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— Mierda. —Maldijo Aldryx.

Levantándose de la cama con su teléfono en mano, se acercó a la cuna donde su bebé dormía plácidamente abrazado a un peluche de conejito que Tabi le había regalado al pequeño.
"Hoy no podré cuidar a Oli, tengo cosas que hacer." decía el mensaje de parte de su padre, personalmente no tenía problema con quedarse con el bebé durante el día, pero para su mala suerte aquella semana le tocaba turno diurno porque ¡a un maldito imbécil de sus compañeros se le ocurrió enfermarse! Joder, ¿no podían flojear con la salud cuando tuviera libre?

Oyendo un pequeño gruñido, el adulto volvió a mirar en dirección a la cuna, encontrándose con su clon en miniatura observándole con una expresión molesta, ¿por qué siempre lucía enojado cuando estaba con el?

— ¿Qué?, ¿por qué me miras así? —Alzó una ceja.— Yo colaboré para traerte al mundo, deberías estar agradecido, pulga.

Sin cambiar su semblante, Oliver trató de voltearse sobre su barriga para poder acomodarse mejor, pero aún le costaba trabajo hacer aquel tipo de acciones. Levantándolo de la cuna, Aldryx lo sostuvo frente a él por un momento, observando su expresión enojada, pero completamente adorable. Maldición, ¿por qué tenía que ser tan parecido a él? Ahora que lo lleve al trabajo no podría aparentar ser un matón si le veían con un bebé que literalmente era él en miniatura. Sería el hazmerreír.

Oyendo el sonar de la alarma de su reloj sobre la mesa de noche, tanto Aldryx como su hijo miraron en esa dirección, volviendo a verse mutuamente, y fue el mayor quien soltó un suspiro resignándose a comenzar su día.

— Bien, Oliver. —Lo reposó en su pecho y fue a apagar la alarma.— Es hora de trabajar.

Empezando por cambiarle el pañal, asearlo y ponerle una de las ropitas que Agoti había comprado para el bebé. Procedió a abandonar su habitación, yendo escaleras abajo con el bebé en sus brazos. Dejándolo sobre la silla de bebé que habían comprado, se dispuso a ir a por el biberón para Oli, mirando de vez en cuando hacia su bebé mientras preparaba minuciosamente su leche, probando la temperatura sobre la piel de su mano, y luego le entregó el biberón, como Oli era bastante glotón tendría que preparar para llevar en caso de que le dé hambre en el trabajo, pero ya lo haría después. Corriendo al otro lado de la cocina, sacó una taza y se preparo un café bastante rápido, dejando la taza sobre la mesa para posteriormente correr nuevamente a tomar dos rebanadas de pan, dejándolas en la tostadora, la cual le costó un poco de trabajo hacer que baje por completo, ya que olvidaba presionarlo hasta el fondo.

Oyendo un estruendo a sus espaldas, giró en dirección a Oli, quien había dejado caer su biberón en la mesita de su silla por tratar de alcanzar la taza que el había dejado sobre la mesa.

— Aahh, Oliver. —Se acercó a él, levantando el biberón para así maldecir en voz baja.— Te ensuciaste la ropita, te veías tan lindo.

Bufando, le entregó el biberón nuevamente, lo cambiaria de ropa después, esto de ser padre soltero era estresante.

...

Una vez que consiguió estacionar su moto, en el parqueadero de empleados, tomó el bolso donde llevaba las cosas para su bebé, dejando caer el bolso por un instante, se quejó, pero decidió dejarlo pasar y acomodó la cangurera donde Oli permanecía apegado a él como un pequeño koala, quitándole el pequeño casco que le había conseguido, dejándolo junto al suyo luego de recoger el bolso. Jadeando por el cansancio, el Andromeda ingresó desde la puerta trasera a aquella tienda de 24 horas en la que trabajaba, esquivando ágilmente las cajas de la mercancía recibida que aún no eran desempacadas, dejó su bolso en su casillero y en cuanto estuvo listo salió corriendo hasta detrás del mostrador donde el compañero de cambio de turno ya le miraba de mala gana.

Hᴏᴏᴋᴇʀ  -[Tagoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora