CAPÍTULO 15

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NARRADOR: CAMILA



Estaba en un profundo sueño muy confuso, las imágenes no eran claras, más bien eran borrosas, había tres personas que no lograba distinguir y que a medida que me acercaba a ellos, se iban alejando más de mi y me enseñaban un sendero, el cual recorrí junto a ellos pero aún no lograba ver sus rostros. En un momento, uno de ellos esta al final del sendero, una luz blanca lo cubre y no me deja verlo bien, una voz sale de la nada y me dice que siga caminando y que tome su mano. Camino hacía él y cuando estoy cerca tomo de su mano, en ese momento todo se vuelve oscuro y siento como mi corazón late muy fuerte, tanto que los latidos de mi corazón se escuchan y resuenan en todas partes, pero no estoy muy segura porque ese sonido se convierte en otro sonido que no puedo distinguir pero que es repetitivo. Siento que quiero abrir mis ojos pero no puedo, haciendo que cada vez mi corazón palpite más, hago fuersas, lucho o eso creo porque no veo nada, sólo veo oscuridad hasta que aparece de nuevo esa voz y me dice que siga luchando. Siento un reflejo muy a lo lejos y lucho por alcanzarlo, cada vez esta más cerca y esa voz ahora es repetitiva y me dice que voy bien, que siga así; hasta que en un momento todo se vuelve blanco y confuso. 

Pego un brinco, siento mi cabeza muy mareada y mi corazón latiendo muy fuerte, me quedo mirando el lugar y al parecer estoy en una clínica. 


- ¿Q...ué hago acá? ¿D..ónde estoy? - me agarro la cabeza porque me duele mucho y en ese momento me doy cuenta que tengo cables conectados a mi brazo y al resto de mi cuerpo, comienzo a asustarme mucho. - Holaaaa... ¿Dónde estoy? - la puerta se abre y entra una enfermera, me da una sonrisa de oreja a oreja. 

- ¡Señorita! quédese quieta - se acerca a mi y comienza a revisarme. - ¿Cómo se siente?

- Me siento algo mareada y con dolor de cabeza ¿Dónde estoy y por qué estoy acá? - desesperada y a punto de angustiarme. 

- Tranquila señorita, ¿Sabe cómo se llama? 

- Si... Camila pero ¿Qué me paso? ¿Mis padres?

- No se preocupe, déjeme terminar de revisarla y ya mismo avisare a sus padres para que vengan.


Me recargo sobre el respaldo de almohadas y dejo que me revise, sinceramente no puedo pensar bien, mis ideas no están claras. Ella termina de revisarme y luego llama a otra enfermera y le dice que avise a mis padres que he despertado. 

¿Desperte? ¿Cómo que desperte? ¿Eso qué significa? ni siquiera responde a mis preguntas, todo lo que dice es que me relaje y que cuando lleguen mis padres me contaran todo.


MEDIA HORA DESPUÉS... 


- Mi amoooorrr - se acerca corriendo mi madre y me abraza, al igual que mi padre.

- Hijaaa, Cami, te amo hija - entre llantos, menciona mi padre. 

- Mamá, papá ¿Qué me paso por qué estoy acá? 

- Tuviste un accidente hija, ¿No te acordas de nada? - niego con la cabeza. - Ocurrió cuando regresabas de la facultad, un auto te atropello - no puedo creer lo que me esta contando pero sin embargo, lo que me roba el aliento es lo que me dice a continuación. - Hija... estuviste en coma por tres meses, es un milagro que hayas despertado - me abraza otra vez y mi padre también, mis lagrimas comienzan a caer y estoy en un estado de shock, sólo lloro y abrazo a mis padres muy fuerte, tan fuerte que no quiero despegarme de ellos ni un solo segundo. 

- Te amo mi princesa, te amo hija te amo - repite mi padre entre llantos. 

- Yo también los amo - digo entre llantos aferrándome más a ellos. 

- Le dimos la noticia a todos antes de venir, ya están viajando para acá y hasta tus amigas - dice mi madre con una sonrisa. 

- Bueno ma - digo algo débil de voz. - Me siento un poco aturdida. 

- ¿Querés que llamemos a la enfermera?  - pregunta mi padre, preocupado. 

- No no, esta bien así. 


El resto de la hora me quede con mis padres hablando y disfrutando su compañía, no me siento muy bien, siento una pesadez en mi cuerpo y un cansancio que me desgasta mentalmente y me la paso recostada cerrando mis ojos de vez en cuando porque la luz me molesta. Hasta que en un momento de la charla que estoy tendiendo con mis padres, me dan ganas de ir al baño, intento moverme pero algo raro llama mi atención, es como si no estuviera haciendo ningún esfuerzo pero en realidad si lo estoy haciendo. 


- ¿Qué pasa hija? - dice mi padre preocupado mirando como con cada movimiento que hago con la parte superior de mi cuerpo, me desespero. 

- N..nono see, no... - mis lagrimas comienzan a salir y los dos se acercan rápidamente. - No siento mis piernas, no... no las siento. 

- ¿Qué? no eso no es posible hija, tranquila - dice mi madre y lleva su mano a mi mejilla pero se la aparto. 

- Que no siento mis piernasssss, no la sientooo - quiebro en llanto con el último grito y mi padre se acerca a abrazarme, mi madre corre a llamar a una enfermera y yo sigo intentando moverme pero no hay resultados. - Papiii, no siento mis piernas, no las siento - entre llantos. 

- Camila, soy el doctor Cesar, voy a revisarte - destapa mis piernas y saca un aparato, en todo momento estoy abrazada a mi padre y llorando de la desesperación. - Camila, necesito que me digas si sentís esto - lleva su mano a mi pierna y al parecer la aprieta, da varios movimientos en mis piernas pero no siento nada, él lo sigue intentando. 

- Nooo, no sientoooo no siento nadaaa - grito desesperada y llorando, sintiendo como mi mundo se viene abajo. 

- Por favor necesito que te tranquilices Camila, vamos a hacerte estudios ¿Si? - se va rápido pero en 3min regresa con otros doctores. - Señores por favor déjennos solos con la paciente  porque vamos a hacerle estudios - mis padres se van y yo me recargo en la almohada, ellos comienzan a revisarme y a hacerme diferentes estudios, no presto atención a lo que me hacen, mi mente esta perdida y sólo lloro en silencio. 


Pasan media hora y finalmente terminan de hacerme los estudios, antes de que el doctor se valla lo obligo a decirme qué es lo que tengo y me dijo que es porque estuve varios meses en coma, que puede ser algo pasajero pero que me tienen que seguir haciendo estudios. Sinceramente me destrozo el corazón, se que no voy a volver a caminar porque su mirada me lo dijo todo. Me altero mucho y comienzo a darles puñetasos a mis piernas para sentirlas pero no da resultado. 


- Vamooosssss, por favorrrrr - entre llantos mientras me sigo golpeando. - No no... por favor.

- Camila, tranquila no sigas - uno de ellos me inyecta una jeringa y de inmediato me quedo dormida. 

AIRBAG Y SU PRINCESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora