SIN EDITAR.
Dos días después…
🥵<<{Artemis}>>🥵
Dos golpes en la puerta de la oficina me hacen sacar la vista de los papeles que tengo frente a mí.
Artemis: Adelante.
Uno de mis hombres entra y se queda de pie en el marco de la puerta.
Hombre: Señor, Gabriel Roux solicita que se lo reciba urgentemente.
Artemis: Que pase.
¿Qué mierda quiere este imbécil?
Momentos después el mismo hombre le abre la puerta a Gabriel, este se sienta en la silla frente a mí escritorio y me mira con seriedad.
Gabriel: ¿Cómo van tus planes para la boda?
Lo miro con aburrimiento, él al igual que todos en su familia saben que no me casaré con esa loca mimada.
Artemis: ¿Cuál boda?
Sonríe de lado, no me gusta, que este sonriendo luego de lo que dije significa que está planeando algo.
Gabriel: Sabes lo que pasará si no cumples con el contrato, alguien morirá y puedo asegurarte que no será mi padre.
Artemis: No estés tan seguro, ya está viejo, si necesita de mi hermana para matar a alguien eso demuestra lo deteriorado que está.
Gabriel: Tengo una solución para que todos salgamos beneficiados y nadie tenga que morir, piénsalo, el contrato se cumple, ninguno perdemos hombres de confianza, familia o nuestras propias vidas.
Artemis: Cuéntame.
Gabriel: Yo me casaré.
Artemis: Me siento halagado, pero no soy gay y si lo fuera te aseguro que no eres mi tipo.
Gabriel: ¿No? Cualquiera quiere un hombre forrado en dinero con conexiones y poder.
Me río, en realidad lo hago, porque sé con certeza que él es todo menos gay.
Artemis: No necesito un hombre así cuando yo ya soy todo eso y más, ahora habla claro.
Gabriel: Iré al grano —asiento con la cabeza— el contrato estipula que debes casarte antes de que mi hermana cumpla los veintiséis años, eso es en menos de dos semanas y si te niegas tu heredero deberá casarse con un miembro de mi familia, ambos notamos que te falta uno aún, así que eso como consecuencia…
Artemis: Deja a mi hermana como la siguiente en la línea para casarse —me pongo de pie viéndolo— sobre mi cadáver.
Gabriel: Bueno, eso es lo que pasará si ambos se niegan a casarse.
Artemis: Tiene que haber otra solución.
Gabriel: Ambos sabemos que nuestros padres hicieron un trabajo profundo con el contrato, tu hermano no entra al ser bastardo, la persona que se una a nuestra familia debe tener la sangre de tu madre y tu padre, así que tú decides, te casas con mi hermana y te robó a tu hermana cuando se sienta mal porque te casaste con la mía.
<<Me caso con tu hermana, claramente no te dejaré acercarte porque es mía, o vamos a la guerra.>>
Artemis: Gue…
Helena: Me casó, pero bajo mis putos términos imbécil arrogante, no me hagas enojar, quede viuda una vez, no me molestaría serlo una segunda.
Mi hermana entra con la frente en alto y actitud relajada a mi oficina, tiene sangre en la mejilla y las manos dentro de los bolsillos del pantalón del uniforme táctico, su voz es fría y calculadora al dirigirse a Gabriel y su mirada parece contener mil demonios.
Artemis: Guerra, el boss aquí soy yo y que me jodan si permito que te casen otra vez en contra de tu voluntad.
Gabriel: Salió bien la primera vez ¿Verdad? Ella lo mató.
Mi puño estampa contra su rostro antes de que pueda prever que hacer, me encuentro saltando al escritorio para tirarme sobre él para seguir golpeándolo, me devuelve varios golpea que me importan poco.
¿Salió bien?
Imbécil.
Nada salió bien.
Artemis: ¡No salió bien! ¡Imbécil! —golpe— ¡niño mimado! —golpe— ¡hijo de puta! —golpe tras golpe— ¡tú no sabes lo que ella sufrió, no voy a permitir que venga otro imbécil a robarmela para volverla a violar! ¡Iremos a la guerra si es necesario, pero ella de mi lado no se mueve!
Gabriel: ¡Qué te pasa idiota soy un hijo de puta, sí, pero no abuso de mujeres!
Artemis: ¡La estás forzando a casarse contigo!
Helena: Bajo mis términos Artemis, nunca, nadie más, podrá decidir algo sobre mi vida nuevamente, déjalo y ven a darme mi abrazo.
Dejo al imbécil y me limpio la sangre de la comisura de la boca antes de acercarme a mi hermana y tirar de ella contra mi cuerpo, esto es todo lo que necesito en el día para poder existir, sentirla, porque pasé dos años sin sentirla cerca mío y cada día estaba un poco más muerto.
Gabriel: Hablemos de tus términos.
Helena: No así, esperaras hasta el día siguiente del cumpleaños de tu hermana —mi ángel levanta su mano para acallar la protesta del imbécil— sé que después de ese día el contrato estipula que el siguiente en la línea familiar debe casarse, pero se estipula que antes de lo veintiséis imbécil, tengo veinticuatro para tu puta desgracia, así que acepto el compromiso, más no me apuraras para que te diga mis términos, se hará a mi tiempo, a mi modo.
Gabriel: ¿Cuánto tiempo debo esperar para saber tus exigencias?
Su rostro se muestra enojado por las palabras de mi hermana, pero es tan imbécil que el bulto en sus pantalones delata lo que lo excita que mi hermana no se doblegue.
Helena: Un mes, tienes ese tiempo para intentar convencerme de que te diga mis términos y no te mate.
Gabriel: ¿Me estás dando un mes para conquistarte?
Parece incrédulo.
Helena: Te estoy dando un mes para que logres robarme una sonrisa, una sutil al menos, si lo logras, te mostraré mi contrato y eventualmente nos casaremos.
Gabriel: Necesito solo una semana.
Artemis: ¿Tu piensas hacer en una semana lo que tarde en seis meses? No me hagas reír imbécil.
Helena: Los dejaré tengo asuntos que atender —me da un beso antes de girarse a mirar al idiota que me mira como si quisiera matarme— tocalo otra vez y estás muerto, tócame a mi sin que te lo permita y estás muerto, ¿Entendiste?
El imbécil levanta ambas manos en rendición.
Gabriel: No me gusta forzar a las mujeres súcubo.
Artemis: Se nota.
Gabriel: Sexualmente.
Mi hermana sale de la oficina y nosotros nos vemos con el enojo mutuo que esta situación generó.
Gabriel: Será mía.
Artemis: Suerte con eso, ella es mía desde hace seis años, siempre vuelve a mí.
Gabriel: Pero la compartes, tan tuya no es.
Artemis: No soy egoísta con ella, ella es mía, es de él, ella no sabe amar de forma normal, no seré yo quien dicte como, a quién y a cuántos debe amar, me conformo con ser el primero, me conformo con ser parte, me conformo con siempre tener una parte de su corazón.
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Atropa Belladona. 1°
RomancePrimer libro de la saga V5NOM. Cuando la vida arrebata tu luz en tan solo un momento solo queda acostumbrarse a la oscuridad que predomina, ¿y qué pasa cuando te gusta tanto esa oscuridad que resulta ser tu mejor aliada? Una misma desgracia, un mis...