muy fuertes, tenes unos buenos padres que te aman y te necesitan, por eso tenes que seguir peleando y demostrarle al mundo quién es Camila - escucho la carcajada de sus padres y volteo a verlos, ellos están con sus ojos cristalizados y con una pequeña sonrisa. - Cuando salgas de acá, voy a invitarte a cenar - me acerco más a ella y le susurro. - Sos muy hermosa.
- Creo que ya estaría - dice la madre y me aparto un poco.
- Si perdón, chau Cami - le doy un beso en la frente y luego camino hacía sus padres que éstos abren la puerta para que salgamos de la habitación. - Muchas gracias por este momento, no saben cuanto se los agradezco - saco un papel con mi número personal y se los doy. - Ese es mi número personal para que me llamen, estoy para lo que necesiten pero más me interesa que podamos acercarnos, junto a mis hermanos claro esta... como les dije antes, no los quiero presionar por eso les paso mi número, me encantaría volver a verlos y sobretodo a Camila y mis hermanos estarían muy felices también.
- Bueno... chau - dice la señora y el hombre asienta con la cabeza.
Junto a Lucas, salimos del hospital, ahora más aliviado y contento por poder sacar todo esto que llevaba dentro, esto que me atormenta día a día pero también, sigo angustiado por ver a esa chica en ese estado, no tiene que estar ahí. Sus padres son buenas personas, me alcanzo ese rato para saberlo, no son malas personas y más aún me surge que nos conozcan y sepan quienes somos en verdad.
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AIRBAG Y SU PRINCESA
RandomCamila, una chica común y corriente con una vida bastante ordinaria, rutinaria y aburrida. Pero aún así, lucha por salir adelante y lograr sus sueños, lucha con su depresión y pánico social, soñando que llegara un día en el que ese tormento no la pe...