🐩<<{Camille}>>🐩
Llegó a la casa del Artemis notando un silencio más profundo que veces anteriores, entró a la cocina esperando encontrarme con la vieja que siempre pulula por los alrededores y al ver que está vacía frunzo el ceño ¿Dónde están?
Subo las escaleras esperando encontrar a la bella princesa, Helena, mi hermosa y delicada Helena, no estoy aquí por Artemis, no, ese estúpido me vale mierda por más bueno que esté, estoy aquí por Helena solo por y para ella. Subo a su habitación esperando encontrarla en ella y que me regale por unos minutos el rico sonido de su voz, entró y veo que está vacía, miro a mi alrededor y como hago cada que entra en esta habitación y está sola me dirijo a su cajón de ropa interior y saco unas pequeñas bragas rojas de encaje que se verían tan jodidamente bien en su cuerpo, de solo imaginarla siento la humedad crecer entre mis piernas. Salgo de la habitación antes de que alguien me encuentre en ella, no sabría qué decirle a mi princesa.
Voy caminado por los fríos pasillos de la mansión Georgiou cuando de la nada comienzo a escuchar una oleada de los más excitantes y angelicales gemidos que alguna vez pude escuchar, me acerco al lugar de donde provienen notando que es de la oficina de Artemis y sin poder evitarlo mis puños se aprietan al imaginarlo a él con ella, con lo que es mío.
Mis pasos son incómodos por la humedad entre mis piernas, mis pezones están erectos y mostrándose en todo su esplendor a través de la fina tela de mi vestido rosa de marca, sin poder evitarlo y llamada como el canto de una sirena por los melodiosos gemidos provenientes de la oficina entró en ella viendo la imagen más excitante que jamás haya visto.
Helena se encuentra sentada en el escritorio de su hermano siendo penetrada por el susodicho y el estúpido de su mejor amigo, me gustaría matarlos en este momento y ponerme en su lugar siendo la causante de los ricos gemidos que salen de la boca de mi princesa, sacó mi teléfono para inmortalizar este momento.
Helena: ¡Ah! más rápido...
Veo como sigue siendo follada por su hermano y amigo, sabía que mantenía una relación con su hermano pero no estaba al tanto de que con su estúpido amigo también, veo como su coño expulsa una gran cantidad de su orgamos y mataría por estar a sus pies lamiendo su coño como una posesa.
Helena: ¡AH!
Otro orgasmo la ataca y en ese momento me doy cuenta de que había empezado a tocarme viendo su imagen, viéndola recibiendo placer e imaginando que soy yo quien se lo proporcionaba
Me gustaría de sobre manera que me pida por más a mi, aunque no esté en sus cinco sentidos, aunque tenga que obligarla, aunque ella no quiera. Salgo de mis pensamientos cuando Artemis voltea en mi dirección luego de que por un pelo esconda mi teléfono guardando el video.
Artemis: ¡Vete!
Escucho que gruñe en mi dirección y salgo por completo de mi burbuja donde soy yo quien provoca ricos y excitantes gemidos de la boca de mi princesa, salgo de la oficina con un problema entre mis piernas que resolver.
Por suerte llevo algo en mi cartera que puede ayudarme, sus bragas.
[•••]
Entró con mi hermano a la gala esperando ver a mi princesa y proponerle que sea la dama de honor en mi boda con su hermano, quizás así se dé cuenta que soy el amor de su vida e interrumpa la boda.
Sería muy romántico.
Veo a lo lejos a Artemis con un grupo de mujeres y hombres y me dirijo hacia ellos arrastrando a mi hermano conmigo, llegamos y escucho algo de un equipo de baloncesto pero no es algo que me interese realmente.
Camille: Cariño.
Saludo con efusividad a Artemis esperando recibir alguna reacción del cuerpo de mi princesa pero como siempre pasa no veo ni una sola emoción pasar por sus ojos.
Es un jodido cubo de hielo, ya la calentaré en algún momento.
Una de las tipas con la que se encuentra dice algo en un idioma que no logro entender pero al parecer mi hermano si, lo miro y no me gusta cómo está mirando a mi princesa, la ve como si fuese lo más bello en este jodido mundo y lo es pero me molesta que la mire, que él la quiera al igual que yo, al igual que todos.
Luego de un intercambio de palabras donde me doy cuenta que mi princesa es una de las cinco mejores sacarías del mundo junto a aquellas chicas que estaban con ella y algunas cosas más nos vamos a sentar a nuestra mesa donde veo que mi hermano no aparta su mirada del cuerpo de mi princesa aunque yo esté haciendo lo mismo, me molesta que él lo haga.
Marie: Mañana deberíamos ir a comprarte un vestido de novia hija, tú boda es en poco días.
No le presto atención a las palabras de mi madre, no ahora que me encuentro perdida en las curvas de mi princesa.
Gabriel: Deja de mirarla.
Camille: Es hermosa.
Y será mía aunque sea lo último que haga.
Gabriel: Y no es tuya.
Lo miro mal, el no sabe nada.
Camille: Podría serlo si no se hubieran equivocado de hermano.
Mi plan nunca fue casarme con Artemis, no, mi plan era casarme con Helena y vivir felices por siempre, juntas.
Gabriel: Definitivamente se equivocaron de hermano.
No le presto atención cuando veo que Helena se levanta de su asiento siendo guiada por ese chico pelirrojo y el castaño de alturas intimidantes, si que son altos. Veo como la invitan a la pista de baile y ella no tan contenta acepta, cuando veo su cuerpo enfundado en ese vestido rojo no puedo evitar que mi coño se moje de forma inmediata, aprieto mis muslo pero eso no logra calmarme, me levanto de la silla en la que estaba y luego de decirles a mis padres y hermano que tenía que ir al tocador salgo con rumbo al baño teniendo nuevos objetivos en mi mira, todo aquel que se acerque a mi princesa morirá por tocar lo que es mío, aunque el mundo se niegue ella es mía, aunque ella se niegue me pertenece.
Entró al baño sacando las bragas que siempre llevo en mi bolso, bragas que siempre robo, bragas que llevo a mi nariz cuando mi mano toma rumbo hacia mi entrepierna, bragas que imagino sobre su coño, bragas que algún día serán sustituidas por su rosado y jugoso coño.
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Atropa Belladona. 1°
RomancePrimer libro de la saga V5NOM. Cuando la vida arrebata tu luz en tan solo un momento solo queda acostumbrarse a la oscuridad que predomina, ¿y qué pasa cuando te gusta tanto esa oscuridad que resulta ser tu mejor aliada? Una misma desgracia, un mis...