CAPÍTULO 33

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Se preparan y comienzan a ensayar, en todo momento nos miramos con Guido, no aparto mi mirada de él y él no aparta su mirada de mi, ambas transmiten desafió y firmeza. 

Guido saca lo peor de mi, al sólo ver sus ojos, su presencia, todo de él me molesta y más cuando me dice todas esas cosas feas. No entiendo por qué me odia así, cuando la que lo tiene que odiar y tratarlo de esa manera soy yo.

Después de ensayar por una hora, llegaron la producción y Lucas, comenzaron a grabar el videoclip nuevo que van a lanzar. Guido se luce porque al parecer compuso él la canción pero no puedo dejar de pensar y sentir todo el odio que siento por él, hasta tengo ganas de arruinarle el videoclip sólo por el echo de perjudicarlo a él. Pero son sólo ideas que pasan por mi cabeza porque sigo muy enojada por todo lo que paso con él, jamas lo haría por más que este enojada con él y se lo merezca. 

Mientras ellos hacen el videoclip estoy sentada en el sofá mirándolos, de momentos miro a Pato, realmente brilla en todo lo que hace, tiene una luz propia que destaca de los demás, no puedo evitar sonreír cuando lo veo. De vez en cuando cruzamos miradas, el corazón me late fuerte cuando cruzo miradas con él y no entiendo la razón. Tal vez sea porque me siento feliz en compartir esta experiencia con ellos, tal vez sea porque lo quiero mucho pero no puedo evitar sentir mis latidos muy fuerte. 


- ¿Estás bien? - me murmura, volteo a verlo y es Lucas. 

- ¿Qué? digo, si si estoy bien - siento que mis mejillas arden y seguramente estén rojas como un tomate. 

- ¿Es un crack Pato con la guitarra no? - abro mis ojos como plato cuando lo escucho preguntar eso porque significa que me descubrió viendo a Pato, de una forma... bueno no sé. - ¿Segura que estas bien?

- ¿Qué? - salgo de mis pensamientos. - Si si - él se ríe. - Shh. 

- Esta bien, voy a hacer de cuenta que no vi nada - me murmura y eso me pone más nerviosa. 


Después de dos horas, los chicos ya terminaron y el videoclip quedo genial. Ahora están descansando y comiendo algo mientras charlan entre todos. 

Después de un rato, toda la producción se va y sólo quedan ellos tres y Lucas, claro también yo... se acomodan en sus instrumentos, yo camino para la mesa de comida y cuando estoy por agarrar la última galleta, Guido la agarra primera. 


- La iba a comer yo - digo frunciendo el ceño. 

- No te pregunte ni me interesa - le da un mordisco a la galleta. 

- Además de estúpido, poco caballero - él suelta una carcajada irónica y se acerca a mi.

- Me tenes harto, ¿Por qué no te vas? que mierda estas esperando acá, boluda - sonrió con sarcasmo. 

- Que lastima que desees eso porque no me pienso ir todavía - me cruzo de brazos con una sonrisa irónica. 

- Daleee Guido... veni a la batería - lo llama Gastón. 

- Uhh chicos, ni que fuera tan esencial para la batería - digo entre risas irónicas. 

- ¿Perdón? ¿Ahora qué estas insinuando? insoportable - dice Guido molesto y eso me encanta. 

- Lo que escuchas ¿O tampoco escuchas bien? no sos tan bueno en la batería - él suelta una risa escandalosa. 

- ¿Que no soy bueno? ¿Pero quién te pensas que sos para decir eso? ni siquiera sabes nada sobre una batería, hasta dudo que sepas qué es un platillo.

- ¿Eso crees? - digo levantando una ceja en forma de desafió. 

- Lo único que sabes hacer es rompernos las pelotas - dice acercándose a mi. - Ahora deja de molestar y andate a buscar una vida propia - se voltea y va hacía la batería. 


Suelto un suspiro molesto porque ya estoy harta de soportar su trato para conmigo, decido ponerle un freno a su egocentrismo y camino rápido hacía la batería. Agarro los palillos antes de que los agarre él y me siento en la batería mientras lo miro en una forma desafiante. 

Él suelta una carcajada pero su expresión demuestra confusión como la de Pato, Gastón y Lucas. 


- ¿Qué haces ahí ridícula? - pregunta Guido y le devuelvo la respuesta con una sonrisa y una mirada desafiante. - Salí de mi batería. 

- Quedate ahí rubia tonta, voy a demostrarte el verdadero talento - le guiño un ojo con superioridad. 


Bajo la atenta mirada de los cuatros, me olvido de la vergüenza que me caracteriza y decido encender la llama de la pasión que me genera la batería, mostrandoles mi verdadera esencia en la batería. 

Hace mucho no tocaba la batería y si que lo estoy disfrutando, cuando estoy acá se me olvida por completo de quién soy, no existe nadie más, los problemas no existe, la batería y yo somos uno.


NARRADOR: GUIDO


- Mierda ¿Esto es real? - digo petrificado viéndola explotar esa batería con un talento inigualable.

- Al parecer si - responde Pato, también esta en shock por lo que estamos viendo y escuchando. 

- Encontramos oro puro - se suma Lucas. 

- Santo dios... la esta rompiendo ¿Pato vos sabías que sabia tocar la batería? - pregunta Gastón. 

- No boludo, nunca me dijo nada. - Alguien te esta pasando el trapo hermanito - me dice codeándome.


Siento mucha impotencia por como me esta haciendo quedar al frente de los chicos pero no puedo negar que su talento es algo increíble, nunca jamas visto y eso que tengo años de experiencia. 

Tengo que decirlo, es increíble y es muy hipnótica en la batería, es como si fueran uno. Es imposible dejar de verla y de escucharla, su talento, sus movimientos, sus gestos, su ritmo, me están generando algo raro.  ¿Por qué estoy sintiendo esto? no puede ser. 

Sigo mirándola hipnotizado con ella y con su ritmo. 



CONTINUARA...


AIRBAG Y SU PRINCESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora