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Abriendo sus ojos, Tabi se permitió un momento con el fin de acumular energía suficiente como para incorporarse en la cama y no fallar vergonzosamente en el intento. El silencio del cuarto era relajante, pero sabía que debía ponerse de pie y comenzar el día, ni siquiera recordaba donde había dejado su teléfono, ¿qué hora sería?
Tomando impulso consiguió sentarse, cerrando sus ojos nuevamente por un momento, alzó sus manos al aire mientras bostezaba de forma despreocupada, pero fue un brazo ajeno el cual le hizo volver a recostarse sobre el colchón.

— No te levantes aún. —Dijo Agoti junto a su oído.

Estremeciéndose un poco, el chico calavera le miró, notando como el digidevil se acomodaba nuevamente por su lado enfocando sus dos manos en volver a textear en su teléfono. Aún no tenía claro qué hora era, pero sea como sea este había sido un bonito despertar, tal vez de los mejores hasta el momento.

Acomodándose sobre su costado, le observó en absoluto silencio; la expresión serena del risueño chico le traía mucha paz, quería despertar así siempre. Tal vez solo se hacía ilusiones, pero sentía que sus nuevos despertares ya no eran algo exclusivamente físico, es decir, en un inicio era solo sexo y ya está, cada uno por su lado y "aquí nada pasó", pero ahora Agoti parecía estar más abierto a hablar, compartir, y mimarse con él.

— ¿Por qué me miras tanto? —Sonrió el demonio dejando su teléfono a un lado para darle su total atención.

¿Acaso no era notoria esa diferencia? Antes solo se levantaría para hacer sus cosas, dando a entender que ya habían terminado ahí. Anteriormente era muy arisco, ahora incluso era cariñoso.

— ¿Acaso no puedo hacerlo? —Preguntó, dejando que el muchacho se apegara a él y repartiera besos sobre su cuello y hombro.

— Claro que puedes, pero me pongo un poco nervioso si lo haces tan fijamente. Pienso que estoy haciendo algo mal. —Se rió.

Negando con un movimiento de cabeza, el ruso entró en contacto nuevamente con los labios del digidevil, quien sin oposición dejó que este se acomodara mejor para aquello.

Rodeando el torso el ruso con sus brazos, Agoti soltó un suspiro entrecortado cuando su mejor amigo reposó su peso sobre él, le hacía sentir algo que era difícil de explicar, era cómo un sentimiento reconfortante al sentirse apretado bajo él. Recibiendo besos en sus mejillas, Agoti mimó a lo largo de la espalda de su contrario, volviendo a subir en un delicado toque por su columna hasta detener sus palmas sobre sus paletas, sonriendo sutilmente al encontrarse con rastros de sus arañazos sobre la piel de ese hombre; si Tabi fuera físicamente visible estaría bastante orgulloso de poder apreciar eso, pero sentirlo a través del tacto le daba algo de calor al momento.

— ¿Te parece bien que tomemos una ducha juntos? —Propuso luego de que Tabi le apretara entre sus brazos.

— ¿Es una especie de propuesta hormonada? Ni siquiera hemos desayunado, no creo poder hacerlo motivado.

— No, no. —Se apresuró a negar.— Solo quiero algo tranquilo, you know. —Acarició los hombros de Tabi.— Solos tú y yo, el aroma de las velas que compré, el agua calientita, sería reconfortante, ¿no?

Separándose algo confundido pero completamente sonrojado por la propuesta, el extranjero alzó una de sus cejas con cierto aire de interrogación, a ojos de Agoti esto era algo bastante gracioso.

— ¿Por qué reaccionas así? —Le dio un golpecito amistoso sobre el hombro.— No es como si fuera la primera vez que tenemos un momento a solas.

— Sí, pero... Esto es diferente, ¿no crees?

— ¿Diferente?, ¿a qué te refieres?

Suavizando su semblante, Tabi contempló la evidente confusión en la expresión de su amigo. Tal vez el no lo hacía a propósito, pero ese tipo de propuestas eran muy amorosas como para ser solo amistad, aunque tal vez solo era un iluso otra vez.

Hᴏᴏᴋᴇʀ  -[Tagoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora