😈<<{Stefano}>>😈
Entramos en la habitación donde se encuentra nuestra mujer luego de durar tres minutos atascados en la puerta discutiendo por quien entra primero.
Son estúpidos, no los culpo.
Entramos y vemos el cuerpo inconsciente de nuestra mujer tendiendo en la cama con su rostro y piel pálida, nos acercamos a ella y la rodeamos no queriendo tocarla por miedo a romperla.
Erik: Seremos padres.
Lo escucho susurrar con la alegría inundando su voz, estamos iguales pero creo que algunos se averiaron.
Kyros: Si es niño le enseñaré a jugar basket desde que nazca, es más, iré a comprar su primer balón.
Se gira e intenta salir para comprar lo que estoy seguro serán documentos????? balones por si uno se pierde.
Gabriel: No seas pendejo¿Cómo va a jugar un bebé?— lo mira como si fuera tonto— es mejor enseñarle a disparar.
En modo automático la palma de mi mano vuela a mi frente al escuchar las estupideces que están soltando estos dos.
Helena: En ocasiones son bien pendejos.
Nuestras cabezas voltean automáticamente a la camilla donde encontramos a una Helena con el ceño fruncido mientras mira su brazo. Nos acercamos a ella casi corriendo, bueno, casi no, nos acercamos corriendo y la inundamos de preguntas.
Ibrahim: ¿Están bien?
Kyros: ¿Te duele algo?
Axel: ¿Quieres algo?
Sueltan todo a la misma vez.
Helena: Estoy bien, tranquilos— los mira antes de ladear la cabeza y fruncir el ceño— ¿Porqué hablaban en plural?
Antes de que podamos responderle somos interrumpidos por las puertas siendo abiertas. Todos volteamos queriendo asesinar a quien se atrevió a interrumpir este momento viendo a un hombre de algunos treinta años con una bata blanca y una sonrisa resplandeciente.
Doctor: Buenas tardes para la mami.
Sí cuando no interrumpió queríamos matarlo ahora ya es un hecho. Vemos en cámara lenta como los ojos de mi diosa se abren con sorpresa y confusión, nos mira a nosotros esperando una explicación, seguramente pensado que esto es una equivocación.
Helena: Disculpe pero se ha equivocado de habitación.
El doctor frunce el ceño mientras mira su carpeta antes de levantar la cabeza y mirarla con una interrogante en sus ojos.
Doctor: ¿Es usted Helena Georgiou?— nuestra mujer asiente con la cabeza y el doctor sonríe, no me gusta— entonces es usted, vine a realizarle un ultrasonido transvaginal.
¿Trans que?
Todos lo miramos inmediatamente cuando esas palabras salen de su boca con los ceños fruncidos y puños apretados. Ese pendejo no le verá el coño a nuestra mujer, sobre nuestros cadáveres.
Gabriel: No le verás el coño a mi mujer.
Tenía que ser el primero en salir en defensa de lo nuestro, si no fuese así no sería Gabriel.
Doctor: Es mi trabajo.
Me acerco lentamente a él.
Stefano: Tu trabajo no es andar viendo coños y menos si ese coño tiene dueños.
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Atropa Belladona. 1°
Storie d'amorePrimer libro de la saga V5NOM. Cuando la vida arrebata tu luz en tan solo un momento solo queda acostumbrarse a la oscuridad que predomina, ¿y qué pasa cuando te gusta tanto esa oscuridad que resulta ser tu mejor aliada? Una misma desgracia, un mis...