Hᴏᴏᴋᴇʀ -[Tagoti]

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El ruido del motor ronroneaba resonando en todos sus sentidos, pero su cuerpo estaba demasiado cansado como para poder tener reacción alguna ante ello.
Luego de unos 2 días desde el apagón en el hotel, habían decidido volver a casa, ya que la colaboración se canceló. Cualquier material que haya salido de ahí no debería ser publicado, la amenaza de tener que lidiar con sus abogados fue enserio, y todos lo sabían.
No todos los chicos fueron un desagrado andante, pero definitivamente esperaba que Tyler se fuera abajo.

Aunque, ahora que lo pensaba, había dejado de verlo desde antes de todo esto del apagón. Y podía estar seguro de que hasta sus compañeros de banda no tenían idea de donde estaba.

*PUM*

Tras avanzar por terreno irregular, el carro realizó un movimiento brusco, haciendo que el lateral de la cabeza de Agoti rebote contra el cristal. No fue un golpe de muerte, pero sí lo suficientemente fuerte como para hacerle despertar de su sueño.

— ¡Ah, mierda! —Se quejó quitándose los auriculares para frotarse la mano en el lateral que se golpeó.

— Jajajaja, ese golpe sonó chistoso. —Se mofó Tabi a su lado, parecía más divertido que preocupado de que se hubiera hecho daño.

— Carajo, deberías preocuparte en lugar de reírte, imbécil. —Le dio un empujón, pero muy lejos de su lugar en el asiento no le envió.

La risa del ruso se hizo oír nuevamente, desbloqueando su teléfono para comprobar la hora. Aprovechando la oportunidad para enviarle un mensaje a Ruvyzvat notificándole de que se encontraban de vuelta. No había tenido oportunidad de hablar con él hasta ahora, aunque tampoco eran tanto de mensajearse, preferían hablar más en persona, y si tenían la oportunidad le contaría todo lo que ocurrió en el viaje de negocios pospuestos.

Sintiendo la cercanía de su pareja a su lado, miró de reojo en su dirección cuando terminó de enviar el mensaje, viendo como el Andromeda miraba su pantalla sin preocupación alguna de disimular siquiera. Le dio ternura, generalmente el celoso en la relación era él, y aunque fuera solo curiosidad de parte del más joven, seguía siendo lindo.
Inclinó su teléfono para que viera mejor, y con ello, Agoti frunció el ceño.

— ¿Qué dice? —Preguntó al ver todo el chat en ruso.

— Que volvimos. —Respondió.— Le pregunté si estaba disponible para reunirnos. Tengo algunas cosas que hablar con él.

— ¿Cosas como qué?

— No seas chismoso. Yo no te pregunto que hablas con tus amigos de internet.

— Porque miras el chat cuando hablo con ellos, no tiene sentido que preguntes si sabes leer el idioma que hablo. —Se cruzó de brazos.— ¿Qué te parecería si comienzo a hablar en árabe con alguien más, eh? No sabrías lo que hablo y seguro me harías una escenita de celos.

— Si hablaras árabe me daría miedo que me extorsiones con estafas piramidales. —Bloqueó su teléfono, metiéndolo en su bolsillo para luego sumergirse mejor en su lugar del asiento.— Y no soy tan celoso como para hacerte una escenita de celos.

— La última vez que hablé con Whitty sin decírtelo y te enteraste al ver que recibí una notificación de él te enojaste.

— Es porque se trataba de Whitty. Ambos sabemos que él te quería follar.

— En realidad jamás entendí la competitividad entre ustedes dos. Si, Whitty me llamaba la atención, pero jamás podría reemplazar tu verga por la suya.

— Que agradable conversación, ¿no? —Habló Solazar desde el asiento delantero.

Con ello ambos se quedaron callados para no hablar de aquel tema en presencia del hombre fuego. No había sido una discusión, o al menos no una que fuera realmente influyente, pero por alguna razón, Agoti notó un nudo en su garganta y sintió sus ojos amenazar con lloriquear.  No entendía porque los últimos días se había sentido tan inestable emocionalmente, se afligía por cosas que no tenían la mayor relevancia, y sentía ganas de llorar por todo. Era molesto vivir así, pero quizá solo se trataba de algún efecto del estrés. No habían sido días agradables.