😇<<{Kyros}>>😇
Me encuentro en la cancha que tiene la mansión, cancha que mi fosforito mandó a hacer por y para mí, cancha donde estoy solo ya que ella salió con los suecos a la agencia, eso fue hace ya algunas horas. Tiró el balón encestando sin mucho esfuerzo, mi cuerpo se encuentra sudado y ya me cansé de dar vueltas para no estar solo en casa.
Al parecer todos tenían algo que hacer hoy.
Entró a la mansión con el balón en mano mientras le doy vueltas con mi dedo, que jodido aburrimiento. Llegó a mi habitación tomando mi teléfono para ver si tenía algún mensaje de mi fosforito pero nada, me distraigo viendo una foto que le tomé mientras estaba distraída y sin poder evitarlo una erección se planta en mis pantalones de forma inmediata.
Mierda.
Entro al baño deshaciéndome de mi ropa mientras la imagen de mi bello fosforito haciéndolo por mi hace que mi polla palpite y se endurezca más, entró en la ducha recargando mi cabeza contra mi brazo que se encuentra en la pared mientras mi otra mano baja al encuentro de mi polla, todo esto con la lluvia artificial cayendo sobre mi cuerpo. Rodeó mi polla con mi mano imaginando que es mi hermana quien lo hace y sin poder evitarlo un gruñido sale de mi garganta.
Su pequeña mano...
Kyros: Helena...
Aceleró mis movimientos mientras siento cómo mi cuerpo se tensa.
Helena: Supongo que eso lo causé yo de alguna forma, creo que debería arreglarlo— escucho la voz de mi fosforito y por un momento creo que estoy alucinando, miró a mi alrededor viéndola desnuda en el lavamanos mientras con sus dedos toca su coño y tira de sus pezones, siento envidia de ellos— es lo justo.
Se baja del lavamanos dirigiendo sus sensuales pasos a la ducha donde aún estoy, siento mi polla palpitar en mis manos al ver su desnudez, su rica desnudez. Entra conmigo haciendo que su cuerpo sea cubierto inmediatamente por la lluvia artificial dándole un aire más erótico, su mano aparta la mía y cuando siento su tacto en mi polla mi cuerpo se estremece.
Helena: Quiero que me beses.
Sus palabras suenan demandantes, eso quiere y eso tendrá, la tomo por el cuello impactando sus labios con los míos de forma brusca sacándole un jadeo, aprieto un poco su cuello mientras mi lengua se abre paso en su boca sintiendo su rico sabor, siento como aprieta mi polla y muerde mi labio inferior separándose de mis labios, la miro a los ojos mientras ella sigue masturbandome, si sigue así me correré antes de lo esperado.
Kyros: Quiero probarte ¿Puedo?
Helena: Puedes hacer conmigo lo que quieras.
Esas palabras activan algo en mi, algo que sé que jodidamente no sé apagará nunca. Caigo de rodillas ante ella viéndola desde abajo, viendo como su pecho se encuentra sonrojado y sus labios hinchados, viéndola como una jodida reina. Veo que aún arrodillado llego a su vientre así que alzándola por las nalgas hago que envuelva sus deliciosas y pálidas piernas en mis hombros, mirándola a los ojos cargados de deseo doy una larga lamida por toda su raja sintiendo su sabor.
Sabor que desde ahora es mi adicción.
Helena: ¡AH!
Esos gemidos de placer que salen de su boca podrían catalogarse como un puto delito, me pierdo en su coño como un muerto de hambre, chupo, lamo y muerdo su clítoris haciéndola retorcerse del placer, meto mi lengua en su interior manteniendo mi vista fija en sus expresiones y a punto de correrme con solo verla, siento cómo está a punto de tener su orgasmo y me detengo recibiendo protestas de parte de mi hermana, mi hermanita.
Helena: ¿Te quedarás ahí parado o te unirás a nosotros?
Su respiración está acelerada, su mirada es aniquilante hacía mi pero aún así sé que no es conmigo con quien habla, eso es obvio, volteo y veo a Stefano recargado en la puerta mientras su mirada cargada de deseo y lujuria no pierde de vista el cuerpo de mi fosforito.
Stefano: Meteré mi polla tan profundamente en tú interior que no podrás sentarte por días.
Siento como el cuerpo de Helena se estremece, la incorporó con cuidado en el suelo mientras me levanto, vuelvo a levantarla en mis brazos esta vez dejándola sobre mi polla pero aún sin penetrarla, la miro a los ojos y cuando veo que va a protestar me clavo profundamente en su interior sintiendo sus estrechas y húmedas paredes hacer un esfuerzo para adaptarse a mi polla, embisto lentamente apretando mi mandíbula por como succiona mi polla, esto el puto cielo, Stefano se mete a la ducha con nosotros mientras masajea su polla, se pone a espaldas de Helena mientras besa su cuello sacándole jadeos entrecortados.
Stefano: ¿Quieres que ponga mi polla aquí, diosa?
Abre sus nalgas mientras pone su polla entre ellas, Helena perdida en las lentas embestidas que me obligó a darle para no correrme tan pronto asiente con su cabeza, siento como sus paredes se cierran más alrededor de mi polla cuando Stefano entra en ella haciendo que un gruñido salga de ambos y un gemido de la boca de mi hermoso fosforito. Empezamos a embestirla coordinandonos entre nosotros haciéndola delirar, Stefano besa su cuello mientras yo estoy perdido en sus tetas, mis manos se encuentran en su cintura mientras las de Stefano están en sus caderas, las embestidas se vuelven casi animales y el baño se llena de deliciosos gemidos de puro éxtasis.
Kyros: Quiero sentir como te corres alrededor de nuestras pollas, fosforito.
Con un grito llega a su liberación apretando nuestras pollas de una forma tan jodidamente alucinante que sin poder evitarlo ambos nos corremos en lo más profundo de su interior, veo su rostro mientras su cuerpo tiene leves espasmos y nuestras pollas aún se encuentran en su interior embistiendo algunas veces más para que nuestro semen quede en lo más profundo de su ser.
Helena: Mierda...
Stefano: Verte teniendo un orgasmo es la imagen más jodidamente excitante que haya visto en mi puta vida.
Sus labios rojos, su cabello cubriendo parte de su rostro, su pecho y parte de su cara sonrojados, los chupetones en su cuello, su mirada cargada de satisfacción y la sonrisita post-orgásmica en su rostro es algo que nunca olvidaré.
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Atropa Belladona. 1°
RomansaPrimer libro de la saga V5NOM. Cuando la vida arrebata tu luz en tan solo un momento solo queda acostumbrarse a la oscuridad que predomina, ¿y qué pasa cuando te gusta tanto esa oscuridad que resulta ser tu mejor aliada? Una misma desgracia, un mis...