🔥CAPITULO 15🔥

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SIN EDITAR.

LAS FOTOS DE LOS PERSONAJES NUEVOS ESTAN EN LA SELECCION PERSONAJES.

Dos días después...

❤️<<{Helena}>>❤️

Entro en el inmenso estadio repleto de gente, el partido ya ha comenzado hace unos minutos, siempre entro a este horario para la persona que vengo a ver no me note, no sabe que voy a todos sus partidos aunque juegue al otro lado del mundo, la gente grita, abuchea y anima a los jugadores., mientras el partido avanza lento.

Empecé a entrar minutos después de que empezara el partido luego de verlo observar al público buscando a alguien conocido, a alguien que venga por él, nadie más que yo lo hace, al menos no desde que mis padres murieron y la madre de mi medio hermano Kyros se dejó de interesar en él por ya no tener la gallina de los huevos de oro.

Mi hermano puso su parte de la herencia en un fideicomiso al que solo él podía acceder, ese poder se le otorgó el año pasado, hoy ya tiene veintidós años, es un extraordinario jugador de baloncesto patrocinado, es parte de uno de los mejores equipos de Grecia del cual secretamente soy dueña de la mitad anónimamente, la otra mitad está a nombre de él aunque no lo sepa, fue mi regalo de cumpleaños veintiuno.

Las acciones del equipo aumentaron considerablemente, es estúpidamente rico sin la necesidad de su herencia, pero no lo sabe.

Dejo que una sutil sonrisa surque la comisura de mi labio cuando lo veo rebotar la pelota esquivando a tres y terminar colgado del aro con el balón encestado.

El descanso comienza y se va a la banca para agarrar su agua, toma gran parte de ella mientras mira al público, siempre lo hace, no sé si sabe que estoy o busca a alguien especial para ella, pero sus ojos nunca llegan a verme, porque me escondo.

Esta vez sin embargo, se detiene antes de llegar hasta donde yo estoy y sonríe, empiezo a pensar que encontró la persona que buscaba, pero de pronto estoy en una de las enormes pantallas, me esta viendo a mi parada en lo alto de la tribuna, con los brazos cruzados y el hombro apoyado en la pared a mi lado, miro la pantalla notando que el mismo castaño de ojos cafés que conozco perfectamente se posa a mi lado.

Helena: Te dije que no quería que lo supiera.

Stefano: Él pidió la cámara.

Stefano Kostas, es el entrenador del equipo de mi medio hermano y amigo personal de él, con solo 28 años ganó múltiples premios a mejor jugador y le vi el potencial necesario y la firmeza para manejar al equipo.

Kyros corre subiendo las gradas con toda la rapidez del mundo, su cabello del mismo color anaranjado que el de Artemis y el mío cae en su frente no dejándome ver sus ojos miel verdosos y en menos de cinco minutos ya está frente a mi agitado y con una enorme sonrisa en el rostro, antes de que pueda prever lo que hará me estrecha en sus brazos tan fuerte que algunos de mis huesos crujen, no estoy acostumbrada al contacto fisico asi, me gusta que me den un aviso antes al menos, pero se lo permito, porque parece que lo necesitaba.

Kyros: Gracias por seguirme a todos lados.

Stefano: Yo también te sigo a todos lados.

Helena: A ti se te paga para hacerlo.

Ambos se ríen y mi hermano me suelta, miro la pantalla, nosotros estamos reflejados en el para que todo el estadio nos vea, hay muchos gritos que me aturden, pero no lo demuestro, no es mi momento de huida, es el momento en que veo a mi hermano ganas, es por él, no por mí.

Helena: Vuelve al partido.

Me da otro corto abrazo antes de irse mientras me gritaba que me quedara hasta que termine, el partido comienza y todos vuelven a concentrarse en el salvo por los pocos que me lanzan miradas furtivas y lascivas, Stefano me mira desde un lado de la cancha y me señala a mi hermano, lo estoy viendo, no necesito que el me lo diga, lo noto enojado aunque no sé porque, me pide que brebaje junto a él para ver la situación y me niego al principio, pero después de algunas insistencias de su mano y la mandíbula apretada me acerco.

Bajo todos los escaleras con tranquilidad, mi rostro siempre sin emociones y en este caso mis manos están en los bolsillos de jean cargo que llevo puesto, me pongo a un lado de Stefano en completo silencio y el me señala nuevamente a mi hermano.

Stefano: Escucha lo que le dicen.

Jugador: ¿Esa es tu novia o tu hermana? es tan sexy.

Se ríe mientras mi hermano gruñe.

Kyros: No la mires y no hables así de ella.

Jugador: A cuánto que te gano y me se va conmigo a casa esta noche.

Helena: Entendí, pero él se lo busco por ponerme en la pantalla, el que busca encuentra.

Me encojo de hombros.

Stefano: Si sigue perdiendo los pases por las cosas que le dicen perderá el partido.

Podría dejarlo que afronte la consecuencia de lo que hizo por capricho, pero es mi hermano, las consecuencias las afrontan los demás, no mi gente.

Helena: ¡Kyros si ganas te llevo conmigo a comer!

La cabeza de mi hermano se gira hacia mí y sonríe grande antes de asentir aceptando mi trato.

Stefano: Está mal jugar con los sentimientos de tu hermano.

Helena: Díselo a ese jugador, él empezó.

No me voy a disculpar, se que es un poco mierda jugar con él de esa forma, aunque lo lleve a comer yo nunca estaré cerca de él y no porque no quiera, sino porque el decidio estar desligado de la mafia, respeto su decisión y por eso siempre lo veo a escondidas, necesita que al menos un miembro de su familia lo apoye en sus sueños.

El partido acabó un rato después, mi hermano obviamente ganó y vino feliz a rodearme otra vez con sus brazos mientras nos hacía girar a ambos.

Tiene un tema con los abrazos este hombre.

Jugador: Hiciste trampa.

Kyros: Eres un mal perdedor.

Mi hermano se ríe mientras me baja y se adelanta un paso de mi, es un gigante al lado mío, por lo general me rodeo de hombres altos, pero este los supera con sus dos metros con ocho centímetros.

Jugador: Pisaste la línea.

Ruedo los ojos internamente, hasta un ciego vio que no lo hizo.

Kyros: Los árbitros no dijeron nada así que no, no pise la línea.

El jugador empuja a mi hermano y este choca su brazo conmigo, no me dolió y literalmente no me movió un solo centímetro, eso a Kyros lo enojó igual, se vuelve hacia adelante para intentar golpear al jugador, pero lo detengo.

Helena: No lo puedes golpear, tienes más partidos que jugar y esto te complica las cosas.

Jugador: Hazle caso a la sexy mujer, idiota, no quieres problemas conmigo.

Kyros: Suéltame.

Helena: No lo golpearas, eso te meterá en problemas —mi mirada se centra en el jugador frente a nosotros con una arrogante sonrisa— pero a mi no.

Lo suelto y agarró el cuello de la camiseta del jugador antes de impactar mi puño contra su rostro y luego mi rodilla contra su entrepierna.

Jugador: ¡Hija de puta!

Tan errado no está.

Stefano: ¿Qué hiciste?

Helena: El trabajo sucio que ustedes no pueden hacer.

Atropa Belladona. 1°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora