Una semana después.
❤️<<{Helena}>>❤️
Helena: Camille, Camille, Camille— la veo tirada en el suelo— Nunca debiste meterte conmigo, me gusta jugar con mis víctimas, pero el problema radica en que a ellas no les gusta el juego y a mi no me importa.
Ha pasado una semana desde que la tenemos en los calabozos, semana donde no ha ingerido más que agua y un pan seco que fue tirado en el suelo el primer día. Hombres han entrado a darle sus buenos días y noches y a causa de aquello su rostro y cuerpo se encuentra lleno de moretones verdes y morados. Tuvo que hacer sus necesidades en el piso y joder que el hedor me está causando jodidas arcadas, pero esta mierda no me la pierdo por nada.
Camille: Se... se que ellos te están obligando, sé que me amas.
Escucho las risas a mi alrededor siendo acompañadas de la mía, joder que si está muy loca.
Gabriel: Nunca imagine que tú nivel de locura te haría una idiota nivel dios— suelta con burla antes de tomar un bate con púas y acercarse a ella mientras lo arrastra— te daré cinco batazos por meterte a su habitación y profanarla, cinco más por proclamarla tuya, cinco por secuestrarla y cinco más porque a mí se me da la gana ¿Cuántos son?
Le pregunta pasando el bate por su mejilla cortándola por el filo de las púas.
Camille: V...veinte.
Ibrahim: Al menos sabe sumar, no era tan estúpida.
Artemis: Tomaré asiento, sus restos no servirán para nuestros perros, qué pena, están tan hambrientos.
Se me ocurre algo con esas palabras y con un solo asentimiento de cabeza a los hombres en las puertas y una mirada a las chicas ya todo está hecho. Gabriel estampa el bate en las costillas de su hermana y la sucia habitación se llena de los gritos de agonía de Camille. Veo como poco a poco la ropa y rostro de Gabriel se va llenado de la sangre de su hermana, para cuando termina de darle los veinte batazos las lágrimas parecen cascada en él rostro de Camille, noto que está casi pisando la inconsciencia.
Helena: Aún no es hora de dormir, Camille.
Me acerco a ella cuando veo como un hombre se acerca con una cubeta de agua sucia, los chicos no quieren que haga ese tipo de cosas, como si cargar una cubeta con un poco de agua me fuera a matar. No los juzgo, somos primerizos y yo también estoy algo paranoica. Veo como el hombre luego de recibir un asentimiento de cabeza de mi parte vierte el agua en el rostro de la loca haciéndola espabilar.
Nina: Está mierda me está aburriendo.
Sonrió un poco por eso, últimamente lo hago más seguido, puede que el levantamiento de mis comisuras no sean la gran cosa pero es un jodido gran avance para mí, para nosotros.
Klara: Me duelen los pies.
Últimamente le duelen más de lo normal, se cansa rápido y siempre tiene a los mellizos y su tío no se han despegado ni un segundo de ella, se han mudado en la misma casa que Klari.
Aiden: Ven.
Veo como la carga mientras Fran y Lexi aguantan la risa por tal escena en tal momento.
Francesca: Es hora de la sorpresa, Lena. Nos estamos aburriendo de los gritos de esa loca por unos simples golpes, estúpida.
Miró al mismo hombre que tenía la cubeta en manos esperando alguna indicación de mi parte, cuando ve mi mirada puesta en él se retira rápidamente.
Alexa: Joder si.
Parecen niñas pequeñas.
Antes de que pueda bajarme a la altura de la loca los chicos se me adelantan ganándose una mala mirada de mi parte, ponen el cuerpo de la loca en una camilla sin ningún cuidado mientras sus gritos se reavivan en la habitación, puede que no sea una camilla normal, puede que tenga algunas púas, puede que esas púas contengan Atropa Belladona, un veneno creado por mi que causa alucinaciones y delirios según la cantidad administrada, sequedad en la boca, enrojecimiento de la cara, debilidad muscular, aumento de frecuencia cardiaca, agitación, descoordinación y convulsiones, todo esto depende de la cantidad que se administre en un cuerpo. Las púas tienen pequeñas y casi imperceptibles agujas, agujas que se encargan de soltar la cantidad de veneno que una de nosotras o quién tenga el reloj quiera, en este caso el reloj sirve como un tipo de control.
El guardia vuelve acompañado de otro más mientras cargan a unos casi muertos señores Roux.
Nina: Joder, ya me estaba durmiendo.
La miró mal por eso recibiendo una sonrisa ladeada de su parte, maldita. Vuelvo mi mirada a Camille y noto que los efectos ya se están notando en su cara.
Helena: Sufrirás un poco.
Le digo simple, veo el momento exacto en el que los viejos miran a su hija tirada en la camilla, veo el enojo surcar el rostro del viejo y se lo que se viene, ya estaba preparada para eso.
Viejo: Suelta a mi hija o te arrepentirás.
Lo miro aburrida mientras clavó una navaja en el muslo de su niña.
Klara: Cállate maldito viejo que me duele la cabeza.
Carajo que me dieron ganas de reír, me apiado de esas tres almas en pena.
Viejo: Hijo ¿Dejarás que la mujer que mató a tu mejor amigo mate a tu hermana? ¿La dejarás?— Gabriel lo mira sin entender— ese fue el trabajo que tú mismo pagaste. Pagaste por la muerte de quien decías que era tu hermano.
Me rio un poco por eso, Gabriel me mira esperando que niegue lo que ha dicho su padre.
Helena: No sabíamos que estábamos en el inframundo— miró al viejo que se encuentra confundido por mis palabras— porque ese pendejo al cielo no irá.
Pierre: Ninguno lo hará y si alguno llega a hacerlo que me envíe un mensaje con la descripción— se escucha una voz ronca a nuestras espaldas— Corazón, pequeñas, me tenían abandonado.
Francesca: Te tenemos un regalo, Perry.
Si, lo bautizamos como Perry el Ornitorrico.
Alexa: La loca se está muriendo.
Nos acercamos a ella y con todo ya preparado solamente bajamos sus pantalones mientras mandamos a que la pongan boca abajo, cuando todo su trasero y coño se encuentra a nuestra vista y sus sollozos han vuelto pero ahora con menos volumen debido al cansancio.
Helena: Te va a doler.
Luego de esas palabras meto una varilla por su ano escuchando su fuerte grito, miro a Klara quien se encuentra delante con unos guantes negros iguales a los míos y cuando asiente con su cabeza le dejo el trabajo a ella, veo como saca la varilla por su boca dejándola como un pavo de navidad.
Chicas: Feliz navidad.
Soltamos al unísono antes de verla morir.
Kyros: Que asco.
Nils: Joder.
Escucho un grito de agonía y cuando volteo veo a los viejos siendo amputados por Gabriel y Perry.
Nina: Joder, me perdí cuando le cortanban la garganta.
Y cuando me fijo veo que los desgraciados ya los habían matado.
Axel: Estaban distraídas.
Stefano: Fue interesante ver cómo cortaban sus extremidades mientras los gritos de su hija se escuchan de fondo haciéndoles compañía a los de ellos.
Erik: Vámonos.
Asiento con la cabeza ya que la escena me está provocando náuseas y al parecer a Klara también. Cuando salimos nos topamos con un gran sorpresa, nuestros ojos brillan y dejando atrás a los chicos corremos hacia el hombre parado en la entrada del calabozo.
Abel: Diablitos...
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Atropa Belladona. 1°
RomancePrimer libro de la saga V5NOM. Cuando la vida arrebata tu luz en tan solo un momento solo queda acostumbrarse a la oscuridad que predomina, ¿y qué pasa cuando te gusta tanto esa oscuridad que resulta ser tu mejor aliada? Una misma desgracia, un mis...