🔥CAPITULO 8🔥

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🥵<<{Artemis}>>🥵

Estoy en mi oficina escuchando toda la basura que sale de la boca de Romeo, un empresario que quebró y quiere fusionarse con mi empresa para que ambos tengamos una "ayuda" mutua ¿Me cree estúpido?

Artemis: ¿Me estás diciendo que tú empresa es una de las más reconocidas a nivel mundial?

Romeo y asociados, un nombre tan creativo como el dueño, una empresa que cayó en la quiebra luego de hacer una mala inversión y luego de que el viejo aquí presente haya gastado todo en casinos y apuestas.

Romeo: Exacto, tendremos iguales beneficios y reconocimiento.

Es tan descarado como para mentirme en la cara, iba a responder con algún comentario sarcástico cuando la puerta de la oficina es abierta, miró en esa dirección matando mentalmente al que se atrevió a entrar sin tocar cuando veo a Camille y me preparo mentalmente para lo que se viene.

Maldita sea mi suerte.

Camille: Cariño....

Cuando ve que en la oficina está Romeo tiene el descaro de parecer avergonzada por interrumpir.

Romeo: Bella dama.

Saluda el viejo con una mirada lujuriosa.

Quédatela ¡Te la regalo!

Camille: Venía a hablar con mi prometido pero puedo irme si así lo desea.

Dice esto pero lo hace mientras se acomoda en una de las dos sillas frente a mi escritorio y por ende frente a mí.

Artemis: Puedes largar...

El viejo se atreve a interrumpirme.

Romeo: No, claro que no, después de todo usted como su prometida debería estar al tanto de los asuntos y negocios importantes de su futuro esposo.

Dios me libre, carajo.

Artemis: La reunión llegó a su fin, no habrá ningún negocio ni nada que conecte a mí empresa con la suya, señor.

Me mira ofendido, creyó que con tantas palabras bonitas me iba a comprar, que sería un idiota.

Romeo: ¿En verdad se perderá una oportunidad cómo está?

Se levanta de su silla mientras me mira desde las alturas como si fuese más que yo, cometiendo el error de mirarme despectivamente, me levanto mostrando mis dos metros de altura y ahora soy yo quien lo ve desde arriba.

Artemis: No me interesa nada con usted, no veo nada de beneficios en asociarse con una empresa en quiebra ¿Entiende o se lo dibujo?

Quizás es mi tono frío, quizás mi prominente altura, quizás sea mi mirada, pero sea lo que sea hace que su cuerpo se estremezca, que su rostro palidezca y que sus manos tiemblen.

¿Le dije algo para que se ponga así? No, pero eso no es importante, lo importante es que el viejo está que se caga en mi oficina.

Romeo: yo... Convence a tú prometido, se está perdiendo una gran oportunidad si deja ir esta oferta.

Le dice a Camille que se encuentra mirando algo en su teléfono mientras sonríe como si estuviera loca, bueno, loca si está. Levanta su cabeza al escuchar que se dirigen a ella.

Camille: Yo trataré de hacerlo cambiar de opinión, usted sabe.

Que asco.

Le lanzó una mirada que la hace tragar saliva y desviar la mirada, sabe que no me gustó para nada la jodida mierda que dijo.

Artemis: Cállate, le invito a salir si no quiere ser sacado por los guardias, si por cuestiones desconocidas para mí elige la segunda opción está terminará no gustándole tanto cuando tenga una bala entre ceja y ceja.

Vete, puto viejo, estás colmando mi paciencia.

Sabiamente dale disparado y tres tonos más claro de lo que entró y cuando lo hace miro a Camille quién esta vez se encuentra frunciendo el ceño mientras mira el celular en sus manos.

Camille: ¿Dónde está?

Su irritante voz chillona me molesta como no tiene idea, a veces me gustaría cortarle la lengua.

Artemis: Eso no te importa.

Me levanto y recojo mis cosas pero antes de irme su voz me detiene.

Camille: Quería que fuéramos de compras juntas, que pasemos tiempo de calidad para llevarnos mejor.

Algo en su mirada no me gusta, algo en la forma de soltar esas palabras tampoco.

Artemis: No ira contigo a ninguna parte.

Esta loca si cree que yo permitiría algo así.

Camille: Tenemos que ver vestidos de novia y esas cosas para nuestra boda, quiero que sea mi dama de honor.

Definitivamente está loca.

Artemis: Cuando despiertes del puto sueño en el que estás, salgas de tu ridículo mundo de colores y brillantinas y veas que conmigo ni a la esquina entenderás muchas cosas.

Salgo de la oficina dejándola con la palabra en la boca, veo a mi secretario y con una seña ya sabe lo que tiene que hacer, sacar la basura que invade mi espacio. Llegó al estacionamiento y abordó mi auto sin dirigirle una mirada a nadie, nadie me interesa en ese lugar como para darle tal privilegio. Llegó a la mansión y cuando abro las puertas y veo a la nana en la sala esperándome sonrió un poco.

Nana: Mi niño.

Saluda energética.

Artemis: Nana.

Me acerco a ella los pasos que faltaban.

Nana: Como me indicaste la cocina hoy es tuya, estaré supervisando que las chicas estén haciendo algo productivo.

Irá a llamar a sus amigas para tirarse algún chisme, la conozco tanto que sé que pasarán horas hablando de todos y de nadie a la vez.

Artemis: Ve a chismear, no te preocupes.

La dejo en la sala antes de que me de un golpe, ella dice que no se llama chismear, que lo que ellas hacen es "intercambiar informaciones para tener mejores y productivos conocimientos".

Llegó a la cocina tomando la sabía decisión de hacer una pasta rápida y sencilla.

Ir por lo seguro casi siempre es la decisión correcta.

Busco una olla, los ingredientes y pongo manos a la obra, una vez todo está listo me quedo pensando si debería buscar una pizza y calentarla o no, me dirijo al refrigerador y sacó una pizza grande para poner en el microondas.

No siempre lo seguro es seguro.

Espero unos minutos y cuando está lista llevo todo a la mesa, cuando iba a voltear a buscar los refrescos la veo con ellos en manos mientras me mira con una pequeña, casi imperceptible sonrisa.

Pero joder que para mí es gigante.

Helena: Se te quedó esto, demonio.

Siempre tan jodidamente silenciosa.

Atropa Belladona. 1°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora