CAPÍTULO 21

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NARRADOR: CAMILA



Finalmente estoy en casa, bajo del auto con cuidado y mis padres me alcanzan las muletas, las coloco y me pongo de pie. Al decir verdad, aún no puedo caminar muy bien ni continuo como una persona normal pero al menos, puedo pisar y mantenerme de pie, puedo dar pasos poco a poco y tengo que hacer una fuerza superior de torso para que todo funcione como tiene que ser. 

Una vez dentro de mi casa, llego hasta mi habitación y me recuesto en mi cama porque esto me agota demasiado, me deja sin energías pero sobretodo sin fuerzas. 


- ¿Necesitas algo mi amor? - pregunta mi padre con una enorme felicidad. - Estoy tan feliz de que regreses a caminar. 

- Gracias papá pero no te ilusiones mucho. 

- ¿Cómo no me voy a ilusionar Camila? si el doctor dijo que vas a volver a caminar, ahora estas caminando - dice feliz pero en realidad yo no lo estoy viviendo tan intenso como ellos, ya que aún no puedo caminar por completo, sólo doy pasos, como si fuera un pinguino. 

- Sólo digo que aún falta mucho. 

- No digas eso, tenes que estar feliz, hoy vamos a hacer un asado para festejar, ¿Querés que invitemos a tus amigas? 

- No no padre - digo algo alterada ya que, no quiero que me vean así, se que esta mal pero no puedo soportar la mirada de lastima, no puedo permitir que me vean así y no como la Camila que era antes. - Estoy cansada, quiero dormir. 

- Esta bien te dejo descansar, te despierto para la hora de la merienda - me regala una sonrisa y se retira de mi cuarto dejándome sola. 


Me relajo en la cama y suelto un suspiro al pensar tantas cosas a la vez, no se cómo tomarlo, tampoco me quiero ilusionar y pensar que voy a volver a caminar como antes porque tal vez suceda algo y todo se arruine ¿Porque puede pasar no? si todo lo malo me pasa a mi desde que tengo noción.  Estoy feliz de aún que sea pararme de esa horrorosa silla de ruedas pero es sólo un avance, no sé si voy a volver a caminar como antes, me siento mal cuando pienso en que mis padres tienen esa ilusión inmensa de que voy a volver a caminar y que todo va  a volver a ser como antes, que voy a ser esa chica feliz que ellos creen que era. 

Nunca fui feliz, siempre estuvo presente la tristeza, la angustia, el vacío, el no reconocerme, el no saber quién soy y a dónde voy, siempre pensando y matándome en pensamientos negativos, rodeada de sufrimiento, de sufrimiento ajeno que lo hacía propio, pensando en que no tengo futuro. Queriendo convertirme en esa chica que sueño ser, independiente, luchadora por sus sueños, esa chica que se atreve a todo y no le teme a nada ni a nadie, esa chica que no se da por vencida y que logro sus sueños al tener sus objetivos claros, sus metas claras, sus sueños claros. 

Yo siempre digo y creo que la felicidad es sólo un momento, podemos estar felices por una comida con nuestros amigos, por aprobar una materia, por compartir una cena con nuestros padres y por muchas otras cosas más pero son sólo momentos. ¿Qué es la felicidad? ¿A caso nos perdura al pasar el tiempo? ¿Estamos felices todo el tiempo? ¿Podemos ser felices todo el tiempo?

Siempre veía las redes sociales, todos con una vida increíble, con sus sueños o metas cumplidas, sus vidas arregladas o incluso ver, escuchar, a personas en la vida real y darme cuenta que tienen sus vidas resueltas, que tienen sus metas claras, sus sueños claros, saben quién quieren ser, que es lo que quieren para su vida pero lo más importante es que, luchan por eso, por alcanzar sus sueños, sus metas, sus objetivo y hasta no lograrlo no paran. 

Entonces ¿Por qué yo no puedo ser como ellos? ¿Por qué no puedo tener esas mismas iniciativas para lograr mis sueños, mis objetivos, mis metas. Me siento atascada en el mismo lugar desde que tengo conciencia, si es verdad y tengo que reconocer que he superado grandes cosas y desafíos en mi vida y estoy orgullosa de eso porque a pesar de que aveces piense todo lo contrario, se que soy una mujer fuerte, que ha pasado miles de batallas y aún las sigue pasando. Miles de veces quise rendirme y tirar la toalla pero algo en mi me decía que no lo haga y sacaba fuerza de donde no las tenía para salir de nuevo a la luz. Tal vez, era porque no quería lastimar a mis padres, que a pesar de que ellos me lastimaron, no pude ni puedo hacerles eso, causarle tanto dolor porque se que me aman aún que, en esos momentos que necesite su cariño o que me digan que me aman, eso no estuvo presente. Aún así, no les guardo rencor, tuve que adaptarme a eso, a recibir lo que me daban, a pasar todo por alto, ya no aguantaba sufrir más y hoy en día sigo sufriendo pero al menos, ya no me duele tanto como antes o eso creo. Lo único que se bien y tengo en claro es que, quiero seguir luchando, quiero convertirme en esa mujer fuerte, lograr todos mis sueños, tener un buen trabajo y trabajar de lo amo para ser feliz y para ayudar a mis padres. 

Como lo había mencionado en otra ocasión, sigo luchando con mi depresión que en estos meses desde que desperté del coma, se volvió aún peor porque sinceramente ya no quería seguir viviendo. Y aún me cuesta verme así, se que antes no tenía la vida perfecta ni resuelta, al contrario recién estaba empezando a vivir... pero al menos tenía mis dos piernas con movilidad, podía disfrutar hacer lo que me hacía feliz de a momentos, podía ir a pasear con mi perro el cual amo con mi vida, podía ir al gimnasio para sentirme fortalecida mentalmente, podía salir con mis amigas, podía tocar la batería de vez en cuando, podía vivir aún estando muerta. 


AIRBAG Y SU PRINCESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora