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Los dedos ajenos presionaron contra su piel, empujándole y atrayéndole bajo su propio gusto, y en realidad, Ruv no sentía la capacidad de poder negarse a nada de lo que ese hombre le estuviera haciendo, esta era una de esas sensaciones más cercanas a estar borracho: se sentía torpe, encendido, delicado, caliente y muy reactivo. Es como si el tacto de ese individuo fuera todo lo que necesitaba para estar bien, le prendía con su agresividad actual.

Fue empujado hacia atrás, viéndose en la obligación de separar sus piernas para darle espacio a aquel hombre que se abría camino por encima de su cuerpo, rozando y frotando la anatomía mutua con una fogosidad impresionante. No pudo evitar llevar sus manos a la espalda de Whitmore, aquella gruesa y trabajada espalda. Sus uñas se clavaron sobre su piel, acompañando la situación con un profundo gemido que se escapó de sus labios al sentir los húmedos besos en su cuello, marcando su piel pálida en cada succión realizada en aquella zona, recibiendo por fin el gran premio de la territorialidad ajena.

— Eres lindo cuando dejas de quejarte. —Susurró Whitty deslizando sus manos por el torso ajeno.— Sabía que podían salir sonidos agradables de esa boca tan linda.

— Ngh. —Se encogió de hombros al notar un cosquilleo en su vientre.— E-espera...

Las manos del chico bomba eran grandes, cubrían partes de su cuerpo sin ningún tipo de dificultad, y parecían disfrutar de su anatomía como ninguna otra persona lo había hecho antes, era como si hubiera deseado tocar su cuerpo de aquella manera desde mucho antes, y ahora que tenía la oportunidad no le querría dejar huir de sus garras.
Sus palmas recorrieron su cintura, su pecho, su espalda, y finalmente se infiltraron bajo su ajustado pantalón, usando ambas manos para apretar aquellas acaloradas nalgas pálidas que Ruv en realidad no gustaba mucho dejar tocar, pero estaba embobado con todo lo que recibía, quería un poco más.

Soltó el aire que contenían sus pulmones, cerrando sus ojos con torpeza y calor, recorriendo nuevamente la espalda del chico bomba con sus manos con el fin de acariciarle un poco, arqueando su columna un momento al sentir el presionar de los dedos ajenos en su entrada, posteriormente las sintió subir por su cuerpo otra vez. Dejó que Whitty le quitara la camiseta, tirándola a un lado en compañía de su abrigo y ushanka, pero aún a pesar de la corta libertad que Ruv tuvo para acomodarse, no tardó demasiado en sentir aquella firme mano nuevamente alrededor de su cuello, manteniéndole firme en una posición inferior donde debía verse obligado a recibir por completo la lujuria de la lengua ajena que no perdía su tiempo en recorrer hasta el último centímetro dentro de su boca.

Llevó sus manos a las mejillas ajenas, jalando de aquel acalorado rostro con total intensión de corresponderle, pero no tardó mucho en acortarse el beso, quedando con su lengua expuesta y con un desesperado respirar mal ejecutado. Sentía que se desmayaría en cualquier momento.

Los ojos de Whitty recorrieron su cuerpo, sosteniendo su cadera con firmeza para así jalar de él, brindándole la oportunidad de oro en sentir aquel abultado miembro que escondía bajo el pantalón. No estaba nada mal, pero seguramente dolería como el diablo cuando eso entre, aunque se aferraba a la idea de que él sería quien iría arriba.

— Aaahh~~ —Se cubrió la boca al sentir la lengua del gringo sobre sus pezones.— N-no, espera- ¡Ah! —Le jaló sutilmente de la mecha.— No hagas eso.

— Cállate. —Le dio un manotazo para que le suelte.— Tu quédate quieto y disfruta. —Deslizó su lengua a lo largo el abdomen ajeno.— Después de todo... Viniste así a servirme, ¿no?

— Dios... —Llevó sus manos a su propio rostro.

Despejó el cabello que caía sobre su frente, dejado que aquellos acalorados besos y lametones en su cuerpo terminaran de encenderle por completo sin dar oportunidad alguna a dar la vuelta en cuanto a acciones en conjunto.

Hᴏᴏᴋᴇʀ  -[Tagoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora